On / Vigor

Recuerdo, cómo a punto de nacer mi hija Netanyah, los médicos se asombraban, al ver que a mí “edad”, estuviera embarazada. Llegaron a cuestionar a mi esposo, y casi molesto les contestó que mi embarazo no era un “albur”, que nosotros habíamos deseado con todo nuestro corazón a ese bebé. Nos sentíamos y nos seguimos sintiendo jóvenes, con energía y vigor para poder tenerla. Ahora me doy cuenta, estudiando un poco el vigor, de que El Eterno, es quien nos hace sentir esa vitalidad, que no va implícita con la edad. Difícilmente ellos nos entenderían.

El vigor es esa energía que emerge desde los músculos del vientre como dice el pasuk –versículo-:

Iob (Job) 40:16 He aquí que su fuerza está en sus lomos y su vigor en los músculos de su vientre.

Y que pienso que al activarse por primera vez en una mujer, cuando va a nacer su primer hijo, le transmite esa energía y eso le hace tener el doble de lo que le corresponde a los demás hijos, como vemos en el pasuk:

Debarim (Deu) 21:17 Reconocerá al hijo de la mujer aborrecida como primogénito para darle una doble porción de todo lo que tiene. Suyo es el derecho de la primogenitura, porque él es la primicia de su vigor.

Bendición especial por ser primogénitos.

¿Pero, servirá solo para obtener el “doble” que los demás? ¿O acaso lo podemos obtener, aun sin ser primogénitos? ¿Cómo sería lo anterior? Nosotros podemos solicitarle el Eterno que nos proporcione de Su vigor, que multiplique nuestras fuerzas (aquí se encuentra el vocablo on), como en el siguiente pasuk:

Iesha’iah (Is) 40:29 Da fuerzas al cansado y le aumenta el poder al que no tiene vigor.

La pregunta será ahora, ¿para qué? ¿Para qué quiero que me multiplique el vigor? ¿Qué voy a hacer con él? En este pasuk, la tribu de Efraím, sostiene que sus riquezas se deben al vigor con trabajan, por lo tanto, el resultado es: riqueza. Podemos entender que el vigor nos proporciona un resultado, una ganancia. Sin embargo pienso que no lo hermoso es disfrutar de esa vitalidad mientras estas realizando algo

Hoshea’ (Os) 12:8 Y dijo Efraín: «Ciertamente yo me he enriquecido; he hallado riquezas para mí.» Pero todos sus esfuerzos no serán suficientes para borrar el pecado que ha cometido.

¿Habrá un tiempo para obtenerlo? La respuesta es contundente: no. Se puede obtener a cualquier edad, eso lo vemos con el siguiente pasuk, donde Ya’akob abinu, desde el vientre de su madre lo traía, y ese mismo vigor lo acompaño para pelear con un malaj –ángel-, y vencerlo.

Hoshea’ (Os) 12:3 En el vientre suplantó a su hermano y en su edad viril contendió con Elokim.

¿Se imaginan? Lo hermoso que seria el sentir el mismo vigor que se tenía al nacer, tenerlo cuando tengamos a nuestros nietos. Ahora vemos que si se puede.

Conclusión:

Al otro día de que nació mi pequeña, tuve que presentarme con ella para que le pusieran su vacuna, mi madre me acompaño. Cuando me presenté ante el encargado, me preguntó si era mi hija, (nuevamente) yo le dije que sí, que por qué preguntaba, me contestó que me veía muy bien, que no parecía que acaba de tener una hija.
Ahora, tengo una respuesta a ello, El Eterno multiplicó mis fuerzas (vigor), como en está escrito:

Iesha’iah (Is) 40:29 Da fuerzas al cansado y le aumenta el poder al que no tiene vigor.

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