Detalles de la perasha Shemot

Cada vez que comenzamos la lectura de un libro más de las Sagradas Escrituras, es una nueva oportunidad para abordar desde diversas ópticas o ángulos situaciones que se hayan abordado en otros años, en esta ocasión abordaremos nuevamente a la circuncisión conocida en el hebreo como Brit Milá, ¿por qué? por que en la lectura de la semana Moshé se enfrentará a un evento en el que puso en riesgo su vida por causa de incumplir la mitzva –mandato-, y si les parece bien abordemos un tema añejo, con la óptica de este año.

El tema es “El Brit milá”, en el cual se atenderán cuestionamientos como ¿esta vigente este mandato? Si así es ¿quién lo debe realizar? ¿qué con la controversia de los escritos de rabí Shaúl –pablo-? ¿la circuncisión solo es válida la del corazón? éstas y otras interrogantes abordaremos esta semana.

Shemot 1:1 Ve’eleh shemot beney Yisra’el haba’im Mitsraymah et Ya’akov ish uveyto ba’u

Exodo 1:1 Estos son los nombres de los hijos de Yisrael que entraron en Egipto con Yaacov cada uno entró con su familia.

Temas de la Perasha

Primera Alía (1:1 – 1:17): Se hace un recuento de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Yaacov. Los descendientes de Yaacov estaban ahora en Egipto, donde se multiplicaron. El nuevo faraón, temiendo que los israelitas se unieran a las fuerzas enemigas para derrocarlo, inició una política de opresión, reduciéndolos a la condición de esclavos. Supervisados por crueles capataces, fueron forzados a construir las fortalezas y ciudades de almacenamiento de Pitom y Raamses, en la frontera de Egipto. Sin embargo, los intentos del faraón por reducir numéricamente la población judía resultaron ineficaces, pues su tasa de natalidad aumentaba decididamente. Tomando una drástica medida, el soberano egipcio ordenó a las parteras hebreas que mataran a los niños varones en el momento de nacer. Pero las comadres desobedecieron por temor de Hashem


Segunda Alía (1:18 – 2:10):
El faraón ordenó entonces que todo varón recién nacido fuera ahogado en el Nilo. Abraham y Iojéved miembros de la tribu de Leví, eran padres de dos niños, Miriam y Aarón. Poco después del decreto del faraón, Iojéved dio a luz a un segundo varón. Cuando ya no pudo mantener en secreto el nacimiento de su hijo, colocó a éste en una arquilla de juncos que dejó entre las plantas de la orilla del Nilo (bajo supervisión de Miriam). La hija del faraón fue a bañarse en el Nilo, vio la arquilla y envió a una de sus servidoras a traerla. Se dio cuenta de que había en ella un niño hebreo y sintiendo piedad por él, decidió adoptarlo. Miriam se adelantó y con el permiso que le diera la princesa para buscar un ama de cría, regresó con Iojeved, bajo cuyo cuidado el niño recibió más tarde enseñanzas sobre las tradiciones de sus antepasados. El niño fue llevado al palacio real y se lo llamó Moshé, que significa: “extraído de las aguas”.

Tercera Alía (2:11 – 2:25) : Después de haber madurado, Moshé fue a encontrarse con sus hermanos israelitas y observó sus sufrimientos. Vio que un capataz egipcio golpeaba salvajemente a uno de los hebreos. No había nadie a su alrededor y Moshé, airado, mató al cruel egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente Moisés intervino en una disputa entre dos israelitas. Uno de ellos le preguntó en tono insultante qué derecho tenía de juzgar a los demás, y si intentaba matarlo como lo había hecho con el egipcio. Moshé comprendió, entonces, que su acción había ganado estado público y que su vida corría peligro. En consecuencia, antes de que el soberano egipcio pudiera hacerlo capturar huyó a Madian, en la región sudeste de la península de Sinaí. Llegó a un pozo, donde tuvo oportunidad de proteger a las siete hijas de Yetro (el conductor espiritual de Madián) de unos pastores agresivos. Fue bien recibido por Yetro y trabajó como pastor de ovejas. Pronto se casó con una de sus hijas, Séfora, que dio a luz a dos niños, Guershom y Eliezer. Durante la estadía de Moshé en Madián el faraón había fallecido. Su sucesor continuó oprimiendo a los judíos aún con mayor severidad, y éstos clamaron por ayuda a Hashem.


Cuarta Alía (3:1 – 3:15) :
Mientras cuidaba las ovejas de Yetró en Jorev, Moshé tuvo una visión extraordinaria: una zarza que ardía sin consumirse. en tanto Moshé observaba esa maravilla, Hashem se dirigió a él por primera vez y le ordenó que se quitara los zapatos, pues de hallaba en suelo sagrado. Luego le informó que sería el mensajero del Señor para sacar a los israelitas de Egipto y llevarlos a la Tierra Prometida. Moshé respondió que él era indigno de una tarea tan magna, pero recibió la promesa de la ayuda Divina. Moshé preguntó entonces qué respuesta debería dar cuando los israelitas le preguntaran por el nombre de Eloh-m. El Señor respondió que El podría ser revelado con la expresión “YO SOY EL QUE SOY”


Quinta Alía ( 3:16- 4:17) :
Después le dijo a Moshé que informara a los ancianos de Israel sobre la aparición de Hashem, y que ellos deberían demandar al faraón que permitiera a los israelitas ofrecer sacrificios al Señor en el desierto. El soberano se rehusaría, pero después que hubiera sido azotado por las plagas de Eloh-m se vería forzado a ceder y los israelitas abandonarían Egipto cargados de riquezas.
Moshé arguyó que el pueblo no le creería, razón por la cual le fue otorgado el poder de obrar tres milagros. Su bastón se transformaba en una serpiente cuando era arrojado al suelo. Esta, al ser tomada por la cola, volvía a su forma original. Luego Moshé recibió orden de poner la mano sobre el pecho. Cuando la retiró tenía rastros de lepra, pero al repetir el movimiento, la mano apareció nuevamente sana. Finalmente, si los israelitas no estuvieran convencidos, aún, Moshé debía verter agua del Nilo sobre tierra seca y el líquido elemento se convertiría en sangre. Moshé continuó titubeando y adujo que carecía de la necesaria capacidad oratoria. Hashem, por consiguiente, le informó que su hermano Aarón le serviría de vocero.


Sexta Alía (4:18-4:31):
Moshé vuelve a Egipto. Hashem ordena a Moshé hacer todas las maravillas ante Faraón. Séfora corta el prepucio de su hijo. Hashem le ordena a Aarón ir a recibir en el desierto a Moshé. Aarón habla a todo el pueblo de las cosas dichas por Hashem a Moshé.Moshé y Aarón se presentaron ante el faraón y le pidieron que permitiera a los israelitas salir a ofrecer sacrificios al Señor en el desierto, pero el soberano no sólo no accedió a esta demanda, sino que impuso decretos aún más rigurosos contra los judíos. En adelante estos deberían producir la misma cantidad de ladrillos que hasta entonces, pero no se les proveería de la paja que facilitaba su elaboración. Los capataces judíos fueron castigados porque sus cuadrillas no podían cumplir con esa tarea imposible. Sus ruegos al faraón para que se apiadara de ellos fueron rechazados y acusaron a Moshé y Aarón de empeorar la situación.

Séptima Alía (5:1 – 5:21) : Moshé y Aarón se presentaron ante el faraón y le pidieron que permitiera a los israelitas salir a ofrecer sacrificios al Señor en el desierto, pero el soberano no sólo no accedió a esta demanda, sino que impuso decretos aún más rigurosos contra los judíos. En adelante estos deberían producir la misma cantidad de ladrillos que hasta entonces, pero no se les proveería de la paja que facilitaba su elaboración. Los capataces judíos fueron castigados porque sus cuadrillas no podían cumplir con esa tarea imposible. Sus ruegos al faraón para que se apiadara de ellos fueron rechazados y acusaron a Moshé y Aarón de empeorar la situación

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