Libertad de la dependencia de la moda

Por Rev. Alfonso Herrera Perez

Moda.- manera pasajera de actuar, vivir, pensar, vestir etc. Ligada a un medio o una época determinada. Manera de arreglarse o vestirse de acuerdo al gusto de una determinada sociedad: la moda parisiense. A la moda o de moda, según el gusto del momento.

Está bien usar la ropa que está de moda. Pero debemos tratar de tener la mejor apariencia posible. No creamos que por vestir “el último grito de la moda” seremos más felices o nos ayudará a tener nuevos amigos. Debemos recordar que usar buena ropa no hace que la persona sea buena —o diferente. Lo que realmente importa es lo que la persona lleva dentro; los valores, el temor del Eterno y las Palabras y principios de la Torá. Los diseñadores de ropa y los modistos siempre viven tratando de ganar dinero. Esa es su meta principal y todo su trabajo creativo está encaminado a alcanzarla. Ellos se reúnen para estudiar las tendencias de la moda en el mundo entero y ellos deciden qué vestirá la gente en la siguiente temporada. Posteriormente se apoyan en anuncios comerciales en todos los medios de comunicación, muy sagaces por cierto, para despertar en las masas el deseo de seguir “la moda”. Muchas veces la ropa de moda es la más costosa.

Habla con tus padres para saber qué es lo que pueden comprarte con el dinero con que cuentan. El Eterno pretende que vivas satisfecho con lo que tienes, por lo tanto no es correcto decir que no tienes que ponerte sólo porque no cuentas con lo último de la moda en tu guardarropa. El Eterno quiere que lo coloques a Él en el primerísimo lugar de tu vida antes que a cualquier otra cosa. No permitas que la ropa ni cosa alguna sea más importante que ÉL.

Algunos conceptos que nos sirven de indicadores para un uso correcto de la moda son.No debes considerar a la moda como algo necesario para ser feliz (Mateo 6:31-33; Filipenses 4:11.)Si tu presupuesto no es suficiente para comprar eso de moda que tanto deseas, debes estar satisfecho sin poseerlo; no es sabio comprar apresuradamente (Mishlei/Proverbios 20:21.)Sé agradecido con El Eterno por lo que tienes (1 Timoteo 6:8.)Si vas a usar algo de moda, que sea conforme a los principios de decencia y pudor que ordena la Escritura (1 Timoteo 2:9,10.)Que tu manera de vestir y hacer uso de la moda no sea un estorbo para ser tú mismo. La situación política de Roboam en 2 Reyes 12 contiene una enseñanza muy importante.

Cuando el Rey Roboam y con él todo Israel se apartaron de la Torá del Eterno, en el quinto año de su reinado, Sesac, rey de Egipto sitió la ciudad y saqueó todos los tesoros del Templo y de la casa real. También se llevó consigo los escudos de oro que había mandado confeccionar el rey Salomón.

Estos escudos eran utilizados por la guardia real cuando el rey se transportaba de su residencia al templo para ofrecer sacrificios al Eterno. Los escudos representaban el poder en manos de rey. Eran equivalentes a la banda presidencial que ostentan los jefes de estado en los actos públicos donde se presentan. Estos transmiten al pueblo un sentimiento de seguridad; es el saber que las cosas marchan bien en el país… al menos en apariencia. ¿Por qué digo que en apariencia? La Escritura nos sigue narrando que, como los escudos de oro ya no existían, El rey mandó construir una imitación de ellos en bronce. No había escudos de oro. Todo era una farsa. Se trataba de proyectar una imagen de seguridad que distaba mucho de ser auténtico.

Hoy día, aparte de un objeto de imitación, se cuenta con discursos engañadores que surten el mismo efecto —aunque la Escritura no lo menciona, es probable que los discursos y comunicados del rey también hayan transmitido seguridad al pueblo: “No pasa nada malo en el país”; “Las cosas marchan muy bien, salvo pequeños problemillas no dignos de consideración”; la calamidad que se está viviendo es pasajera” etc., etc.

Se establecía, con ello, —o quizá reafirmando, pues en la historia puede estar perdido su origen— toda una cultura de la simulación. El aparentar falsas apariencias; utilizar técnicas de mercadotecnia para convencer a la gente de que compre la imagen o la idea en cuestión; y promover la aceptación de la persona por medio de la promoción son sólo algunos métodos de simulación.

Existen muchos seres humanos que no tienen recursos económicos ni para comer, pero gastan grandes sumas de dinero en ropa de moda, de buena marca y de elevados precios, con el único propósito de obtener un status de reconocimiento en la sociedad en la cual se desenvuelven. ¿Cómo resolvemos esta situación? O, tal vez sería mejor preguntarnos ¿Cómo rectificamos esta actitud? Bien sencillo: El rey se humilló delante del Eterno arrepintiéndose de su pasada vida de rebeldía.

Si 1 Reyes 12:1 inicia diciendo que el rey y todo el pueblo se apartaron de la Torá, debemos entender por fuerza que, al arrepentirse, volvieron a este maravilloso y bendito camino de andar en las palabras de nuestra Sagrada Torá. Entonces y sólo entonces las cosas se compusieron para el soberano y para todo el pueblo con él. Tal vez no hubo más necesidad de simular el poder con imitaciones de escudos ni con discursos “inflados”.La libertad de la necesidad de vivir con la moda puede ser sólo una forma de representar otras libertades igualmente grandes e importantes como la libertad de pensamiento, de ideas, el acceso a la verdadera doctrina y muchas otras cosas tan maravillosas como estas.

Hasta la próxima