Hago solo lo que me gusta hacer.

La época que vivimos no nada más se caracteriza por lo “exprés” o rápido, que va desde comida exprés, cursos exprés pasando por matrimonios y divorcios exprés, etcétera; sino también esta época tiene otro componente: el “solo lo que me gusta”.

A los niños de ahora en su gran mayoría se les tiene acostumbrados a comprarles no nada más los juguetes “que les gustan”, sino la ropa “que les gusta”, y hasta solo comen la comida “que les gusta”.

¿De dónde le nació a esta sociedad enseñar a sus hijos a hacer “solo lo que les gusta”? Creo que en gran medida a partir de una generación conocida como “X”, que creció bajo un patrón educativo que se regía por la decisión de los padres y en donde los gustos o injerencia del niño, poco contaba.

Esta generación denominada “X” comprendida en los nacidos entre los 65 a 70´s (parece no haber un acuerdo tan definido en las fechas para la generación X), creció en su mayoría con una bandera la cual se resume en las siguientes frases: “Mis hijos no van a vivir lo que yo” o lo que es lo mismo: “A mis hijos les daré lo que yo no tuve”.

Los padres de la generación X creyeron que darles a los hijos lo que ellos no tuvieron, era solo darles lo que los niños quisieran, llevando al extremo “lo que les gusta” e incluso incidiendo esta bandera en todas las áreas de su vida.

R
Reinita ¿Por qué no quieres ir a la escuela? –papá es que hoy tendremos clases de matemáticas y no me gusta. –hija piensa que después viene deportes y vas a tener oportunidad de jugar básquetbol con tus amiguitas.  Hijo, cómete las verduras que te dijo tu papá. – mamá tu bien sabes que esas no me gustan… -Hijo, si te las comes después te compraré un rico helado.

Los padres tratan de intercambiar cosas que a los hijos no les gustan por cosas que “si les gustan”, pero me pregunto, ¿eso está bien? ¿Acaso el problema no es más de fondo?

Pensemos en esto: cualquier área de nuestra vida por mucho que nos guste, habrá algo que no te gusta. Imagina: – Me encanta cocinar… ¡ay, pero no lavar los trastes!… – Me gusta ir a la Universidad… ¡ay, pero la materia de matemáticas la detesto!… -Me encanta ser mamá… pero lidiar con las tareas ¡uf!… – Jugar futbol es un deleite… pero estar en la banca es horrible…

Hoy no es raro ver a maridos que les gusta jugar con los hijos, pero No llamarles la atención o corregirlos, así ocurre con la mujer que busca a toda costa ser amiga de la hija, pero No la madre que le coarta el tiempo con los amigos ¿Por qué? Por la misma razón… creen que pueden hacer “solo lo que les gusta”.

¡Siempre habrá algo de tu profesión, hobby, juego, afición, puesto, ámbito de autoridad, etc, que no te gusta! El paradigma de “hacer solo lo que me gusta” ha nublado algo muy importante, y me refiero a algo tan básico como la “responsabilidad”.

¿Comer es un placer? Sí, pero comer también conlleva una responsabilidad de salud con nosotros mismos, por ello, hay que comer lo que nos gusta, pero responsablemente comer aquello que no me gusta, pero lo hago porque es bueno para mí organismo. Así mismo, ser padre es bonito cuando en una salida escolar se le reconoce, pero también responsablemente ejercer el papel de educador. ¿Te gusta cocinar? Pues qué bien, pero esto conlleva la responsabilidad de lo que uno ensucia debe lavarlo.

Es una falacia que en esta vida podamos hacer solo lo que nos gusta, ya que todo, absolutamente todo, incluirá cosas que responsablemente y aunque no nos guste, tendremos que hacer, y lo peor, es que al no encontrar en esta vida solo lo que te gusta, tanto tu, como tus hijos encontrarán como resultado La frustración.


Kohelét-Eclesiastes 2:14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, más el necio anda en tinieblas.


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