Januká, una fiesta más.

Al llegar a estas fiestas decembrinas, como judíos, esperamos con gusto la festividad de januká que es llamada también la fiesta de las luces o de la dedicación. Y para los que nos encontramos en el galut- diáspora, es casi inevitable vernos inmersos en el ambiente navideño que permea las calles,  al no participar de ello estamos presentando una resistencia que para muchos podría no ser importante, sin embargo, es necesario recapacitar en nuestras actitudes y tendencias, pues podríamos caer en la intolerancia, es decir, llegar a manifestar un celo incorrecto al juzgar a las personas no judías por sus costumbres. En realidad januká tendría que ser una temporada en la que cada yehudí-judío meditara en su identidad y reafirmara los buenos principios por los cuales muchos yehudim han dado sus vidas a través de la historia.

En la historia universal, podemos notar que los países actuales son el resultado de un proceso de colonización, no podemos decir que exista algún país que en su momento no haya sufrido el embate de alguna invasión extranjera,  y aunque en muchos de los casos existió levantamiento insurgente a fin de lograr independencia, no podemos dejar de ignorar que la fusión  intercultural trajo consigo el olvido de ideologías, costumbres y tradiciones ancestrales propias del país, para dar paso a una nueva manera de pensamiento que caracterizará la nueva civilización.

En un país como México en el que la corona española fue quien invadió, saqueó, sometió y finalmente conquistó, no solamente México sino gran parte de la antigua Mesoamérica. Notamos como el legado de las culturas antiguas quedaron prácticamente borrados de la memoria a no ser por los descubrimientos arqueológicos o la información que pusieron por escrito algunos historiadores. Templos católicos fueron construidos sobre los centros ceremoniales introduciendo con ello la creencia en divinidades racialmente distintas a lo acostumbrado; el uso del idioma natal quedo descontinuado para dar paso al lenguaje hispano; la arquitectura dejo de considerar normas religiosas y tradiciones autóctonas para construir grandes fortificaciones y palacios renacentistas.  Una civilización con un sistema religioso, político y militar, con tradiciones, cultura y lenguaje, es finalizada por medio de la conquista tanto espiritual como  física. Y aunque pasaron muchos años para que se consolidara la asimilación no podemos dejar de preguntarnos  ¿Por qué se dio? ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Se hubiera podido evitar?

La historia de nuestro pueblo Israel no es muy distinta a la de muchos países colonizados, sabemos de sobra que tanto los babilonios, persas, griegos y romanos, ingleses y actualmente árabes han invadido la tierra prometida. La historia del milagro de januká se desarrolla durante la invasión helénica, y es interesante el saber que los griegos son identificados por la escritura como el pueblo “edomita”, es decir, descendientes de Edom, cuyo patriarca es ‘Esav-Esaú, hermano de Ya’akov avinu.

Recordemos que es de ‘Esav de quien desciende el enemigo de Israel, ‘Amal’k  (su nombre y recuerdo sean borrados), y aunque ‘Amal’k  no sea actualmente identificado con algún país actual, cada vez que alguien se pronuncia como enemigo de Israel, se considera que es el espíritu de ‘amalekita quien provoca la judeofobia. Se menciona en el tratado Meguilá 6ª “si te dicen que destruyeron Cesarea(‘Esav) y Yerushalaim (Ya’akov) juntos, no les creas, si te dicen que las dos permanecen en pie, no les creas, pero si te dicen que una de ellas ha sido destruida y la otra siguen en pié, entonces créeles.” ¿Qué quiere decir esto? La tradición de nuestro pueblo enseña que al ser ‘Esav y Ya’akov avinu hermanos, tienen una lucha continua, ‘Esav representa todas las tendencias del instinto malo y Ya’akov las virtudes de un hombre que acata la voluntad de Elohim. Para que uno de ellos sea el que lleve la primacía el otro debe ser débil, ¿Cómo queda Ya’akov debilitado ante ‘Esav? La respuesta es: no haciendo lo que le corresponde, es decir, no justificando su razón de existir por medio de cumplir los mandamientos de la Torá.

Cuando llega el momento en el que el mal recordado Antíoco Epífanes “el loco”  decreta la homogeneidad de su imperio, esto se torna en una conquista primeramente espiritual, en la que al quitarle (en este caso) a nuestro pueblo Israel las mitzvot, lo desnuda completamente para pretender vestirle con ropas ajenas ¿Qué hay de malo en ello? ¿No era mejor seguir la moda de los griegos que vivir como desadaptados? De acuerdo a la lógica que utiliza la cita anterior Meguilá 6ª, Cesarea y Yerushalaim no podrían existir juntas, por lo tanto tampoco podrían ser iguales. 

El mundo griego antiguo con sus olimpiadas, grandes filósofos y pensadores, matemáticos y científicos. También tenía dentro de sus prácticas la adoración a muchas deidades de formas que moralmente no son correctas como la prostitución, borracheras, sodomía, sadismo etc. Imaginemos un mundo lleno de ello, de libres pensadores pero borrachos, de filósofos y matemáticos que gustan de la pedofilia, de impresionantes atletas que se despedazan en luchas a muerte. ¿Podría el mundo soportar tal situación? Suele decir R. Mayer Birbaum "Cuando el alma se enferma el cuerpo no puede resistirla.", por consecuencia el cuerpo también se enferma y finalmente muere. Y si esto pasa a nivel del cuerpo humano, ¿cómo será a nivel del planeta tierra? Seguramente el planeta explotaría ¿lo dudas? Tan solo recordemos que la crueldad hacia el medio ambiente ha provocado un calentamiento global.

Cuando leemos en los libros de Makabim-Macabeos los relatos concernientes a esta conquista frustrada, nos encontramos con que la resistencia que muchos de nuestros antepasados presentaron valió la pena, ¿Por qué valió la pena? Por que entre más cruel era el decreto y angustiante era la persecución en tierra propia, más valiente se volvió el pueblo, hubo madres que prefirieron presenciar el martirio y ejecución de todos y cada uno de sus hijos antes que recomendarles comer alimentos prohibidos. Hubo hombres que siendo pocos en número enfrentaron legiones y los derrotaron al comprender que “la victoria en la batalla no depende de la cantidad de ejércitos, sino de la fuerza que viene del Eterno” 1 Macabim-Macabeos3:19. Con temor del cielo (dado que puedo equivocarme) pienso que si los países colonizados, entre ellos este precioso país que es México, hubieran presentado su resistencia desde los primeras amenazas así como nuestro pueblo, los libros de historia universal relatarían cosas distintas.

Actualmente los judíos no estamos exentos de volver a ser conquistados con intenciones de exterminio hasta en tanto el Mashiaj no retorne y restaure el reino de paz y justicia que todos soñamos. Por tanto estamos en la obligación de cuidarnos del ‘Amal’k moderno, aquel que con la TV, internet y medios masivos de comunicación te invita a pasar largar horas de entretenimiento para descuidar así el estudio de la torá, de la tefilá y de la buena labor que se puede hacer a nivel familiar. ¿Está mal hacer uso de estos medios? ¡No! Lo que sí está mal es abusar del tiempo que se les destina y descuidar las prioridades. Tenemos la responsabilidad de instruir (educar, no hostigar) a nuestros niños y jóvenes a no adoptar comportamientos ni modas que rayan en lo absurdo y no les dan identidad.

Si tú que estás leyendo eres joven, déjame decirte ser “skate”, “rasta”, “metalero”, “dark-gótico”,”emo”, “reggaetonero”. No te da identidad, ser un buen judío sí. Te lo compruebo, en los años 40-50 los adolecentes adoptaron la moda llamada “rockabilly” cuyo modo de revelarse ante formas conservadoras aquel tiempo era por medio de bailar y escuchar rock& roll, el día de hoy son solo un buen recuerdo de abuelitos, todo ello es y seguirá siendo pasajero.

Antíoco Epífanes, prohibió el estudio de la torá, la observancia de rosh jodesh-lunas nuevas, la circuncisión, el kashrut- leyes alimenticias, etc. El sabía que la fuerza e identidad del judío radicaba en su torá, y al conquistarlos de manera espiritual sería fácil conquistarlos físicamente, de aquí aprendemos que no obstante el mundo se levante para exterminarnos, mientras protejamos los mitzvot-mandamientos, los mitzvot van a protegernos.

Ajim yekarim-hermanos queridos, que esta festividad no se convierta en una fecha vacía y sin sentido para nuestras vidas, que el valor con el que nuestros ancestros sacrificaron sus vidas activen en nosotros el celo genuino por el Eterno y Su torá, animémonos unos a otros a ser cada vez mas observantes pero sin caer en el legalismo, para con nuestros jóvenes fomentemos con amor, paciencia y ejemplo los principios de la torá, aquellos principios que hacen que nos sintamos orgullosos de ser judíos.

¿Tu que opinas? ¿Como celebras Jánuká? ¿Que recuerdos te trae Jánuká?

Que esta fiesta de januká no sea solamente en nuestro calendario una fiesta más.

¡Januká Saméaj-Feliz Jánuká!

Nota: si notaste el título de este artículo, sabrás ahora que la intención del mismo era para despertar tu interés y no el de menospreciar la festividad.

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