Practicar la confesión

Y llamó

11 de Adar II del 5763
15 de Marzo 2003
Vayicra / Levítico 1:1- 5:26

Rav Mijael Avila «Shlita»
Sinagogas Bet HaDerej

Rav Mijael Avila «Shlita»
Sinagogas Bet HaDerej
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Introducción

Vayicrá 1:1 Y llamó (el Eterno) a Moisés, y le habló el Eterno desde la tienda de asignación, diciendo:

Vayicra el-Moshe vayedaber Adon-i elav me’Ohel Mo’ed lemor.

«Y llamó» es el significado de la palabra hebrea Vayicra que da el título a esta perasha Hashavua.

En esta porción se detalla los sacrificios que se llevarían a cabo en el Mishkan, éstos variarían dependiendo su origen, pero en el pereq – capítulo – 5 pasuk – versículo – 5, nos encontramos con algo que me llama la atención, leamos: Cuando pecare en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó

Y en este caso la confesión era parte del proceso de reivindicación delante de Hashem para determinados pecados. Ahora le echaremos un vistazo a esta importante parte para el perdón.

Temas de la parasha.

Primera alía (1:1-1:13): El Eterno llama a Moshé desde el Mishkán (Tabernáculo) de reunión, para darle instrucciones para las ofrendas que se presentan en el Mishkán. Le da instrucciones acerca de las ofrendas en lo concerniente al ganado vacuno, la persona que traía la ofrenda colocaba las manos sobre el animal. Luego el animal era sacrificado y el Cohen salpicaba su sangre sobre el Altar. Se le desollaba y se lo trozaba, y luego las partes eran dispuestas y lavadas, y se les quemaba en el Altar.

Segunda alía (1:14-2:6): Se describe el proceso en que se presentan las ofrendas igneas de los demás animales y aves. Se describen además, las distintas ofrendas vegetales, partes de las cuales se queman en el Altar, mientras que el resto será de los Cohanim.

Tercera alía (2:7-2:16): Se prohibe mezclar levadura o miel en las ofrendas. Se da instrucciones de sazonar con sal toda ofrenda. Se explica como deben de ser las ofrendas de primicias.

Cuarta alía (3:1-3:17): Se describe la ofrenda de paz, parte de la cual es quemada en el Altar, y la otra parte comida, puede ser de tanto ganado vacuno, como de ovejas y cabras. La Torá prohibe comer sangre y jelev (cierto cebo de los animales).

Quinta alía (4:1-4:26): Se especifican las ofrendas que se darán si una persona peca por ignorancia, o si toda la comunidad de Israel peca por ignorancia o si peca un jefe.

Sexta alía (4:27-5:10): Se indica la ofrenda que se dará por un pecado de inadvertencia haciendo algo prohibido por D-os presentará como ofrenda una cabra sin defecto o unas ovejitas. Se especifican las ofrendas para aquellos que podían testificar y no lo hicieron, para el que toco cosa impura o un animal impuro. Cuando uno cometiera uno de esos pecados debía llevar una hembra oveja o cabra y si no pudiere llevara dos tórtolas o dos pichones.

Séptima alía (5:11-5:23): Se explica las leyes de ofrenda para aquellos que no tienen para ofrecer las tórtolas o los pichones. Se presentara en su lugar una décima parte de flor de harina sin mezclarla con aceite ni incienso. El sacerdote la quemará y él hará la expiación por el pecado. También se dan las ordenes para la ofrenda para sí alguno pecare por error, que será un carnero. También se especifican por los pecados haciendo una cosa prohibida por la ley de D-os. Y por el pecado de infidelidad contra D-os, defraudando a su prójimo o hizo falso juramento.

Ultima lectura (5:24-5:26): Cuando hizo falso juramento deberá añadir la quinta parte. Llevara por el pecado un carnero sin defecto, el sacerdote hará la expiación por él en presencia de D-os.

Enseñanza.

Vayicrá 5:1 Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo, y no lo denunciare, él llevará su pecado. 2Asimismo la persona que hubiere tocado cualquiera cosa inmunda, sea cadáver de bestia inmunda, o cadáver de animal inmundo, o cadáver de reptil inmundo, bien que no lo supiere, será inmunda y habrá delinquido. 3O si tocare inmundicia de hombre, cualquiera inmundicia suya con que fuere inmundo, y no lo echare de ver, si después llegare a saberlo, será culpable. 4O si alguno jurare a la ligera con sus labios hacer mal o hacer bien, en cualquiera cosa que el hombre profiere con juramento, y él no lo entendiere; si después lo entiende, será culpable por cualquiera de estas cosas. 5Cuando pecare en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó

En el hebreo existe un vocablo que se traduce al español como confesar, el cual es Yadah, (Yod, Dalet y Hei), y no debemos confundirlo con la palabra hebrea Yada (Yod, Dalet y Ayin) la cual es una tipo de «conocimiento», y es un modismo que representa la intimidad física del matrimonio. Ahora, es curioso que se use la palabra Yadah para confesar, dado que esta palabra principalmente se traduce como «Alabar», algunas veces la traducen como «Dar gracias» y en otras ocasiones como en el caso que nos ocupa se traduce como «Confesar».

Esta palabra Yadah, precede de la palabra Yad (Yod y Dalet) que significa mano, dando a entender que la alabanza tiene como símbolo una mano, es decir las manos en alto, esto, como símbolo de sometimiento, de alabanza, de inocencia, por ejemplo, existen personas que naturalmente les nace cuando entonan una alabanza, levantar sus manos al cielo, ellos, están realizando una forma física delante de Hashem que no es nueva, como le vemos en el siguiente pasuk: 1 Melajim 8:22Luego se puso Salomón delante del altar de Hashem, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, 23dijo: Hashem Eloh-m de Israel, no hay Eloh-m como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; Aquí Shlomo delante del Mizbeaj – Altar – del Eterno, levantaba sus manos delante de El, como una señal de reconocimiento de sus señorío, ahora este acto también le sirvió para que en esa posición bendiciera a nuestro pueblo como lo leemos a continuación: 1 Melajim 8:54 Cuando acabó Salomón de hacer a Hashem toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Hashem con sus manos extendidas al cielo; 55y puesto en pie, bendijo a toda la congregación de Israel, diciendo en voz alta: 56Bendito sea Hashem, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado. 57Esté con nosotros Hashem nuestro Eloh-m, como estuvo con nuestros padres, y no nos desampare ni nos deje. 58Incline nuestro corazón hacia él, para que andemos en todos sus caminos, y guardemos sus mandamientos y sus estatutos y sus decretos, l os cuales mandó a nuestros padres. 59Y estas mis palabras con que he orado delante de Hashem, estén cerca de Hashem nuestro Eloh-m de día y de noche, para que él proteja la causa de su siervo y de su pueblo Israel, cada cosa en su tiempo; 60a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Hashem es Eloh-m, y que no hay otro. 61Sea, pues, perfecto vuestro corazón para con Hashem nuestro Eloh-m, andando en sus estatutos y guardando sus mandamientos, como en el día de hoy.

Si leíste con detenimiento habrás notado que fue una preciosa oración, y la postura de las manos levantadas, la utilizó también para bendecir.

Si reflexionamos en la postura de las manos levantadas, es normal traer a memoria cuando a una persona le apuntan con un arma y ella adopta las manos levantadas, denotando con ello su estado de indefensa, y es justamente así como nos presentamos delante de Hashem cuando levantamos las manos, desnudos ante su presencia e indefensos ante su poder. Ahora, también podríamos imaginarnos a un niño que al ver a su papá o a su mamá levanta sus manos esperando que ellos lo levanten y pongan en su regazo, denotando con ello el deseo del niño de buscar la protección, y el cobijo de sus padres, por supuesto que también así estamos delante de Hashem ¿Te das cuenta? Y si alguien en la sinagoga o congregación desea hacerlo, lo menos que podemos hacer es incentivar que lo practiquen.

¿Y que tiene que ver todo esto con la confesión? Pues podrás darte cuenta que detrás de la confesión, el estado del hombre es como estar indefenso delante de Hashem, al reconocer que se ha topado con paredes que le impiden el camino, y que no hay lugar a donde hacerse, igualmente estamos como desnudándonos ante su presencia de los actos que hicimos mal, reconociéndolos y entregándonos a su auxilio, así que por esto y mucho mas, debemos estar dispuestos a confesarnos delante de Hashem.

Muchas veces el creyente tiene necesidad de Hashem, sin embargo por cuanto supone que El, todo lo sabe, no siente la necesidad de confesarle su problema o su angustia, y esto me recuerda a la situación que se vive en cualquier hogar, en donde una hija tiene problemas, tal vez con la escuela, o en el trabajo, o tal vez extravió el dinero de la colegiatura, y su Mamá que la conoce tan bien, sabe que su hija tiene un problema, y a lo mejor incluso sabe que ella extravió el dinero, sin embargo y por respeto a su hija se mantiene al margen hasta en tanto su hija no le cuenta su problema ¿Por qué? Pues debido al respeto que le debe su hija, y solo podrá intervenir hasta que ella, le de autoridad para que su mamá intervenga, ¿Cómo le da ella autoridad a su mamá? La autoridad se la brinda cuando le cuenta el problema, y entonces ella con el premiso de su hija interviene. Así es Hashem con nosotros, debemos acostumbrarnos a contarle nuestros problemas o necesidades, y con ello, le estaremos dándo la autoridad para que intervenga en nuestros asuntos, ya que El, respetuosamente se mantendrá en la mayoría de los casos al margen de ayudarnos, debido a que esta impedido de ayudarnos, hasta en tanto no le cedemos la autoridad para solucionarlo.

Pero, regresemos a la confesión Yadah – y es de resaltar que uno de los días mas sagrados de nuestro pueblo, el día de Yom Kippur, el Cohen Gadol – Sumo sacerdote – al poner su mano sobre el macho cabrio, confesaba las iniquidades del pueblo.

Levítico 16:21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.
Detrás de esa confesión al tratarse de pecado, es un encuentro de reconocimiento de que se realizo un acto indebido ¿Te das cuenta? La confesión es un excelente método que Hashem le dio al hombre, para que tomara conciencia de sus actos, y como consecuencia, despojarse de la culpabilidad al quedar expuesto delante de Hashem a su merced, reconociendo su perdón y su misericordia.

Alcanzo a ver en la Biblia, que existe una línea de autoridad en descendencia, es decir, el padre tiene autoridad sobre todos sus descendientes, y determinados actos para bien, o para mal, influenciarán a sus descendientes, además de esto, también en la Biblia se ve, que en algunos pecados en línea de ascendencia directa, es posible tomar autoridad y cancelarlos mediante la confesión, leamos el texto para explicarme mejor.

Levítico 26:40 Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición

En este caso, el mal proceder de los padres, les afecta a sus hijos, sin embargo es posible que medie una confesión del hijo delante de Hashem, para que ese mal proceder de parte de los padres no traiga para el hijo una consecuencia, esto es más común encontrarlo en el caso de prácticas ocultistas, ya que traen una maldición sobre los hijos debido a las prácticas abominables de sus padres y es entonces cuando una confesión es lo recomendable, leamos otro ejemplo: Nehemías 9:2 Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.

Con esta reflexión espero que comprendamos un poco más el por qué del deseo de Hashem en cuanto a su mandato de confesarnos con El, y nos sirva para llevarlo a la práctica, dado que El nos lo dio como algo bueno.

Conclusión

Parte de lo que sería la confesión también incluye la proclamación de el nombre del Eterno, ya bien sea entre nosotros, o confesar su gloria a las naciones como lo leeremos a continuación: 1 Crónicas 16:34 Aclamad a Hashem, porque él es bueno; Porque su misericordia es eterna.

2 Crónicas 5:13 sonaban pues las trompetas, y cantaban con la voz todos a una, para alabar y confesar a Hashem: y cuando alzaban la voz con trompetas y címbalos é instrumentos de música, cuando alababan a Hashem, diciendo: Porque es bueno, porque su misericordia es para siempre: la casa se llenó entonces de una nube, la casa de Hashem.

2 Crónicas 7:6 Y los sacerdotes asistían en su ministerio; y los Levitas con los instrumentos de música de Hashem, los cuales había hecho el rey David para confesar a Hashem, que su misericordia es para siempre; cuando David alababa por mano de ellos. Asimismo los sacerdotes tañían trompetas delante de ellos, y todo Israel estaba en pie.

Con estos tres ejemplos creo que ya entendiste un poco el concepto de la confesión de Hashem, y solo me resta comentarte que el libro de Tehilim, es decir Salmos, está plagado de confesiones de Su Nombre, y ahora lee el siguiente pasuk, y espero te lleve a quitarte un peso, que mucha gente lleva en cuestión de glorificar y cantar sus proezas, y date cuenta que esta confesión o alabanza se practicaba en la congregación.

Salmos 35:18 Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo.

Espero, amado del Eterno, que tu deseo ahora sea practicar la confesión.

¡Shabbath Shalom!

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