El Kashrut


Introducción

Devarim/Deuteronomio 11:26 Mira que pongo delante de vosotros hoy la bendición y la maldición:
Re’eh anoji noten lifneyjem hayom berajah uklalah.

La cuarta Alía, nos habla de uno de los temas controversiales mas grandes entre el cuerpo de creyentes, «Los alimentos permitido así como los prohibidos para el consumo«, lo que me obliga a tratar este asunto, rogándole al Señor que abra el entendimiento de la gente que no cree en la vigencia de esto, y que les permita alcanzar lo que tanto anhelan, la Verdad. De ninguna manera verdad del judaísmo mesiánico, o de religión alguna, sino la verdad de Hashem.


Enseñanza.

El Eterno como ha hijos nos ha dado su voluntad con el único fin de hacernos bien, y fue por ello que al conformarse como pueblo, Hashem explícitamente se la da a Moshé, y es justamente en las Escrituras donde se encuentra escrita, y a lo largo de las generaciones Su pueblo Yisrael la ha considerado, y en el transcurrir de su historia, muchos gentiles que por voluntad propia decidieron adherirse y formar parte de Yisrael la han tenido que observar al llegar al convencimiento de que son buenas para ellos.

No fue sino hasta después de la obra de Yehoshua – Jesús – el Mesías, que se crea un revuelo al respecto de aquellos gentiles que vendrían a tomar al Elohym de Israel para sí, primeramente por que debieron considerar que si su incursión sería del Eterno y en segundo lugar, debido a que muchas de sus prácticas estaban en abierta oposición a la voluntad de Hashem. Esta discusión se encuentra en el Brit Jadashá – Pacto Renovado – en el libro de Hechos capítulo 15.

No es el motivo de ésta perasha el ahondar en la explicación de éste pereq – capítulo – por lo que les sugiero que lean el estudio que se encuentra enMesiánicos.com titulado ¿Los únicos mandamientos para los gentiles son apartarse de idolatría, de fornicación, de ahogado y de sangre, según Hechos 15? en donde abordo con un poco mas de detalle lo tratado en éste importante capítulo, sin embargo si es mi deseo apuntar de manera sucinta, que al acuerdo que llegaron los apóstoles y los ancianos, de ninguna manera fue un mandamiento del Eterno, sino simple y sencillamente fue una reglamentación humana (según el griego del Brit Jadashá en Hechos capítulo 16 le llama Dogma, y lo traducen al español como «ordenanzas»), que tuvo como fin, no causar un cisma entre los creyentes en Mashíaj del pueblo judío, los cuales observaban la voluntad de Hashem, y aquellos gentiles, que vendrían a conocer poco a poco la voluntad del Eterno.

Los gentiles debían guardar lo mínimo que acordaron los apóstoles y ancianos, ¿Qué era?
Hechos 15:19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.

Estas sencillas reglamentaciones o correctamente llamados «dogmas» de ninguna manera pretendieron ir en contra de la voluntad de Hashem, sino que fueron cosas que se prohibieron practicar, sin la exigibilidad de que un gentil las entendiera, es decir, al momento de que el gentil aceptaba las «buenas nuevas», debían advertirle que lo primero que Hashem deseaba de ellos era guardarse de hacer las cosas expresadas en el pasuk -versículo- 20, y éstas aún sin entenderlas debían aceptarlas. ¿Qué pasaría con la demás voluntad de Hashem? Bueno, pues lógicamente tendrían una instrucción que les llevaría toda su vida, y que en la medida en que la fueran conociendo, las entenderían y como consecuencia las practicarían. Por ejemplo, en aquel entonces un gentil no sabía que debía de diezmar, ni que debería guardar las fiestas de Hashem, ni que debería de honrar a sus padres, ni que fuera posible imponer manos para con los enfermos, etc. Etc. sin embargo todo ello en su crecimiento con Hashem lo llevaría a cabo. ¿Cómo puedo corroborar esto que escribo? Es sencillo, ya que basta añadir el pasuk 21.
Hechos 15:19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 21Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.

¿Cuándo un gentil sería instruido en los demás mandamientos? Pues poco a poco, cuando ellos tuvieran oportunidad de prepararse cada Shabbath, en una sinagoga en donde era leída la Torah dada a Moshé, pero que éste a su vez la recibió de Hashem. Entonces, con conocimiento de causa, el gentil que ahora sería parte del mismo pueblo, recibiría la instrucción semana a semana, y al igual que nosotros en el mes de Av (que es en el mes que estamos), llegarían a la perasha Re´eh (igual que nosotros en ésta semana), y les tocaría leer la cuarta alía (al igual que nosotros en esta semana), y desde la Bimah (Lugar elevado destinado a la lectura de la Torah), al igual que una vez Yehoshua alzando el rollo leyó la profecía acerca de El, en Yeshayaju – Isaías -, les leerían lo siguiente:
Debarim/Deuteronomio 14:3 Nada abominable comerás. 4Estos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, la cabra, 5el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés. 6Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese podréis comer. 7Pero estos no comeréis, entre los que rumian o entre los que tienen pezuña hendida: camello, liebre y conejo; porque rumian, mas no tienen pezuña hendida, serán inmundos; 8ni cerdo, porque tiene pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos. 9De todo lo que está en el agua, de estos podréis comer: todo lo que tiene aleta y escama. 10Mas todo lo que no tiene aleta y escama, no comeréis; inmundo será. 11Toda ave limpia podréis comer. 12Y estas son de las que no podréis comer: el águila, el quebrantahuesos, el azor, 13el gallinazo, el milano según su especie, 14todo cuervo según su especie, 15el avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán según sus especies, 16el búho, el ibis, el calamón, 17el pelícano, el buitre, el somormujo, 18la cig:ueña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago. 19Todo insecto alado será inmundo; no se comerá. 20Toda ave limpia podréis comer. 21Ninguna cosa mortecina comeréis; al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él podrá comerla; o véndela a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a Hashem tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

No sé si a ustedes les emociona, pero a mi sí, el solo hecho de pensar que semana a semana, llevamos a cabo la lectura de la perasha, misma que en los mismos meses, leyó nuestro amado Yehoshua Hamashiaj, y que todos sus los talmidim – estudiantes- y los que le siguieron, leyeron año con año lo mismo que nosotros, ¿Por qué digo esto? Por que en tiempos de Mashíaj la perasha y la Haftará ya eran leídas en su ciclo, tal y como lo hacemos ahora nosotros, y no importaba en que ciudad o país se encontrará algun hijo de Hashem, al asistir en ese sitio a la sinagoga leerían la perasha correspondiente. 

¿Qué sucedería cuando aquellos de origen gentil leyeran esta cuarta alía? Bueno pues aprovecharían los rabinos para instruirles al respecto de lo que se le ha dado por llamar el.