La proactividad siempre marcará la diferencia.

Con los años trascurridos en un cargo a nivel directivo, año tras año ha sido de aprendizaje, de voltear y ver mis errores, pero  sobre todo de recomposición del rumbo, sin embargo cuando veo a mi alrededor, pareciera que las etiquetas que las personas traemos puestas, están sin cambio; no obstante, cuando viene el final de año y se habla de aumento, ahí es en donde se nota la diferencia, ¿Por qué? Básicamente porque si clasificáramos a las personas yo las pondría en tres rubros,  en primer lugar aquellas que desempeñan su labor deficientemente y hasta con hartazgo, dos, las que se limitan a hacer su trabajo; y tres, las que hacen más allá de su trabajo.

Mi Madre tenía una frase popular, que dicho sea de paso, a mi esposa le disgustaba y la traía de chascarrillo: “Un hombre o mujer acomedidos en donde quiera caben”, a lo que mi esposa en lo íntimo siempre me decía: -¿ya ves? que… un hombre acomedido… cabe en la casa de tu mamá…”.

Lo anterior, como muchos otros dichos, hablan de una sabiduría colectiva que más allá que hablar de ella, o disfrutar su significado, el reto está en llevarla a la práctica, y es que si en términos  empresariales hablamos,  el que se distingue con Proactividad, que bien podríamos llamar “iniciativa”, dar un “extra”, o ser “acomedido”, tarde o temprano cosechará un fruto.

He conocido a personas con enorme conocimiento, otras con gran habilidad, otras con varios grados académicos, otras con virtudes en las relaciones humanas y otras que el destino más que el mérito les permite  ejercer un puesto de autoridad, y si bien, todo lo anterior pudiera parecer muy importante, a la postre, si el desempeño de la persona no se distingue del resto, no logrará sobresalir de entra la multitud de personas, y la falta de notoriedad difícilmente le llevará a más.

Existe otro dicho popular que reza: “El que nace para maceta, del corredor no pasa”, lo que podríamos traducir en el contexto anterior, es que si te limitas a hacer solo lo que debes hacer, el merito de tu tarea solo te llevará a recibir tu sueldo, pero si aspiras a progresar, lo que necesitas hacer es demostrar que eres algo más que “una maceta” tal cual te contrataron.

Sé que habrá lectores que digan: -eso no es cierto, yo hago más de lo que me piden y no progreso. Bien, eso puede ser cierto, pero a lo que yo te invitaría es a reflexionar si verdaderamente tus logros o extras, “los estás vendiendo adecuadamente”. ¿Vender? Si, vender, y ¿cómo se logra una venta? a través de publicitarte, de mercadearte, de encontrar las formas para que tu jefe y mejor aún, que el jefe de tu jefe se entere.

Para lograr lo anterior, es importante invertir tiempo en pensar cómo de manera inteligente se vea tu proactividad, lograr evidenciar que tus ideas llevadas a la práctica han redituado.

Recibir el salario en paga al trabajo, se asemeja  a las frases de la Biblia que dicen: “Si amas a los que te aman, ¿Qué mérito tienes?”. Y se asemeja a: “Si saludas a los que te saludan ¿Qué haces de mas?”.

Esperando con estas pocas letras, en primer lugar, tranquilizar a aquellos que están inquietos por que pasa el tiempo y su salario no cambia, en segundo lugar,  instar y motivar a aquellos que no han encontrado la forma de progresar laboralmente, a que sencillamente hagan más y que demuestren con ello su potencial.

Para finalizar, te invito a preguntarte, ¿Cuáles son las etiquetas con las que las personas te asocian? Y en segundo lugar, ¿En realidad puedes hacer una lista de las cosas extras que haces? Hasta la próxima y en espera de sus comentarios:

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