La disciplina y la recompensa

    Haazinu/ Dar oído

    12 de Tishri de 5766
    15 de octubre del 2005
    II Samuel / Shmuel Bet 22:1-51

    Por: Rav Mijael Ávila «Shlita»
    [email protected]
    Rabino de las Sinagogas Bet Haderej

    Sinagoga Bet HaDerej
    Cuernavaca, Morelos, México


    Lectura

    II Shmuel 22:1 Habló David a Hashem las palabras de este cántico, el día que Hashem le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. 2 Dijo: Hashem es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; 3 Elohym mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste. 4 Invocaré a Hashem, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos. 5 Me rodearon ondas de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron. 6 Ligaduras del Seol me rodearon; Tendieron sobre mí lazos de muerte. 7 En mi angustia invoqué a Hashem, Y clamé a mi Elohym; El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó a sus oídos. 8 La tierra fue conmovida, y tembló, Y se conmovieron los cimientos de los cielos; Se estremecieron, porque se indignó él. 9 Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos. 10 E inclinó los cielos, y descendió; Y había tinieblas debajo de sus pies. 11 Y cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento. 12 Puso tinieblas por su escondedero alrededor de sí; Oscuridad de aguas y densas nubes. 13 Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes. 14 Y tronó desde los cielos Hashem, Y el Altísimo dio su voz; 15 Envió sus saetas, y los dispersó; Y lanzó relámpagos, y los destruyó. 16 Entonces aparecieron los torrentes de las aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo; A la reprensión de Hashem, Por el soplo del aliento de su nariz. 17 Envió desde lo alto y me tomó; Me sacó de las muchas aguas. 18 Me libró de poderoso en emigo, Y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo. 19 Me asaltaron en el día de mi quebranto; Mas Hashem fue mi apoyo, 20 Y me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí. 21 Hashem me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado. 22 Porque yo he guardado los caminos de Hashem, Y no me aparté impíamente de mi Elohym. 23 Pues todos sus decretos estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos. 24 Fui recto para con él, Y me he guardado de mi maldad; 25 Por lo cual me ha recompensado Hashem conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista. 26 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro. 27 Limpio te mostrarás para con el limpio, Y rígido serás para con el perverso. 28 Porque tú salvas al pueblo afligido, Mas tus ojos están sobre los altivos para abatirlos. 29 Tú eres mi lámpara, oh Hashem; Mi Elohym alumbrará mis tinieblas. 30 Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Elohym asaltaré muros. 31 En cuanto a Elohym, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Hashem. Escudo es a todos los que en él esperan. 32 Porque ¿quién es Elohym, sino sólo Hashem? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Elohym? 33 Elohym es el que me ciñe de fuerza, Y quien despeja mi camino; 34 Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas; 35 Quien adiestra mis manos para la batalla, De manera que se doble el arco de bronce con mis brazos. 36 Me diste asimismo el escudo de tu salvación, Y tu benignidad me ha engrandecido. 37 Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado. 38 Perseguiré a mis enemigos, y los destruiré, Y no volveré hasta acabarlos. 39 Los consumiré y los herir&e acute;, de modo que no se levanten; Caerán debajo de mis pies. 40 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí, 41 Y has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Para que yo destruyese a los que me aborrecen. 42 Clamaron, y no hubo quien los salvase; Aun a Hashem, mas no les oyó. 43 Como polvo de la tierra los molí; Como lodo de las calles los pisé y los trituré. 44 Me has librado de las contiendas del pueblo; Me guardaste para que fuese cabeza de naciones; Pueblo que yo no conocía me servirá. 45 Los hijos de extraños se someterán a mí; Al oír de mí, me obedecerán. 46 Los extraños se debilitarán, Y saldrán temblando de sus encierros. 47 Viva Hashem, y bendita sea mi roca, Y engrandecido sea el Elohym de mi salvación. 48 El Elohym que venga mis agravios, Y sujeta pueblos debajo de mí; 49 El que me libra de enemigos, Y aun me exalta sobre los que se levantan contra mí; Me libraste del varón violento. 50 Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, oh Hashem, Y cantaré a tu nombre.  51 El salva gloriosamente a su rey, Y usa de misericordia para con su ungido, A David y a su descendencia para siempre.

     

     
    Reflexión

    Durante muchos años pensé que no existían personas malas, o más bien me resistía a creerlo, desgraciadamente he podido constatar que efectivamente existen y a pesar de que esas personas pudieran tratar de encontrar justificantes para sus actos, esos justificantes sólo se reducirían egoístamente a saciar sus deseos. Esto me lleva a tratar de hacer un esfuerzo en recordar las situaciones problemáticas que he visto en mi vida, y que desde luego la mayoría me llegan debido a mi papel como Rabino, es visible el hecho en la mayoría que las partes en conflicto desean salvaguardar sus intereses y, con justificante o no, no desean ceder a los intereses del otro.

    Mucha gente pudiera pensar que las personas que se dicen ser hijos del Eterno tienen un comportamiento diferente a los gentiles, y si en situaciones normales resaltaría su comportamiento, en caso de estrés o de situaciones apremiantes se comportan idénticos a quien que no conoce de Hashem.

    Tristemente, nosotros deberíamos ser los que nos distinguiéramos frente a aquellos gentiles cuyas reglas de comportamiento no se rigen por las Kitvei Hakódesh -Sagradas Escrituras-; pero, como lo comento, en situaciones específicas el comportamiento puede ser semejante, ¿por qué se da esto?, a mi juicio es que no existe un conocimiento Escritural con relación a las formas prácticas de cómo actuar en una problemática; pero más allá de eso nos debería ser suficiente que el Justo de los justos siempre nos está mirando, es decir, que tras nuestras elucubraciones o nuestros planes, estemos conscientes que en caso de hacer una injusticia nos será retribuido el mal que hayamos ocasionado.

    Empecemos por partes: debemos conocer, en primer lugar, que las problemáticas o relaciones que se dan entre un hijo del Eterno con un gentil, son diferentes en su forma de tratarlo que entre un hijo del Eterno y otro, lo que provoca que las reglas cambien un poco. Me voy a remitir simple y sencillamente a la consciencia que debe existir en un hijo, no importando con quién esté en situación confusa.

    Debemos conocer, en segundo lugar, que por ser hijos del Eterno, El nos debe tratar como tales, es decir, disciplinarnos, así como lo encontramos a lo largo de todas las Kitvei Hakódesh:
    Job 5:17 He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Elohym castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso

    Proverbios 3:11 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Hashem, Ni te fatigues de su corrección; 12 Porque Hashem al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere.

    Judíos 12:5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. 7Si soportáis la disciplina, Elohym os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

    Jitgalut / Apocalipsis 3:19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

    Si nosotros sabemos que las cosas que hacemos están bajo el escrutinio del Eterno, tanto las cosas malas tendrán su consecuencia, como las buenas su recompensa, y eso es justamente lo que encontramos en esta Haftaráh:
    2 Shmuel 22:21 Hashem me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

    El Eterno premia nuestra justicia, de tal forma que cuando hacemos lo correcto no importando que nadie te vea, recibirás tarde o temprano tu recompensa, tal y como un padre puede darla a su hijo(a) si se portan bien.

    Leamos los aspectos que cuidó David de poner en práctica y por los que recibió recompensa:
    2 Shmuel 22: 22 Porque yo he guardado los caminos de Hashem, Y no me aparté impíamente de mi Elohym. 23 Pues todos sus decretos estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos. 24 Fui recto para con él, Y me he guardado de mi maldad; 25 Por lo cual me ha recompensado Hashem conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.

    David Hamélej -El rey- guardó los caminos del Eterno; no se apartó impíamente de Hashem; siempre observó sus juicios -Mishpatim-; no se apartó de sus estatutos -Jukim-; fue recto; se guardó de maldad.

    ¿Te diste cuenta del pasuk 25? Hashem lo recompensó, pero esta recompensa estuvo acorde a la justicia que David empleó, y todo ello fue ante la vista de Hashem, ¡nada se le escapa al Eterno!

    Sigamos leyendo:
    2 Shmuel 22:26 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro. 27 Limpio te mostrarás para con el limpio, Y rígido serás para con el perverso. 28 Porque tú salvas al pueblo afligido, Mas tus ojos están sobre los altivos para abatirlos.

    Estos últimos pasukim nos dan un gran secreto de lo que podríamos esperar de Hashem, ya que Hashem es misericordioso con el que así se comporta, es recto con el íntegro, es limpio con el limpio y rígido con el perverso, Hashem salva al pueblo afligido, y a los altivos los abate.

    Ajim: ¿qué prueba necesitan para darse cuenta que Hashem los recompensará, los disciplinará dependiendo de sus actos? Hagamos el esfuerzo de luchar contra la naturaleza egoísta, ambiciosa, que sólo ve por sus intereses, la que en ausencia de las personas con sus críticas las consumen, ¡cuídemonos!, del Eterno nadie se puede burlar, y más aún, el que bien se porta recibe su recompensa. 
    ¡Shaná tová! -buen año-

     

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