Recordar

Deuteronomio 7:12 por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, el Eterno tu Elohym guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. 


Debarim 7:12 Vajayah ekev tishmeon et, jamishpatim jaelej ushmartem vaasiitem otam veshamar Adonai, elojiejah lejah et jaberit ve et jajkesed asher nishvah leavotiejka:

Este pasuk -versículo- resulta muy importante, pues sin especificarlo describe perfectamente a la Emunah que traducida al español es: Fe, resultando del todo ilustrativo para aquellos que se inscribieron al curso de la Universidad Virtual, bethaderej.com, la cual impartió el curso: «Una Emunah«, porque constataron la importancia de estos tres factores que nos ayudaron a ver la manifestación de la Emunah. Si no lograste inscribirte a este curso puedes accesar mediante el menú principal del portal judío mesiánico www.bethaderej.com en la sección: Universidad.

La Emunah debe tener estos tres factores o elementos los que precisamente encontramos en el anterior pasuk:

«Oído estos decretos» – Conocer la voluntad de Hashem 

 «Haberlos guardado» – Creer a la voluntad de Hashem 

 «Puesto por obra» – Hacer la voluntad de Hashem 

Lo anterior nos hablaría de lo que yo le he llamado el C.C.H. que identificaría mnemotécnicamente a la Fe.

 Resulta interesante conocer las veces que aparecen las palabras clave a lo largo de esta Perasháh Hashavua. Veámoslo a continuación:

En esta semana abordaremos un tema que es recurrente a lo largo de las Sagradas Escrituras y que se refiere a un ejercitación mental que debemos hacer todos los hijos, ¿qué es?, recordar las cosas del Eterno.

Leamos lo que nos habla esta semana la Perasháh en la segunda de las aliot:

Deuteronomio 8:11 Cuídate de no olvidarte de El Eterno tu Elohim, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; 12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, 13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; 14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de El Eterno tu Elohim, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; 15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; 16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; 17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 18 Sino acuérdate de El Eterno tu Elohim, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. 19 Mas si llegares a olvidarte de El Eterno tu Elohim y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. 20 Como las naciones que El Eterno destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de El Eterno vuestro Elohym.

El Eterno nos da una clave en este pasaje para poder seguir gozando de las bendiciones que El nos da, esta clave es el: «No olvidarnos«. Resulta curioso que sea el mismo Eterno que nos insista en no debemos olvidarnos, El sabe que el hombre es muy dado a olvidar, ¿pero, podríamos decir: Olvida Todo?, no lo creo, somos a mi juicio más dados a olvidar lo «bueno» resultando más fácil recordar lo «malo», el Eterno por ello nos advierte: «Cuídate de no olvidarte«. Es importante estudiar al respecto porque si lo hacemos así, habrá garantía de parte de Hashem de seguir disfrutando de sus bendiciones. La palabra: «olvidar» en hebreo es el verbo: «Shakaj«, nos dará una bella enseñanza para esta semana.

Cuando el Eterno nos insta a hacer su voluntad es siempre a sabiendas de las debilidades propias del ser humano; la historia de nuestro pueblo nos da ejemplo de esto, pues a lo largo de su supervivencia nuestro pueblo ha caído recurrentemente en los errores que previamente Hashem nos había advertido. Veamos dos ejemplos:

Jueces 3:7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de El Eterno, y olvidaron al Eterno su Elohym, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera.

1 Samuel 12:9 Y olvidaron al Eterno su Elohym, y él los vendió en mano de Sísara jefe del ejército de Hazor, y en mano de los filisteos, y en mano del rey de Moab, los cuales les hicieron guerra.

Seguramente cuando leemos estos episodios, suponemos que nada de eso nos ocurrirá, me refiero a ti y a mí; sin embargo y después de todo, ¿para qué el Eterno se tomó el cuidado de dejarnos semejantes ejemplos?, fue precisamente para que nos sirviéramos de ellos y no los cometamos. No estamos exentos de caer en esos errores, basta ver la cantidad inmensa de superstición que existe en medio de nuestro pueblo, tantas creencias formadas a partir de sincretismos místicos revueltos con la Toráh; sin embargo, nuestros paisanos sin meditar en ello las siguen por costumbre, nublándoseles el entendimiento con el justificante de que: «la mayoría lo hace» (Jamsa, zodíaco, etc. etc.). ¡Que el Eterno tenga misericordia de nosotros!

 Regresando al «shakaj«: «olvidar«. Siempre me he maravillado que en innumerables ocasiones Hashem sigue el siguiente patrón para transmitirnos Su voluntad: 1) Nos enseña a través de Su ejemplo 2) Nos lo enseña. 3) Nos pide que lo hagamos o que no lo hagamos. Leamos un versículo en donde nos demuestra con Su ejemplo que no se olvidará de Su pacto y por consiguiente de Su pueblo:

Deuteronomio 4:31 porque elohym misericordioso es el Eterno tu Elohym; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará (shakaj) del pacto que les juró a tus padres.

Si lees con detenimiento lo que sucede en los versículos previos, el Eterno exhorta a nuestro pueblo a través de Moisés a mantenerse fiel a El, a no cometer idolatría, y en medio de esa enseñanza Hashem reafirma Su fidelidad para con nuestro pueblo. Si te das cuenta el primero que cumplirá de no olvidarse es Hashem mismo y esto es: «enseñarnos con el ejemplo». ¿No lo crees?

A lo largo de las Sagradas Escrituras podemos encontrar puntualmente cuáles son las cosas de las que no debemos olvidarnos. Veámoslas:

1) No «shakaj» -olvidarnos- de que el Eterno nos rescató de la esclavitud, libertándonos de Egipto:

Deuteronomio 6:12 cuídate de no olvidarte de El Eterno, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

¿Cuál es uno de los medios que usa Hashem para que recordar ese acontecimiento? Al celebrar el festival de Pésaj conocido como: Pascua, es una mitzvá -mandamiento- contarles a nuestros hijos acerca de este evento. Mucha gente piensa que es demasiado «religioso»; sin embargo, lejos de que sea algo irracional esto tiene un por qué, cada momento de nuestra vida, cada acción que hacemos producto de la voluntad de Hashem, tiene por objeto librarnos del mal, y traernos constantemente a memoria a través de actos visibles como: las tradiciones, las misericordias de Hashem, lo que debe provocar constantemente a una acción de gracias por los favores recibidos. ¡Baruj Hashem! Cuando conmemoramos la llamada: Cena del Señor cuyo nombre es:  Pésaj, estamos celebrando entre otras cosas nuestra libertad de la esclavitud, no sólo la de nuestro pueblo de Egipto sino la individual que todos hemos tenido cuando fuimos rescatados de nuestra esclavitud al pecado a través de Yehoshua Hamashíaj, el hacerlo es precisamente: shakaj.

2) No olvidarnos «shakaj» de la Toráh:

Salmos 119:61 Compañías de impíos me han rodeado, Mas no me he olvidado de tu ley.

No hay herencia más importante que haber recibido de Avinu -Nuestro Padre- la Toráh, como está escrito en Deuteronomio 33:4, «Cuando Moisés nos ordenó una ley / Toráh, como heredad a la congregación de Jacob.»

¿Qué persona hay que se pueda olvidar de tan gran herencia? Pareciera que no la habría; sin embargo no es así, el hombre lo puede hacer por lo que el Eterno nos dice: «Cuídate de no olvidarte»

 3) No olvidarnos «shakaj» de sus estatutos:

Salmos 119:83 Porque estoy como el odre al humo; pero no he olvidado, tus estatutos.

Los jukím -Estatutos- forman parte de la Toráh de Hashem, ¿sabes qué son?, te invito a que indagues, que estudies para que próximamente podamos decir como el salmista: ¡No me he olvidado de tus estatutos!

 4) No olvidarnos «shakaj» de sus Mandamientos:

Salmos 119:176 Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos.

Los mitzvot o mandamientos son otro componente importante de la Toráh, cada elemento de éstos, legalmente, nos hace solicitarle a Hashem que recuerde sus misericordias para con nosotros.

 5) No «shakaj» olvidarnos de las cosas que nuestros ojos han visto:

Deuteronomio 4:9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides (shakaj) de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

¿Cómo conseguimos no olvidarnos de las cosas que hemos visto? La respuesta está en la Toráh: «Enseñándolas a nuestros hijos y a nuestros nietos». No hay mejor manera de retener la voluntad de Hashem que transmitiéndola a otros y principalmente a nuestros hijos.

Si tienes una hija, es bueno para transmitirle en cualquier momento de calma, el conocimiento de Hashem, pero si tienes un hijo, es difícil pararlo y enseñarle por lo que es un buen momento para hablarles cuando uno va en el coche con ellos. Efectivamente la Toráh dice: Deuteronomio 6:7 «y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes»; aprovechemos la mejor ocasión para transmitirle a nuestros hijos la voluntad de Hashem que nos servirá para: «recordar» y no «olvidar».

 6) No olvidarnos «shakaj» de las obras de Hashem:

Salmos 78:7 A fin de que pongan en Elohym su confianza, Y no se olviden de las obras de Elohym;

Tenemos tanto para maravillarnos de lo que el Eterno ha hecho con la creación. Rabí Shaúl mal conocido como Pablo, escribe en su carta a los Romanos 1:19, «porque lo que del Eterno se conoce les es manifiesto, pues el Eterno se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa». Así que aun en la creación Hashem se manifiesta irradiando su inmenso amor.

7) No olvidar «shakaj» ninguno de Sus beneficios:

Salmos 103:2 Bendice, alma mía, a El Eterno, Y no olvides ninguno de sus beneficios.

Es frecuente que al atravesar por circunstancias de duelo o de enfermedad, reflexionemos acerca de la salud que se perdió, lamentablemente hasta ese momento, valoramos lo que hemos perdido, y más aun lo que el Eterno nos ha dado, tratemos traer a la memoria en la medida de lo posible, todas las bendiciones recibidas, que provocarán un renuevo en nuestra relación con Hashem dándole a lo acontecido un toque siempre de actualidad, pues esto fortalecerá nuestra Emunah -Fe-.

 8) No olvidarnos «shakaj» de Sus Palabras:

Salmos 119:16 Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras.

El capítulo más largo de la Biblia es Tehilim 119, este capítulo nos amplía el panorama de la Toráh; algo importante que nos enseña este capítulo es: «el no olvidarnos de Sus Palabras», del hebreo «Dabar«: palabra, éstas deben tener una prioridad para nuestra vida. Así que, nuevamente: «no nos olvidemos».

 Conclusión

Resulta tan importante el no «olvidar«, que aun Moshé lo dejó asentado en el cántico que entonó al Eterno por todos los favores recibidos (Deuteronomio 32), esto fue un legado de la gratitud de Moshé al Eterno. ¿Cuál sería el legado de gratitud que tú y yo estamos dejando por los favores recibidos de Hashem? ¿De qué manera le estás demostrando tu agradecimiento?

Si ahora tenemos familia, hijos, esposa o una empresa o una casa, o tal vez trabajo, un carro, salud o una kehilá, ¿no crees que es momento de agradecerle al Eterno? ¿Sabes? Te invito a que en este momento te detengas y de labios le agradezcas; sin embargo, no quiero que pienses que esto es suficiente, es necesario confirmarlo con nuestro hechos, ¿cómo?, dale a Hashem de tu tiempo, ofrécete en alguna necesidad propia de la Bet Haknesset, dale tiempo asistiendo a algún estudio de la Toráh, y no nada más eso, da de tu dinero para que la voluntad de Hashem se propague, contribuye monetariamente para el sostenimiento de la Bet Haknesset, compra libros y dónalos a la congregación para que se forme una biblioteca de la que todos salgan bendecidos, hay tanto por hacer, que estas son sólo sugerencias. ¡No te abstengas de agradecerle a Hashem por su misericordia y gran amor!

 
¡Shabbath Shalom!