Haftará Bejukotay.

    En mis estatutos

     

     
    19 de Iyar de 5765
    28 de mayo del 2005
    Jeremías / Yirmiyaju 16:19-17:14
    Día 34 de la cuenta del Ómer

     
    Rav Mijael Avila «Shlita»
    Rabino de las Sinagogas Bet HaDerej
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    Lectura

    Jeremías 16:19 Oh Hashem, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho. 20 ¿Hará acaso el hombre dioses para sí? Mas ellos no son dioses. 21 Por tanto, he aquí les enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano y mi poder, y sabrán que mi nombre es Hashem.

     

    17:1 El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares, 2 mientras sus hijos se acuerdan de sus altares y de sus imágenes de Asera, que están junto a los árboles frondosos y en los collados altos, 3 sobre las montañas y sobre el campo. Todos tus tesoros entregaré al pillaje por el pecado de tus lugares altos en todo tu territorio. 4 Y perderás la heredad que yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, que para siempre arderá. 5 Así ha dicho Hashem: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Hashem. 6 Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. 7 Bendito el varón que confía en Hashem, y cuya confianza es Hashem. 8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. 9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 10 Yo Hashem, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. 11 Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato. 12 Trono de gloria, excelso desde el principio, es el lugar de nuestro santuario . 13 ¡Oh Hashem, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en el polvo, porque dejaron a Hashem, manantial de aguas vivas. 14 Sáname, oh Hashem, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.

     

     

     

    Reflexión

    Amados, una semana más de reflexión, sí de reflexión como ustedes saben el estudio se destina para la Perasháh. En el verso siete nos encontramos unas palabras que invariablemente nos deben traer a memoria otro pasaje clásico de las Sagradas Escrituras:

    Jeremías 17:7 Bendito el varón que confía en Hashem, y cuya confianza es Hashem. 8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
    Sí, lo hiciste bien, se parece muchísimo a la Tehilá Alef del libro de Tehilim –Salmos-, en ambos pasajes el Eterno asegura que aquel que pone su confianza en Hashem es como un árbol que está junto a corrientes de agua, ¿qué le garantiza esto?, que sea permanentemente fructífero, ¿verdad? El varón y la mujer que de continuo se acerquen a Hashem tendrán garantizada la felicidad, la alegría, la bendición, por lo que cada cosa que hagan deberá ser motivo de orgullo para el Eterno porque sus hijos darán frutos dignos de El.

     

    Los frutos hablarán de la condición que cada uno de nosotros tiene, ¿de qué tienes lleno el corazón?, pues de eso hablará tu boca, ¿qué clase de persona eres? Conforme a tu clase o a tu naturaleza es como tus frutos saldrán, esos frutos lo más probable es que no siempre los hiciste, sin embargo si efectivamente ahora eres hijo, no te quepa la duda de que deberás estar dando los frutos dignos de tu arrepentimiento, ¿verdad?:

    Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Yehoshúa HaMashíaj para buenas obras, las cuales Elohym preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
    Estas buenas obras debían ser característico no nada más del pueblo del Eterno, es decir Israel, sino que los gentiles que se vendrían a añadir a ese pacto, igualmente deberían hacerlo:

    Hechos 26:20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Elohym, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
    Nos damos cuenta con ello que tanto lo escrito en Yirmiyaju -que por supuesto su destino era nuestra pueblo-, así como lo escrito para los que gentiles y que ahora se harían conciudadanos, ambos deberían dar buenas obras. Ahora, si seguimos leyendo la Haftará nos encontramos algo que deberíamos tener en conciencia:

    Jeremías 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 10 Yo Hashem, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
    Hashem asevera que Él dará a cada uno según sus obras, ¿te das cuenta? La problemática tal vez no sea que el Eterno dé a cada uno según sus obras, sino que ha existido un paradigma religioso proveniente del cristianismo el cual enseña que no se deben hacer obras, obviamente eso es contradictorio, ¿verdad? Debemos entender que existen diferentes tipos de obras; por citar algunos ejemplos:

     

     

    TIPOS DE OBRAS

    1. De la carne:

    Romanos 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

     

    2. De la ley:

    Romanos 3:28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. De las tinieblas:

    3.

    Romanos 13:12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.


    4.
    Del Eterno:

    Juan 5:36 Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.
    ¿Cuáles de esas obras no se deben hacer? Obviamente las que son eminentemente malas; sin embargo existe una incorrecta interpretación al respecto de las llamadas “obras de la ley”, ya que no es un estudio sino sólo una reflexión, espero que en breve, pueda realizar un estudio al respecto.
    Mientras llega el día de ese estudio te pido reflexiones en una frase que se repite mucho a lo largo del libro de Revelaciones, esta frase es del Eterno y dice: “Yo conozco tus obras”:

    Apocalipsis 2:2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;


    Apocalipsis 2:9 Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.


    Apocalipsis 2:13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.


    Apocalipsis 2:19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.


    Apocalipsis 3:8 Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.


    Apocalipsis 3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!

    Sinceramente espero que las obras que el Eterno conozca de ti sean dignas de Él, y que la gente que te conoce verdaderamente te reconozca como una mujer u hombre que se distingue sobre los demás por su conducta:

    Apocalipsis 2:23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las kehilot sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.

     

     
    ¡Shabbath Shalom!

     
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