La relación entre el pueblo judío y la tierra de Israel

La historia del pueblo de Israel, desde sus comienzos, pasando a través de sus numerosas vicisitudes hasta llegar a nuestros días, está relacionada en forma entrañable con Eretz Israel-La Tierra de Israel-. El proceso de nacimiento del pueblo está ligado a la partida de Abram de su tierra natal, Ur Casdim, en dirección a Canaán, en donde tuvo lugar el pacto con el Eterno y la consiguiente promesa divina “Daré esta tierra a tu simiente” Promesa que volvió a reiterarse una y otra vez con los demás patriarcas, quedando en la conciencia de los hijos de Israel aún antes de que se convirtieran en un pueblo.
Eretz Israel es la tierra destinada al pueblo de Israel. El pueblo judío no nació como pueblo en la tierra de Eretz Israel, sino que la tierra les fue prometida a sus patriarcas aún antes de que el pueblo se consolidara, y la promesa fue repetida ante el pueblo a su salida de Egipto. Es decir, el pueblo judío nació en el camino a su tierra y no dentro de ella. Más aun, el concepto de tierra prometida no sólo existió mientras el pueblo se encaminaba hacia ella, sino que se mantuvo vigente cuando el pueblo habitó su tierra y durante su exilio.
Con el objeto de comprender en forma cabal la relación entre el pueblo de Israel y Eretz Israel, debemos analizar el concepto de la “tierra prometida”. La relación especial entre el pueblo y su tierra proviene del hecho de que esta tierra le había sido destinada, adquiriendo por ende un lugar destacado en la ideología y el sentimiento nacional del pueblo. Eretz Israel es la patria del pueblo judío.

¿Qué significa patria?
Esta palabra se usa para denominar al lugar en el que el individuo ha nacido; sin embargo, esta definición es insuficiente e inexacta; el hecho de que alguien haya nacido en cierto lugar, en una casa en una ciudad o en un país, no determina que ese lugar constituya su patria. Los judíos nacieron fuera de Eretz Israel, pero no por ello consideraron en todas las ocasiones que eso países constituían su patria. Por otro lado, a pesar de no haber nacido en Eretz Israel, la consideraban su patria. La relación con la patria se basa en la pertenencia al pueblo y la cultura. La patria es la tierra que sirve de base a la existencia del pueblo.
La esencia de la relación entre el pueblo de Israel y su tierra es distinta de la de los demás pueblos con su territorio, y no podemos comparar el lazo que existe entre las demás naciones del mundo con sus territorios con el lazo que existe entre el pueblo de Israel y su tierra.
Las demás naciones carecen de un antiguo documento que certifique la promesa ancestral de la tierra que le fuera destinada. La relación de casi todos los demás pueblos con su tierra es puramente material, sin estar sustentado en una relación espiritual ni poseer un valor de santidad. La relación de casi todos los demás pueblos se sustenta en el hecho de que sus antepasados conquistaron un territorio determinado y sus descendientes lo heredaron, considerándolo su patria. Si la casualidad lleva a un pueblo a descubrir otra región, o si una familia se traslada a otro país y adquiere la ciudadanía en el nuevo país, en poco tiempo se rompe toda relación con la patria original.
No ocurre lo mismo con el pueblo judío en relación de Eretz Israel, que posee un documento antigua, escrito en diversos textos sagrados.
Y así se establece en diversos textos bíblicos que la tierra de Eretz Israel está sólo al pueblo de Israel: esta Tierra le fue prometida a Abraham Avinu: “Y te daré a ti y a tu simiente después de ti la tierra de tus peregrinaciones: toda la tierra de Canaán” Bereshit 17:8; la Torá repite cinco veces la promesa que el Eterno hizo a Abraham de entregar a sus herederos la tierra de Israel.
Y también a Itzjak: “Por que a ti y a tu simiente entregaré todos estos países” Bereshit 26:3.
Y luego a Ya’akov: “La tierra donde estás acostado te la daré a ti y a tu simiente” Bereshit 28:13.
“Y la tierra que le di a Abraham e Itzjak te la daré a ti y a tu simiente después de ti” Bershit 35:12. El otorgamiento de la tierra a Israel constituye parte del pacto eterno que Elohim estableció con el pueblo judío.
El Eterno decidió que cada pueblo de la tierra debía poseer un territorio que constituyera su patria. Eretz Israel es la tierra destinada al pueblo de Israel.
¿Por qué justamente Erezt Israel?
La relación especial del Eterno hacia el pueblo de Israel es la que origina la pregunta, ya que esta relación determina que el lugar elegido posea también características especiales. Es en este contexto que debemos comprender la pregunta. El principio de la santidad, ¿deriva acaso del reconocimiento del ser humano y su conducta, o quizá la Torá atribuye a Eretz Israel una calidad especial?, ¿Posee acaso Eretz Israel una santidad propia, o esta santidad proviene de razones religiosas y morales que le son exteriores?, ¿Cómo podemos explicar el carácter especial de Eretz Israel y el hecho de que haya sido destinada al pueblo de Israel?
La relación creada entre el pueblo judío y la tierra de Israel es una de las más extrañas e interesantes que se haya producido en la historia humana. Esta relación nunca se basó en forma exclusiva en las conquistas de una tribu que buscara una tierra adecuada. La relación entre el pueblo judío y la tierra de Israel se basa en la elección y la promesa del Eterno. No es el pueblo judío el que eligió esta tierra, sino que ésta le fue destinada por el Eterno aún antes de que se consolidara su existencia como pueblo.

 

Parecería imposible explicar la relación del pueblo judío hacia la tierra de Israel sobre la base de las características físicas de la tierra.

 

La relación con la tierra fue el hilo conductor que pasó de generación en generación, también en las épocas en las que el pueblo estaba lejos de la tierra, desperdigado entre multitud de naciones. La relación con la tierra constituye la raíz misma del pueblo, y son numerosas las fuentes que hacen referencia a ella.

 

Conclusión.

 

Es posible explicar que la relación con la tierra se basa en la elección y la decisión del Eterno (relación religiosa y teológica) se puede justificar nuestra relación con la tierra sobre la base de versículos bíblicos, y del amor profundo que se estableció entre el pueblo y la tierra a través de las generaciones (relación histórica). Podemos explicar la relación del pueblo y la tierra sobre la base de conceptos místicos (relación mística). O sostener que la relación entre los judíos y la tierra de Israel no expresa la relación entre el individuo y su patria, sino la pertenencia colectiva del pueblo de Israel a su tierra.

 

Es posible explicar la correspondencia entre el pueblo y la Tierra de Israel sobre la base de consideraciones religiosas, prácticas y místicas u otras, pero aun así la verdadera relación entre el pueblo y su tierra seguirá siendo un eterno misterio del cual podemos aprender cada vez más.

 

¡Shabát shalom!

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