Shema Israel

Esta porción Vaetjanan contiene uno de los versos más conocidos por el judaísmo, aquel que está lleno de profundidad y en el que con pocas palabras estamos declarando cosas que exceden nuestro entendimiento.
Muchos concuerdan en que el verso de Debarim 6:4 o mencionado por muchos como: El Shema’, es una declaración de la fe hebrea, en donde de manera básica reconocemos que sobre nosotros está HaShem, el Único y Verdadero Elokim.

Esta declaración forma parte de los preceptos activos en la Torah y según lo escrito debe ser recitado dos veces al día [al acostarte y al levantarte (Debarim 6:7)]. Pero esto no quiere decir que basta con leerlo y ya, pues tal como está escrito debemos escuchar [shema’], poniendo especial atención en cada palabra.
La recitación del Shema’ es requerida por la Torah y uno debe tener en mente que está a punto de cumplir este precepto.
Es importante concentrase durante la recitación de los tres párrafos que lo conforman, recitando cada palabra claramente y procurando no decirlas de corrido para evitar mencionar las palabras como si fueran una.
Es por ello que de manera general, se colocan unas líneas verticales entre las palabras que no se encuentran separadas por una coma o guion, para evitar que esto suceda.

Si bien sabemos que la recitación del Shema’ se compone varias partes [Debarim 6:4-9, Debarim 11:13-21, Bamidbar 15:37-41]; quiero que nos enfoquemos en la primera parte.
Aun cuando uno debe tratar de prestar atención en el significado de los tres párrafos, debe concentrarse al menos en el significado del primer verso [Shema’] y el segundo [Baruj shem], porque la recitación del Shema’ representa el cumplimiento del Supremo precepto de aceptación de la soberanía absoluta de HaShem [Cabalat ‘ol maljut shamaim].

Al declarar que Elokim es Uno, Único e Indivisible, subordinamos cada faceta de nuestras personalidades, posesiones, nuestras mismas vidas a Su voluntad.
La Cabalah enseña que el Shema’ es el reconocimiento de la unidad y nos conecta con Beriah, el Mundo de la Creación. Trae la Unidad del Creador a nuestra conciencia y nos recuerda que debemos extender el amor incondicional a todos.

Debarim [Dt] 6:4
Shema’ | Israel, Adon-i | Elokénu, Adon-i | Ejad:
Escucha Israel, HaShem nuestro Elokim, HaShem Es Uno:

De manera general podemos desmenuzar este verso y decir:

Shema’ Israel: Presta especial atención a lo que vas a recitar y escuchar. Y cabe resaltar que hace el llamado a un pueblo en particular, Israel.
En este punto de la historia HaShem es solo nuestro Elokim, ya que Él no es reconocido universalmente. En última instancia, sin embargo, todos lo reconocerán como Único Elokim [Rashi, ‘Aruj hashuljan 61:4].
Adon-i: HaShem es el Eterno, Quien fue, Es, y siempre será; además de ser el Amo de todo.
Elokenu: Nuestro Elokim. Él Es el TodoPoderoso [Oraj jaim 5].
Ejad: El único. Esta palabra tiene dos connotaciones:
a) No hay Elokim aparte de HaShem [Rashbam].
b) Somos capaces de percibir a HaShem en diferentes papeles – amable, severo, misericordioso, sabio, etc. – estos diferentes atributos no son contradictorios los unos con los otros, aun cuando la inteligencia humana no comprenda su armonía.

En los rollos de la Torah las letras ‘Ain / ע y Dalet / ד se encuentran alargadas, juntas forman la palabra ‘Ed / עד que puede traducirse como Testigo, aludiendo al pensamiento de que cada judío, al recitar Shema’, da testimonio de la Unidad de HaShem y la declara a todo el mundo.
Al mencionar la palabra «Ejad / אחד», se recomienda visualizar cada letra.
Alef / א: cuyo valor es 1, nos debe recordar que HaShem Es Uno.
Jet / ח: con valor de 8 [por lo que se recomienda mantenerla el tiempo que toma contar hasta 8]; nos recuerda la Soberanía de HaShem sobre los 7 cielos y la tierra.
Dalet / ד: cuyo valor es 4 [por lo que se recomienda mantenerla el tiempo que toma contar hasta 4]; nos recuerda que HaShem Es el Único soberano del universo. Siendo el Amo de los 4 puntos cardinales.

La recitación del Shema’ es uno de los puntos fundamentales en nuestro rezo, y viene acompañado de ciertas bendiciones previas y posteriores, que varían dependiendo del horario y el día en que las recitemos.
Cabe hacer mención de que, si bien sabemos que después de cada bendición que comience por las palabras “Baruj Atah HaShem”, debemos responder “Amen”, en la bendición previa a leer el verso de Debarim 6:4, debemos abstenernos de hacerlo, por la razón de que entre esas palabras y el inicio del Shema’ no debe haber interrupción alguna, ni siquiera para responder “Amen”.

El número total de las palabras en los tres párrafos del Shema’ es 245, los Sabios enseñan que hay 248 órganos en el cuerpo humano y 248 preceptos activos. Este número paralelo simboliza que el propósito de la existencia física es obedecer los preceptos de la Torah. Los Maestros quisieron transmitir el simbolismo anterior en la recitación del Shema’, por lo que añadieron tres palabras.
Si se está rezando sin Minian, las palabras «El Mélej Neeman / אל מלך נאמן», son dichas antes de que se inicie el Shema’. Estas tres palabras podemos entenderlas de la siguiente manera:
El: Elokim, El TodoPoderoso fuente de toda misericordia.
Mélej: Rey, Quien reina, lleva y supervisa sobre todo.
Neeman: Fiel, Justo, no dando ni más sufrimiento ni menos bondad que la que uno merece.
[Anaf Yosef].
Estas palabras fueron escogidas por que sus iniciales forman la palabra «Amen / אמן», testificando a nuestra creencia en las verdades que estamos a punto de recitar.
Si se está rezando con Minian, las tres palabras se agregan al final de los 3 párrafos. La congregación escucha la repetición del Jazan en voz alta de las tres palabras «HaShem Elokejem: Emet / HaShem su Elokim: Verdadero».

¿Por qué cubrimos nuestros ojos al recitar el verso del Shema’?

Rabi Abraham enseña en nombre de Rabi Shimshon: Mosheh rabénu se da cuenta de su piel irradia luz tras el alto nivel de purificación que obtuvo cuando bajó de Har Sinai.
Rabi Shimshon aclara: En el momento en que Mosheh rabénu se da cuenta de que su piel despide luz: «Puso un velo sobre su rostro / Vaiten ‘al panav masveh / ויתן על פניו מסוה» [Shmot (Éx) 34:33]; de modo que esa luz debía estar guardada para que la gente no tuviera miedo de llegar hasta él.
El Miflaim ma’aseja cuenta que la medida de completitud en el hombre se encuentra en el primero de nuestros patriarcas, Abraham.
Antes de que Elokim le cambiase su nombre, el patriarca era conocido como «Abram / אברם» cuyo valor es 243, y no puede llegar a ser completo de ese modo, por lo que para alcanzar su rectificación y ser capaz de tener descendencia para cumplir con todos los elementos para producir y propiciar la redención, tiene que incorporar la letra «He / ה» a su nombre, y ahora es conocido como «Abraham / אברהם».
Agregando esta letra el valor numérico de su nombre ahora es 248.

Con nuestro segundo patriarca Itzjac / יצחק, cuyo valor es 208, faltarían 40 para alcanzar la cifra 248.
Está escrito en la Torah: «Y fue cuando Itzjac llegó a los 40 años que tomó por esposa a Ribcah» [Bereshit (Gn) 25:20].
La letra que tiene valor numérico 40 es la «Mem / מ», por lo que afirma Rabi Shimshon que este es el verso que necesita Itzjac para poder llegar al número 248 y así completar su vida arribando a un Tiqun completo.

En el caso del patriarca Ia’acob / יעקב, su nombre vale 182, faltando 66 para alcanzar los 248.
Para ello vamos a la Torah donde está escrito: «Todas las almas que entraron en Mitzráim con Ia’acob, descendientes del mismo, sin contar las mujeres de sus hijos, fueron sesenta y seis» [Bereshit (Gn) 46:26].
La forma de representar el número 66 en hebreo es «Samej Vav / סו».
Estos son los 66 que le hacen falta a Ia’acob para llegar a la cifra 248 y alcanzar la completitud de su Tiqun.

De estos 3 episodios obtenemos algunas letras:
Con Abraham la «He / ה», con Itzjac la «Mem / מ», con Ia’acob la «Samej / ס» y la «Vav / ו». Si juntamos estas cuatro letras nos pueden dar como resultado la palabra «Masveh / מסוה», ese velo que Mosheh rabénu pone sobre su rostro para cubrirlo, en especial sus ojos que destellan luz; y está llamado a revelar a Abraham, Itzjac y Ia’acob, que en la Cabalah se enseña que las almas de los tres patriarca se revelan en la de Mosheh rabénu al momento de arribar a su más alto Tiqun.
Por ello, cuando recitamos el verso: «Shema’ Israel HaShem Elokenu HaShem Ejad», cubrimos nuestros ojos con los cinco dedos de la mano [nos ponemos un Masveh], para envestirnos del mérito de las almas de nuestros patriarcas y sellar nuestra unión con el Creador.

¿Y por qué con los cinco dedos de la mano?
Rab Mosheh Armoni dice en nombre de Rab Itzjac Ginsburg: «El verso entero del Shema’ tiene valor numérico de 1118«.
Los dedos de la mano reciben en hebreo los siguientes nombres:
Meñique: Zeret / זרת
Anular: Qamitzah / קמיצה
Medio: Amah / אמה
Índice: Etzba’ / אצבע
Pulgar: Bohen / בהן
La suma total de los cinco dedos nos da 1118.
[Tomado de las enseñanzas del Rab Ginerman]

El segundo verso [Baruj shem / ברוך שמ] lo recitamos en voz baja porque:
a) En el lecho de muerte de Ia’acob, sus hijos afirmaron su lealtad a Elokim proclamando el verso del Shema’ [Israel en este contexto se refiere a Ia’acob]. Ia’acob respondió: «Baruj shem…».
Los Sabios enseñaron: «¿Debemos decir estas palabras en nuestras oraciones porque Ia’acob las dijo?» Sí. Pero, por otro lado, Mosheh no nos las transmitió, porque no se encuentran en la Torah, por lo tanto, digámoslas suavemente [Pesajim 56a].
b) Mosheh escuchó esta bella oración de los ángeles y la enseñó a Israel.
No la decimos en vos alta porque somos transgresores y por lo tanto indignos de usar una fórmula angelical.
Sin embargo, en Iom kipur, cuando Israel se eleva a sí mismo al nivel sin transgresión de ángeles, la recitamos en voz alta [Debarim Rabah 2:36]

Los Maestros Cabalistas enseñan referente a Vaicra [Lv] 19:13 donde está escrito: «El salario de un jornalero no ha de quedar contigo toda la noche hasta la mañana».
El jornalero es Metatron, quien es el jefe de todas las energías celestiales, el salario que debemos darle son estas 50 letras. Es decir, debemos recitar el Shema’ diariamente, y con este «pago» él llevará nuestra oración ante el Creador.

Que al acostarnos y al levantarnos, cuando nos dispongamos a pronunciar estos versos, la intención y comprensión puedan ayudarnos a recibir el mensaje que HaShem quiere darnos en las palabras Shema’ Israel.
Marcos 12:29 Iehoshua’ le respondió: El primer precepto de todos es: Escucha, Israel; el Señor nuestro Elokim, el Señor uno Es.

Jazak ubaruj!

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