Abraham abinu envía a su siervo Eliezer con la encomienda de buscar esposa para su hijo Itzjak. Es así como en su viaje y bajo la orientación Divina conoce a Ribkah, mujer nacida en la casa de su señor.
Después de una serie de eventos, en los que fue invitado a su casa para conocer a la familia y dar los obsequios correspondientes, decide marcharse. Sucede que tanto el hermano como la madre de Ribkah le expresan su deseo de que ella permanezca en casa por un año más, o al menos otros 10 meses. A Eli’ezer no parece agradarle la idea. Quiere cumplir con su labor cuanto antes. Entonces determinan que Ribkah tenga la última palabra.
Bereshit [Gn] 24:57 Ellos respondieron entonces: Llamemos a la muchacha y preguntémosle a su boca.
El hecho de que aparezca esta frase: «Preguntémosle a su boca» o «Preguntémosle a ella» [como aparece en otras traducciones], da la pauta para entender que cuando un hombre quiere desposar a una mujer, la decisión de aceptar o no, dependerá de ella.
Es la mujer quien elige a la persona con la que se complementará. Para ello debe basar su decisión no en sentimientos, ni emociones o apariencias. Debe hacerlo en razones y argumentos, para saber si la persona que quiere casarse con ella, puede cumplir las obligaciones de todo hombre casado con base en la Torah.
Shemot [Ex] 21:10 […] no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el débito conyugal.
Ribkah no basó su decisión en una emoción o sentimientos pasajeros. No se dejó guiar por la apariencia física, pues no hubo un acercamiento previo. Al ver lo que había sucedido, analizó y razonó que Itzjak era un excelente candidato para esposo, por lo que decide aceptar e irse.
Al final está escrito el buen desenlace de estos hechos:
Bereshit [Gn] 24:67 Y la introdujo Itzjak a la tienda de Sarah su madre y tomó a Ribkah por mujer y la amó y se consoló Itzjak después de la muerte de su madre.
No solo el hecho de casarte, que las decisiones importantes en tu vida se basen en razones y no en sentimientos.
Jazak ubaruj!
