Esta parashah comienza con la bendición del Eterno para Pinjas, a quien el celo por HaShem lo impulsa a matar un hombre israelita y una mujer madianita. Deteniendo así la mortandad en el pueblo.
El Eterno dice de él: “Pinjas ha aquietado Mi ira contra los hijos de Israel y Por tanto le doy Mi pacto de Paz, y será pacto de sacerdocio eterno”.
Adonai le da esta bendición “En reconocimiento de su celo por Él” y “por la Expiación por los hijos de Israel”.
El capítulo 27:12-23 de Bamidbar [Números], nos narra como el Eterno ordena a Mosheh subir al monte y desde ahí observar la tierra prometida. Tierra a la que no entraría pues le dijo: “serás reunido con tu pueblo…”.
Al declararle el Eterno que su muerte estaba próxima, Mosheh no tuvo cuidado de sí mismo sino que habló a HaShem diciendo: “Designe el Eterno, Elokim de los espíritus de toda carne, a un hombre que dirija a la congregación”.
Este es el tema que trataremos en esta parasha Pinjas, características de liderazgo.
1) No tener interés personal sino comunitario
Hemos visto en el texto central que HaShem le dijo a Mosheh que al ver la tierra prometida, se reuniría con el pueblo. De aquí lo que nos interesa es la respuesta de Mosheh rabénu: “Designe el Eterno a un hombre que dirija a la congregación”.
HaShem le estaba diciendo que iba a morir y sin embargo Mosheh rabénu se preocupó por la suerte del pueblo sin un pastor capaz.
2) Trabajar junto con la gente
Mosheh rabénu pidió que el hombre pudiera llevar, traer y conducir al pueblo, pues él mismo había cumplido con estas características.
Pero, ¿qué significa llevarla y traerla?
Por lo general los gobernantes de la naciones mandan a sus ejércitos a la guerra, mientras ellos plácidamente esperan en su nación.
Un líder judío no puede hacer esto. Debe llevar a su pueblo a la guerra y aunque esto es relativamente sencillo, debe también traerlo de vuelta a la paz. Eso es lo realmente difícil.
3) Ser apto para el puesto
Mosheh rabénu pide un hombre con ciertas características al “Elokim de los espíritus de toda carne”, es decir a aquel que da el espíritu a cada cual y quien conoce quien será el sucesor de Mosheh.
HaShem responde diciendo: Toma a Yehoshua’ hijo de Nun, un hombre dotado del espíritu”. Poco se puede agregar a estas palabras, sin embargo debemos puntualizar que Yehoshua’ pasó el examen de Elokim para sustituir a Mosheh y dirigir al pueblo.
Abriendo un paréntesis podemos destacar que el sucesor de Mosheh rabénu tiene el mismo nombre que nuestro Mashiaj [Mesías]. Esto no solo es un acto profético, sino una meditación para reconocer que si anhelamos ser líderes en nuestro pueblo, debemos decir como escribió Rab Shaul [Pablo]: “Sed imitadores de mi como yo del Mashiaj”.
Shabath shalom!
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