El afecto de los padres

    Por Causa

    22 de Av de 5765
    27 de agosto del 2005
    Isaías / Yeshayahu 49:14-51:3

     Por: Rav Mijael Avila
    Rabino de las Sinagogas Bet HaDerej

    [email protected]
    Sinagoga Bet Haderej
    Cuernavaca, Morelos, México  


    Lectura

    Yeshayahu 49:14 Pero Sion dijo: Me dejó Hashem, y el Señor se olvidó de mí. 15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. 16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. 17 Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. 18 Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Hashem, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia. 19 Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos. 20 Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more. 21 Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos? 22 Así dijo Hashem el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. 23 Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Hashem, que no se avergonzarán los que esperan en mí. 24 ¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? 25 Pero así ; dice Hashem: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. 26 Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Hashem soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

     50:1 Así dijo Hashem: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre. 2 ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed. 3 Visto de oscuridad los cielos, y hago como cilicio su cubierta. 4 Hashem el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. 5 Hashem el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás. 6 Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos. 7 Porque Hashem el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. 8 Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. 9 He aquí que Hashem el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla. 10 ¿Quién hay entre vosotros que teme a Hashem, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Hashem, y apóyese en su Elohym. 11 He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.

    51:1 Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Hashem. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados. 2 Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué. 3 Ciertamente consolará Hashem a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Hashem; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto.

     Reflexión 

    En los años que tengo de servicio al Eterno una de las cosas que más frecuente me encuentro es el daño que sufre el hombre o la mujer como consecuencia de una relación deficiente con sus padres, no importa si la persona es entrada en años o si es joven, las marcas del deterioro, de la carencia, de los deseos insatisfechos y de la protección que no les brindaron sus (su) padres siguen estando presentes, ¿hasta cuando?, en algunos casos nunca serán desarraigados y en otros la misericordia del Eterno lo hará.

    Es común encontrar en las personas la necesidad de recibir afecto físico, pero no un afecto como el que puede encontrar en una novia o novio, sino el afecto que necesita recibir del padre o la madre; si preguntara a todos lo que nos leen: ¿a ti tu padre te ha demostrado físicamente su amor a través de abrazos o besos a lo largo de tu vida?, ¿tu madre?, seguramente nos llevaríamos la sorpresa que sería menos del 30% que así fue, ¿y que pasa con ese 70% que no recibió el afecto físico que necesitaba? Algunos se sobreponen, otros inconscientemente van por la vida con esa necesidad, algunos más tratan de buscar algún sustituto para la falta de cariño, etc. No cabe duda que el afecto físico es necesario para el sano desenvolvimiento del hombre.

    Los niños, son las personas que más reciben muestras de cariño, estando en el supermercado tal vez pasará una persona de la tercera edad y le tocará el cabello o una mujer, mientras es niño tal vez las tías o los tíos los besarán mucho, e incluso de bebés los padres les mostrarán su afecto a través de caricias, pero en la medida que siguen creciendo va disminuyendo el afecto que reciben de las personas, y dentro de esas muestras físicas de cariño hay unas que son insustituibles: las de los padres. Son más las mujeres como madres, que sí demuestran su amor por medio del contacto físico a sus hijos que los padres, la gran mayoría de los padres en América Latina no se caracterizan precisamente por ser amorosos, será tal vez la educación o los patrones con los que se vive, pero no cabe duda que no cuidan de saciar una necesidad que tienen sus hijos: el de sentir físicamente el amor de sus padres.

    Mientras el niño no crece, no hay malos olores, no le han crecido los vellos en las axilas, su cara es grande en proporción con su cuerpo y eso los hace más proclives a recibir cariño físico de otras personas, pero una vez que pasan esos cortos tres o cuatro años, ya no es lo mismo, han perdido la gracia y no por ello dejan de tener la necesidad de recibir afecto aunque el que reciban es cada vez menos frecuente, y una vez que se llega a la adolescencia no es que no tengan necesidad de recibir abrazos, sino que ya han pasado tantos años en los que no los recibieron, que ya se les hace extraño y les incomoda recibirlos.

    La necesidad insatisfecha de recibir muestras de cariño físico en el hombre, le hace asociarlo con la falta de amor de parte de su padre o padres, de tal manera que lucha de continuo con la sombra de que tal vez sus padres no lo amaron los suficiente, ¿qué pasa si esa reflexión gana?, le entra una sensación de abandono semejante a la de aquellos que vivieron sin sus padres. Me ha tocado casos de personas que perdieron a sus padres de pequeños o que nunca los conocieron, y aunque nunca los hayan conocido, la necesidad de demostraciones físicas de amor está presente en ellos. Relacionado con esto, resulta maravilloso encontrarse en las Escrituras el deseo del Eterno para con sus hijos:
    Yeshayahu 49:15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.

    Parece difícil que una mujer abandone a su hijo, a la mujer le es natural el apego a sus hijos, ¿la razón?, son varias, pero aunque existen casos de madres que contra natura abandonan a sus hijos, el Eterno promete que con él no será así, para aquellos que formamos parte de Su pueblo Hashem promete que Él nunca se olvidará de nosotros. Yo he vivido muchos casos de personas que al saber de esta verdad, sacian una necesidad importante en su ser, al dejar de lado todo abandono que experimentaron o bien la falta de cariño que pudieron vivir al entender que el Aba -Padre- perfecto es el que los ha tomado:
    Yeshayahu 49:16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida;

    Qué importante reconocer que para el Eterno somos de alta estima; tanto, que nos tiene simbólicamente de recordatorio en su mano.

    Al final de la Haftaráh nos encontramos la saciedad completa de amor de parte del Eterno para con nosotros:
    Yeshayahu 51:1 Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Hashem. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados. 2 Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué. 3 Ciertamente consolará Hashem a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Hashem; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto. 

    Hashem te consolará a ti, y si tienes necesidad de afecto físico él podrá saciarte, cambiará tu soledad en alegría, gozo y alabanza ¡Gózate en el Eterno!

     ¡Shabbath Shalom!

     
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