Recuerdos buenos y recuerdos malos

En esta porción de la Torah encontramos parte de la vida de Yosef; desde los días en la casa de su padre, hasta que finalmente llega a Mitzráim [Egipto] y es puesto en prisión por causa de la mujer de Potifar.
En su estancia ahí, se relata la Torah que, Elokim le otorga benevolencia y halla gracia en los ojos del jefe de la cárcel.

Esta perashah termina con el relato de los sueños del copero y el panadero, que habían sido puestos en prisión por mandato del rey; y cómo es que Yosef interpreta el sueño de cada uno acertadamente, pues todo sucede tal como él se los dijera.
Y en esta porción encontramos el siguiente verso:
Bereshit [Gn] 40:14 Acuérdate pues de mí para contigo cuando tuvieres ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mi a Paroh [Faraón], y me saques de esta casa.

Posteriormente, cuando el panadero es muerto y el copero es restituido a su cargo, la perashah termina con este verso:
Bereshit [Gn] 40:23 Y el principal de los coperos no se acordó de Yosef, sino que lo olvidó.

En un principio podemos apreciar cómo es que Yosef le pide un favor al copero, más éste lo olvida.
Los Maestros comentan al respecto de este episódio:
«Después de haber pedido ayuda al jefe de los coperos, Yosef se arrepintió de haber puesto su confianza en un ser humano, y no esperar que HaShem lo salvara, y rogó a HaShem que lo hiciera olvidar».
Adicional a ello, podemos decir que este último verso nos muestra algo que es muy común en las personas, y esto es, el olvidar las cosas buenas que los demás han hecho por ellos.

El resultado que se ha obtenido al realizar algunos estudios, es que el cerebro humano es capaz de detectar amenazas, es decir, engaños, mentiras, cosas ocultas, etc.; y por ende, resulta más fácil para nosotros recordar las cosas malas, en comparación con las buenas en determinadas situaciones.

Podemos decir que tal vez al copero le sucedió esto, y para él, el hecho de estar en prisión marcó su vida de tal modo, que cuando obtuvo su libertad se olvidó completamente de Yosef y lo único que recordaba fue el mal momento que vivió estando ahí.

Nuestro Rab nos ha enseñado respecto a éste tema:
«En un mundo donde las personas recuerdan solo las cosas malas, lo bueno que hacemos por ellos hay que exacerbarlo».

La próxima vez que tengas la oportunidad de ayudar a alguien trata de hacerlo notorio, para que la persona que reciba tu favor lo tenga presente y pueda recordarlo; más cuídate de caer en la vanagloria.
Y cuando alguien más te llegue a brindar su ayuda, no seas como el copero y haz lo posible por recordarlo.

Y tú, ¿recuerdas las cosas buenas que los demás han hecho por ti?

Jazak ubaruj!

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