Ser como Betzalel

Imagina que te encuentras en el tiempo y momento exacto en el que se estaba construyendo el Mishkan [Tabernáculo]. Mosheh rabénu habla cara a cara con HaShem y tú estás expectante para recibir las instrucciones.
De pronto, la primera indicación es lanzada: “Traigan una ofrenda de corazón para HaShem” [Shmot 35:4-5].
Oro, telas, pieles, madera, son algunos de los materiales que se necesitan para la edificación de este lugar Sagrado, por lo que prestos, hombres y mujeres llevan ante Mosheh rabénu lo solicitado. Tal es la muestra de amor que se le pide al pueblo no seguir llevando más cosas, con lo que se ha reunido basta y sobra [Shmot 36:5-7].

Nuestra alegría no tiene fin, nuestro Hacedor habitará en medio de nosotros, y ante ello te preguntas si un lugar terrenal podrá soportar Su gloria.
Y mientras te encuentras acomodando los materiales reunidos, algo atrapa tu atención, Mosheh rabénu se presenta acompañado de un hijo de la tribu de Iehudah, y al parecer él se encargará de realizar el trabajo sagrado en el Mishkan, su nombre es Betzalel ben Uri [Shmot 35:30].

Cuando escuchas este nombre, ¿qué es lo primero que llega a tu mente?
La respuesta más o popular entre nosotros sería la construcción del Mishkan, pues está escrito:
Shmot [Éx] 36:1 Betzalel, Aholiab y todo hombre sabio de corazón a quien HaShem dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las cosas que ha mandado HaShem.

Pero ¿qué más puede enseñarlos el nombre de este varón?
Vayamos por partes, su nombre se compone de una preposición y dos vocablos:
1. Be / En
2. Tzel / Sombra
3. El / Elokim
Por lo que un significado que podemos darle es: “En la sombra de Elokim”.
Sigmund Freud en su libro “Tótem y tabú” enseña: “El nombre del ser humano es un componente principal de su persona, tal vez un pedazo de su alma”.
Las mismas Escrituras y nuestros Maestros enseña que el nombre tiene una estrecha relación con la forma de ser de la persona, con su propósito o la rectificación que deben hacer en este mundo.
Respecto de Betzalel se comenta que en un principio su nombre no era este, sino que se lo ganó durante la construcción del Mishkan. Pues está escrito:
Shmot [Éx] 31:2 Mira, Yo he llamado por su nombre a Betzalel, hijo de Uri, hijo de Jur, de la tribu de Iehudah.

El el tratado del Talmud, Berajot 55a, se encuentra un relato respecto de lo dicho anteriormente:
Rabi Shmuel bar Najami dijo en el nombre de Rabi Ionatan: Betzalel fue llamado con este nombre por su sabiduría. Cuando el Sagrado, Bendito Es, le dijo a Mosheh: «Ve y dile a Betzalel que me haga un Mishkan, un Arca y utensilios», Mosheh fue e invirtió el orden y le dijo: «Haz un Arca, utensilios y un Mishkan». Al escuchar el pedido Betzalel le dijo: «¡Mosheh! La costumbre del mundo [es que] una persona construye una casa y después trae utensilios dentro de ella. Pero tú dices: «Hazme un Arca, utensilios y a continuación un Mishkan. Los utensilios que haré, ¿dónde los ingresaré? Quizá el Sagrado, Bendito Es así te lo dijo: «Haz un Mishkan, un Arca y utensilios». Mosheh Le dijo: «Quizá estuviste en la sombra de Elokim [Betzel El] y por eso lo supiste.

Otras opiniones, como la de Sforno [z”l], en sus comentarios del libro de Shmot, puntualizan que Betzalel fue elegido por la predisposición que tenía para este trabajo sagrado, explicando que cuando está escrito: “He llamado por su nombre”, quiere decir que lo designó. Sforno escribe:
Trata de entender que no nombré a Betzalel para esta tarea de forma arbitraria, ya que es de la esencia que alguien que es muy alto, también en lo espiritual debe llevar a cabo una tarea tan sagrada como la configuración de las partes del Tabernáculo. Esa persona no sólo debe tener en cuenta el deseo de ejecutar técnicamente artesanía de primera clase, sino que constantemente debe ser consciente de cumplir un mandamiento Divino.

Hay un verso en el libro de los Salmos que dice de la siguiente manera:
Tehilim [Sal] 82:6 Yo dije: Ustedes son dioses; y todos ustedes son hijos del Altísimo.

Me llama la atención la manera en como algunos traductores judíos traducen este verso, dado que en él se menciona la palabra Elokim, y usualmente lo ponen como Jueces.
Bien sabemos que dicha palabra [Elokim] no puede traducirse de una manera sencilla al español, ya que puede denotar muchas cosas: poder, soberanía, justicia, alusión a una deidad, etc.; a lo largo del Tanaj se utiliza para mostrar la autoridad que tiene alguna persona o para hablar de una divinidad.
Tal vez te preguntes qué relación hay entre esto y la información que tenemos sobre Betzalel. Para que podamos entenderlo, te invito a leer un verso del Bereshit:
Bereshit [Gn] 1:27 Y creó Elokim al hombre a su imagen, a imagen de Elokim lo creó; varón y hembra los creó.

Si lo leemos así no queda del todo claro, vamos a verlo en su fonética hebrea:
Bereshit [Gn] 1:27 Vaibra Elokim et haadam betzlmo, betzelem Elokim bara oto zajar unkebah bara otam.

He subrayado las palabras clave, ya que en este verso se utiliza el vocablo “Tzelem”, que es de donde se desprende la palabra Tzel, utilizada en el nombre Betzalel.
Cuando la Escritura respalda que somo creados a “imagen” de Elokim, pudiéramos decir que somos “ejemplo y sombra” de lo que Él Es, nuestro cuerpo es una semejanza, una «sombra» de lo verdadero.
El Brit jadashah [Pacto renovado] nos ayuda a clarificar esta idea:
‘Ibrim [Heb] 8:4-5 Porque si Él estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan ofrendas según la ley; los cuales sirven de ejemplo y sombra de las cosas celestiales, como fue advertido por Elokim a Mosheh cuando estaba por comenzar el tabernáculo: Mira, dice, haz todas las cosas conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

Cuando leemos al respecto de Betzalel, bien pudiéramos estar hablando de todo el pueblo de Israel como unidad y a su vez de manera individual.
En aquel tiempo cuando se construyó el Mishkan, bien pudo haber hombres mejor preparados que Betzalel, pero a HaShem le plació escogerlo a él.
Paralelamente podemos decir que pueblos hay muchos, y no se diga de las ideologías religiosas, sin embargo HaShem se complació sólo en un pueblo, aquel que fue capáz de decir: “Haremos y escucharemos”, cuando recibió la Voluntad Divina en el Monte Sinaí.
¡Y sí! había más personas trabajando y ayudando en la construcción del Mishkan, pero solo Betzalel tenía el trabajo de lo más Sagrado.
Shmot [Éx] 35:30 Y dijo Mosheh a los hijos de Israel: Miren, HaShem ha nombrado a Betzalel hijo de Uri, hijo de Jur, de la tribu de Iehudah; y lo ha llenado del Espíritu de Elokim, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa.

Como pueblo y de manera individual, un judío es el único que sabe “trabajar” estos materiales, pues a él le fue confiada la Torah, por ende es capaz de entender y vivir los preceptos Divinos mejor que nadie.
Fuimos hechos a la imagen y semejanza de Elokim, somos como Betzalel, y debemos hacer lo propio para construir ese bello lugar y que HaShem vuelva a habitar en medio de nosotros.

Jazak ubaruk!

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