3 ejemplos de Itro

Un pueblo viaja a través del desierto. Un pueblo que ahora es libre. El Elokim que los acompaña los sacó con mano fuerte de la casa de esclavos. Quitó sus hombros de debajo de la carga, y ahora los conduce al monte de Su heredad.
Las naciones temen, se estremecen al oír los rumores de que Mitzráim [Egipto] fue destruida y la causa es un pueblo, en apariencia insignificante.
En la tierra de Midián, un hombre escucha atento todo lo sucedido con los hijos de Israel. Prepara su equipaje, alista a su hija y nietos; y se dirige al encuentro con su yerno. Este hombre es Itro [Jetro].

Los Maestros considerana Itro varón como un guer tzedek [converso recto], quien al conocer las maravillas que HaShem había hecho con Israel, lo reconoce como Elokim.
En el Talmud, tratado de Zebajim 116a, se enseñan tres probables causas por las que Itro decidió ir donde Mosheh rabénu:
Rab Eli’ezer argumenta que la causa fue la apertura del mar. La impresión de esto llevó a Itro a cambiar de vida radicalmente.
Rab Iehoshua’ opina que fue la guerra contra ‘Amalek [sea borrado su nombre], lo que impulsó la decisión en Itro, pues veía a Israel luchando contra todo lo adverso con tal de seguir adelante.
Rab El’azar haModai enseña que la entrega de la Torah provocó en Itro el deseo de unirse a Israel. Reconoció el valor intrínseco de aceptar el yugo de la Torah. El único bien espiritual real e imperecedero.

Si tú estuvieras en el lugar de Itro ¿cuál sería tu respuesta?
Sea cual fuere el motivo de este varón, el día de hoy quiero tomar su persona como ejemplo y dar tres enseñanzas prácticas para nuestra vida.
Comencemos por lo que la Torah registra acerca de él:
Shmot [Ex] 2:16 El sacerdote de Madián tenía siete hijas, quienes fueron a sacar agua para llenar los abrevaderos y dar de beber a las ovejas de su padre.

El sólo hecho de que en la Torah se le respalde como un kohen, nos ayuda a identificar el tipo de persona que era. Ello significaba un reconocimiento por parte del pueblo, en él se reflejaba conocimiento, sabiduría, liderazgo, etc.
Veamos la primera lección que nos deja este varón:

1. La responsabilidad del matrimonio
Shmot [Ex] 18:2-6 E Itro, suegro de Mosheh, tomó a Tziporah, la mujer de Mosheh, a quien éste había enviado; También tomó a sus dos hijos. (El uno se llamaba Guershom, porque Mosheh había dicho: «Fui forastero en tierra extranjera.» El otro se llamaba Eli’ezer, porque había dicho: «El Elokim de mi padre me ayudó y me libró de la espada del faraón»). Itro, suegro de Mosheh, y la mujer de éste y sus hijos fueron a ver a Mosheh en el desierto donde estaba el campamento, junto al monte de Elokim. Y envió a decir a Mosheh: «Yo, tu suegro Itro, vengo a ti con tu mujer y con sus dos hijos.»

Él [Itro], al enterarse de que Mosheh rabénu había terminado su labor en Mitzráim, se da cuenta de que es tiempo que su mujer e hijos regresen con él, para así cumplir su responsabilidad, como está escrito en la Torah:
Bereshit [Gn] 2:24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Lo que se debe entender con esto, es que la autoridad y el derecho que tienen los padres sobre los hijos, termina cuando estos se casan. En el matrimonio, esa autoridad la mujer la delega al hombre y la cabeza del hombre ahora es el Mashiaj.
Rab Ávila enseña que uno de los secretos para alcanzar la felicidad en la pareja, es el entender que los padres tienen un lugar diferente al del esposo o esposa; ahora el hombre se debe a la mujer y la mujer al hombre.
Existe el precepto de “honra a tu padre y a tu madre”, sin embargo esto no implica que ellos puedan interferir en la vida o decisiones de los hijos ya casados. Debemos recordar que se tiene la obligación de prestar atención a los consejos de los padres, más no la obligación de seguirlos.

2. Alegrarse con los éxitos ajenos
Shmot [Ex] 18:8-12 Mosheh contó a su suegro todas las cosas que HaShem había hecho al faraón y a los egipcios a favor de Israel, los contratiempos que habían pasado en el camino, y cómo los había librado HaShem. Se alegró Itro de todo el bien que HaShem había hecho a Israel, librándole de la mano de los egipcios. Itro dijo: —¡Bendito sea HaShem, que los libró de mano de los egipcios y de mano del faraón! Él es quien libró al pueblo de mano de los egipcios. Ahora reconozco que HaShem es más grande que todos los dioses, porque castigó a aquellos que los trataron con arrogancia. Después Itro, suegro de Mosheh, ofreció un holocausto y sacrificios a Elokim. Aharon y todos los ancianos de Israel fueron a comer con el suegro de Mosheh delante de Elokim.

En cuántas ocasiones alguien de tu comunidad comparte, ya sea un logro, éxito, o recibe un honor especial y lejos de alegrarte junto con él o ella, tienes envidia, celos o simplemente no sientes nada.
Itro manifestó alegría al enterarse de todo lo que habían vivido Mosheh e Israel. El amor fraternal que demostró era auténtico, sabía que lo sucedido con su yerno y el pueblo, era como si lo hubiese vivido él mismo. Tanto así que hace partícipes de sus ofrendas a Mosheh, Aharon y los ancianos de Israel.

3. Sabía aconsejar
Shmot [Ex] 18:14-19 Al ver el suegro de Mosheh todo lo que él hacía por el pueblo, dijo: —¿Qué es esto que haces con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la noche? Mosheh respondió a su suegro: —Porque el pueblo viene a mí para consultar a Elokim. Cuando tienen cualquier asunto, vienen a mí. Yo juzgo entre uno y otro, y les hago conocer las leyes y las instrucciones de Elokim. Entonces el suegro de Mosheh le dijo: —No está bien lo que haces. Te agotarás del todo, tú y también este pueblo que está contigo. El trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Ahora pues, escúchame; yo te aconsejaré, y Elokim estará contigo. Sé tú el portavoz del pueblo delante de Elokim, y lleva los asuntos a Elokim.

La mayoría de las veces no sabemos dar, ni recibir consejo, ya sea porque no somos expertos en el tema, o porque no nos gusta que nos hagan ver el error en el que estamos.
En su estudio titulado “El aconsejar”, Rab Mijael nos da una lista con 11 recomendaciones para pedir y dar un consejo.
¿Ya la escuchaste? ¿Conoces las recomendaciones?
Descargar conferencia: El aconsejar

El que da consejo debe:
– Ser digno de confianza.
– Procurar conocer ampliamente toda la discusión, escuchando todas las partes.
– Observar la situación y no solo escuchar
– Trabajar bajo el supuesto de que todas las partes tienen una buena razón para actuar de esa manera.
– Brindar con el consejo un beneficio práctico para la persona. Nunca buscar un culpable.
– Dar un consejo lo mas concreto posible.
– Dar un consejo solo si no se lo piden. No darlo a quienes lo buscan de diferentes personas.

El que busca consejo debe:
– Buscar a alguien que se caracterice por su conocimiento y práctica. Palabras y hechos.
– Solo buscar el consejo de una persona.
– Orar a HaShem por la confirmación del consejo.
– Poner el consejo en práctica lo antes posible.

Con estas sencillas reglas [aclarando de que no son las únicas], podemos asegurar que al dar o recibir un consejo tendremos éxito.
Aún cuando Mosheh rabénu no le haya pedido consejo a Itro, este supo dirigirse a su yerno de una manera adecuada, analizó el problema y le brindó un solución práctica. Mas nunca lo obligó a hacerlo.
El episodio termina con la decisión de Mosheh rabénu:
Shmot [Ex] 18:24 Mosheh escuchó el consejo de su suegro e hizo todo lo que él dijo.

Itro es a todas luces un varón ejemplar, aún siendo de una nación ajena a Israel, da muestra de que el hombre, al tener una semejanza con el Creador, no necesita conocer la Torah en su totalidad, ni pertenecer a una religión para saber hacer lo correcto.
Nos podemos atrever a decir que Itro era un hombre que sabía mantener el orden en su casa, ejercía de manera correcta el papel de autoridad en el hogar. Ello se reflejaba entre su pueblo, ya que al ser reconocido como kohen, significaba que era un buen líder, un líder que correctamente tenía empatía con su prójimo, en lo bueno como en lo malo. Estaba atento a las necesidades de los demás, brindando su ayuda tanto intelectual como material. Sin lugar a dudas, un varón de HaShem.

Jazak ubaruj!

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