La Navidad

Por Rev. Alfonso Herrera Perez

La celebración de la navidad ha traído consigo una diversidad de opiniones dentro de la kehila de Yehoshúa, en el sector judió mesiánico, el asunto esta claro, existe una desaprobación total a esta celebración, ¿Pero que sucede con congregaciones cristiano-evangélicas?. Existen por lo menos tres posiciones claramente establecidas por diversas denominaciones.

La primera de ellas confiere una total aceptación a la tradición que hasta el día de hoy ha prevalecido en el mundo acerca de esta celebración. A este sector de la iglesia lo podríamos llamar “liberal” por el seguimiento que le da a este acontecimiento, así, sin más preocupación o meditación en él. Dentro de este marco encontramos a todos los miembros totalmente involucrados en la celebración, incluyendo todos sus elementos tradicionales como son: Santa Claus, huevos de pascua, piñatas, posadas con todos sus elementos, intercambio de regalos, árboles y adornos navideños en la decoración, etc.

A continuación contamos con un segundo sector de la iglesia quienes sostienen que la navidad no cuenta con un fundamento bíblico lo suficientemente sólido para mantenerse dentro de esa línea. “Pero que dicha celebración presenta muchos aspectos positivos que facilitan la predicación del evangelio; la gente está más dispuesta a escuchar el plan de salvación a causa del ambiente de amor que impera en esas fechas” —dicen. En cuanto a los elementos decorativos y ceremoniales que son utilizados, muestran una especie de indiferencia compartida entre todos ellos. Algunos podrán hacer uso de estos elementos navideños mencionados en el primer grupo, prescindir de ellos por completo o seleccionar algunos; no les afecta ni les beneficia en nada. Afirman que la celebración cristiana por excelencia es la de la muerte del Mesías en el madero como obra redentora a favor nuestro; la navidad permanece en su sitio de manera tradicional y con carácter opcional, aunque la opción siempre se incline a la aceptación de la tal tradición. A este sector de la iglesia le podríamos llamar “Moderados”

Por último tenemos a quienes adoptan la postura más radical, negándose, terminantemente, a participar de una celebración que no cuenta con respaldo bíblico alguno. No hay para ellos ningún aspecto que sea válido para aceptar y participar de tales festejos. “Los elementos antes mencionados tienen un origen pagano” —afirman—, “La Biblia nos prohíbe emular las costumbres paganas de los pueblos que nos rodean”. Este sector de la iglesia podría se llamado “Ortodoxo”.

Ralph Woodrow, en su obra “Babilonia, Misterio Religioso ”, nos da una importante luz en cuanto a la fecha del nacimiento del Mesías. Parte de esa enseñanza dice lo siguiente: “Aunque las escrituras no indican la fecha exacta del nacimiento del Mesías, hay medios para averiguar la fecha del nacimiento de Yohanan haMatvil y, como Yohanan nació seis meses antes de Yehoshúa, al comparar ambas fechas podemos darnos cuenta de la fecha aproximada en que nació Yehoshúa. Zacarías, el padre de Yohanan, era sacerdote en el templo de Jerusalem. En aquella época, cada sacerdote tenía un tiempo definido en el año en que servía en el templo. Habían 24 divisiones o cursos de servicio durante el año. Los nombres de estos cursos son dados en I Divrei haYamim/I Crónicas 24:7-19. De acuerdo a Josefo, cada uno de aquellos cursos duraba una semana (Antigüedades de los judíos, vol. 7, p. 7, 14); la primera semana comenzaba el primer mes, Nisan, al principio de la primavera (I Divrei haYamim/I Crónicas 27:1-2). Después de seis meses, este orden de cursos era repetido para que cada sacerdote pudiera servir dos veces al año durante una semana. Entonces, tres semanas al año todos los sacerdotes servían juntamente durante el período de la pascua, Pentecostés y la Fiesta de los Tabernáculos.

Con estos datos como fundamento, notemos qué curso era el que Zacarías servía entonces: <>. El Ángel le reveló que su esposa Elisabet, aunque entrada en edad, daría a luz un hijo (Lc. 1:5-13). ¿En qué época del año ejercía Zacarías la suerte de Abías? De acuerdo a I Divrei haYamim/I Crónicas 24:10, el curso de Abías era el octavo en orden. Es decir, la fecha era entre Iyar 27 y Siván 5; o sea, 1 de junio al 8 del mismo. Después de su servicio semanal en al templo, Zacarías fue obligado a permanecer otra semana porque a la siguiente era Pentecostés. Pero tan pronto como cumplió su ministerio, regresó a su casa en los montes de Judea, aproximadamente 30 millas al sur de Jerusalem; y su esposa concibió (Lc. 23:24). Esto fue aproximadamente a mediados de junio; al añadir nueve meses a esto, llegamos a una fecha aproximada del nacimiento de Yohanan. De acuerdo a esto, Yohanan nació al principio de la primavera.

Puesto que Yehoshua era seis meses menor que Yohanan (v.v. 26 y 36), simplemente añadimos este tiempo a la época en que Yohanan nació y tenemos como resultado que Yehoshua nació a mediados de septiembre. Como podemos ver el Mesías nació en el otoño y no el 25 de diciembre”.

Si el Mesías no nació el 25 de diciembre, ¿por qué se celebra la navidad en esa fecha?, Es más, podríamos incluso cuestionar de la siguiente manera: ¿Por qué se celebra la navidad?, ¿Estamos haciendo lo correcto?

La navidad fue movida de fecha por la iglesia católico-romana al 25 de diciembre con el fin de hacer coincidir la celebración de los paganos del nacimiento de su dios solar. Es un esfuerzo de la iglesia apóstata de unir el paganismo con el cristianismo. La orden fue dada por esta iglesia en el siglo V para hacer coincidir el nacimiento del Mesías con la antigua fiesta romana del solsticio de invierno.

Cuando ese festival de invierno llegó a Roma, era conocido como “La Saturnalia”. Saturno era otro nombre de Nimrod, Tammuz o el “dios escondido”. Esta fiesta fue la más vil, degenerada e inmoral que tanto desprestigió a Roma. Era una época de libertinaje y borrachera y todas las restricciones de la ley eran puestas a un lado —como sucede hasta el día de hoy—. Fue de esta misma fiesta romana que se tomó la celebración de la navidad y que pasó a la iglesia católica hasta el presente.

La opinión de cada hombre respecto a las cosas de Elohim es muy respetable pero de ninguna manera puede ser aceptada, al menos, en primera instancia. Si hemos de aceptar el hecho de que todo aquello que tenga que ver con la sana doctrina tiene que ser confrontado con la Escritura para determinar, mediante Ella, su validez y aceptación, entonces la opinión humana queda de lado y contamos, entonces, con la aprobación de Dios para tomar una decisión bíblica —y, por lo tanto, correcta—. Veamos que dice la Escritura respecto a la celebración de la navidad, no sin antes considerar algunos puntos importantes.

No existe ninguna evidencia de que los apóstoles o personaje bíblico alguno celebrara la navidad.
No existe, en la Escritura, mandamiento alguno de considerar la navidad como una fiesta; en lugar de ello encontramos una prohibición en su contra.
No hay evidencias históricas ni Escriturales de que el Mesías haya nacido en invierno —como ya lo mencionamos.
La navidad fue movida de fecha a diciembre para poder “empalmarla” con otra fiesta pagana.
La navidad es una costumbre pagana y como tal nos está prohibida por Elohim mismo en su Torá.

En el Sefer Hamitzvot se nos menciona la Mitzvot No. 30 en la que Hashem nos prohíbe, terminantemente, imitar las costumbres paganas que el mundo nos ofrece, sean estas con tinte cristiano o pagano disfrazado de “cristiano”.

NO EMULAR LAS COSTUMBRES DE LOS PAGANOS (“JUKAT HAGOI”)

“Es la advertencia con la cual se nos previno de no ir detrás de los herejes ni conducirnos según sus costumbres, incluso en sus vestimentas y reuniones de festejos suyos.

Es lo que ÉL dijo (Vayikrá/Levítico 20:23) y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación.

Este precepto negativo ya ha sido repetido (en la Torá) con lo que Él dijo: y en sus imposiciones no vayáis. Sobrevino la explicación: “No (lo) he dicho, salvo en las imposiciones estipuladas a ellos y a sus antepasados”. Dice el Cifra “y en sus imposiciones no vayáis—que no vayáis en las costumbres de ellos, en las cosas para ellos impuestas, como los teatros, circos, y salones— esto son tipo de reuniones en las que se juntaban para el culto idólatra. Rabí Meír dice: estos son los “Estilos de Emori” que los sabios han enumerado. Rabí Iehudá Ben Beteirá dice: (la prohibición implica) que no cortes tu cabello alrededor de tu cabeza (en círculo), no dejes crecer tu pelo sin cortarlo, ni cortes el cabello frontal de tu cabeza”.

Quien hace una cosas de estas —es pasible de la pena de Malkut.

El precepto negativo respecto de este tema ha sido repetido (en la Torá) con otra expresión, y es lo que Él dijo (Devarim/Deuteronomio 12:30: guárdate, no sea que trastabilles tras ellos. En expresión del Sifrí: “Cuídate —(está advertido) con un Precepto Negativo; trastabilles tras ellos —quizás te parezcas a ellos, hagas como sus actos y sean ellos obstáculo para ti. Que no digas: Dado que ellos salen vestidos de púrpura, también yo saldré vestido de púrpura; dado que ellos salen con tlosín —y este es un ornamento militar—, también yo saldré con tlosín”. Te es conocida la expresión de los libros de la profecía (Tzefanía/Sofonías 1:8) y a todos los que visten ropas de foráneo yo castigaré…

Todo esto es con el fin de provocar alejamiento de ellos y desprecio de todas sus costumbres —incluso en la vestimenta.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Capítulo Sexto (del Tratado Talmúdico) de Shabat, y también en la Tosefta de Sahabat.

Dejo este texto para que, en oración, lo analice y saque sus conclusiones. Pero, aun nos queda una pregunta por hacernos: ¿Cómo podemos tomar una determinación en cuanto a celebrar la navidad o abstenernos de hacerlo?

En este punto podríamos, quizás, echar mano del viejo adagio: lo que no es prohibido, es permitido. Pero en este caso, lo que está prohibido… ¡está prohibido!

Hasta la próxima.