Situaciones que causan enojo.

Esta perashá-porción muestra en la vida de Balák las necesidades del ser humano en cuanto a resolver cuestiones casi imposibles. Observó Balák como dos reinos poderosos, Sijón y ‘Og fueron contundentemente derrotados, ¿Que le esperaría a él? La respuesta ya tenía, ¡una derrota! Estos acontecimientos dejan claro que aun cuando el ser humano ve condiciones contrarias y esto es por demás obvio y claro, en su criterio supone que podrá resolverlo.

Balák realizó alianza aun con sus enemigos. Alianza que le pareció  insuficiente, quizá por considerar que era no solo un problema físico, alcanzó a ver un matiz espiritual en la problemática. Así que buscó una línea respetable como para ser frente, buscó un hechicero que gozaba de bastante prestigio, el cual tenía la permisión de parte del Bendito sea Su Nombre de comunicarse con Él.

Por lo tanto debemos de agradecer al Eterno la excepcional oportunidad que da a nuestras mentes y espíritus de tener la capacidad de comprender, reconocer, situaciones que no están a nuestro alcance, aún cuando no comprendamos las decisiones del Eterno, las cuales siempre son buenas. Son así porque Su misericordia es para siempre.

Las situaciones de enojo son cuadros vivenciales que de manera general se aparecen en nuestras vidas. Mi intención es detectar esas situaciones, crear conciencia en los elementos y determinar si es posible enojarse, y lo contrario, tener la posibilidad de evitarlo.

Para empezar les mostraré el pasúk-versículo de esta perashá que dio motivo para dar este tema:

Bamidbar-Números 22:27  Y viendo el asna al ángel del Eterno, se echó debajo de Bil’ám; y Bil’ám se enojó y azotó al asna con un palo.

Vemos una situación donde la acción del animal provocó enojo y la reacción fue el azotarle. Para analizar una situación de enojo; pongamos atención a la conducta de este animal. Una forma de adentrarse a esto será a través de preguntas que ustedes contestaran de forma personal.

Pregunta número uno: ¿Cuántas veces Bil’ám golpeó a la asna? : 1, 2,3, ó 4  ¿Por cuál te inclinas?

Pregunta número dos: ¿Cuántas irregularidades de conducta realizó el animal?: 1, 2,3, ó 4 

¿Cuál es tu respuesta?

Pregunta número tres: Si golpeó varias veces Bil’ám al animal, ¿en cuántas de ellas estaba enojado? 1, 2,3, ó 4

¿Cuál sería la respuesta correcta?

Pregunta número cuatro: ¿Cuántas irregularidades  la asna realizó antes de que se le golpeara con enojo? 1, 2,3, ó 4  veces

¿Tu por cual te inclinas?

Pregunta número cinco: ¿existiría una diferencia en el semblante de Bil’ám cuando se enojó? : Si  o,  No  

¿Tú qué piensas?

Las preguntas si aun no tienen respuestas las encontraremos más adelante, solo pon atención.

La palabra enojo que estamos estudiando tiene su origen en la raíz hebrea “jará” al cual al traducirlo pretenden darle un enfoque que indique perder cierto equilibrio emocional en el ser humano en situaciones particulares donde desde su punto de vista, es afectado.

La Torá nos da un ejemplo de cómo cambia el semblante de alguien cuando tiene presencia el enojo en su vida.

Bereshit-Génesis 4:5  pero no miró con agrado a Kayn y a la ofrenda suya. Y se enojo Kayn en gran manera, y decayó su semblante.

Mi intensión no es dar los rasgos conductuales de la persona sobre este caso, mi intención es clarificar situaciones que crean probabilidades de enojo. Volvamos al caso de Bil’ám, el cual golpea varias veces al animal veamos:

Bamidbar-Números 22:28  Entonces El Eterno abrió la boca a la asna, la cual dijo a Bil’ám: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces?

La golpeó tres veces, por lo tanto existieron tres situaciones de irregularidad de conducta en el animal, pero solo por una la Torá especifica que se enojó, Como lo vimos en el pasúk que dio pie para hablar sobre este tema. Imaginemos el caso, Bil’ám se sube al asna, existe un camino a seguir de manera clara, el animal se sale del camino, Bil’ám le da un tipo de corrección simple sin enojo, calculando que esto sería suficiente para que el animal reaccionara. El animal vuelve a cometer otro error, probablemente Bil’ám golpeó un poco más fuerte, pero sin enojo. Quizás sintió extrañeza por la conducta del animal, como vemos aquí han pasado dos eventos o hechos del mismo animal y aun no provoca enojo, con esto logramos ver que para tener derecho de enojarse se tendría que observar la misma conducta en una situación al menos mas de dos veces. Para dar una legalidad a este comentario veamos los pasajes donde la palabra que estamos involucra este aspecto:

Bereshit-Génesis 18:30, 31,32  Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta.

Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte.

Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez.

En este caso nuestro ancestro antepone la expresión: “no se enoje” ante el pidiendo lo mismo varias veces con otras condiciones.

Veamos otro caso.

Shoftim-Jueces 6:39  Guídeon dijo a Elohim: "No te irrites contra mí sí me atrevo a hablar de nuevo. Por favor, quisiera hacer por última vez la prueba con el vellón: que quede seco sólo el vellón y que haya rocío por todo el suelo."

Guídeón insiste en obtener una respuesta cambiando las condiciones, pero repitiendo la acción y considera el que esta actitud, puede provocar enojo.

Entendamos que para tener un enojo debe de existir una conducta repetitiva, primero hacer uso de correcciones útiles dirigidas al buen camino pero sin enojo, y solo después tendría cabida este sentimiento.

Ahora veamos situaciones que generarían una posibilidad de enojo, de las cuales es nuestra obligación observar que existan los elementos que anteriormente mencionamos para que el enojo sea válido. Lo anterior nos daría la posibilidad de generar un control emocional. Quiero aclarar que en caso de Kayn-Caín y Hevel-Abel- tenemos a un personaje que quizás vio una y otra vez que su presente no era aceptado y no hizo nada para mejorar, pensando que su enojo tenía razón de ser cometió una injusticia, por lo tanto existe también la obligación de detectar que la situación este encuadrada en justicia, porque de lo contrario aun existiendo los elementos anteriores, el enojo sería injusto.

Situación uno. Cuando alguien te exige algo:

Bereshit-Génesis 30:1,2  Viendo Rajel que no daba hijos a Ya’akov, tuvo envidia de su hermana, y decía a Ya’akov: Dame hijos, o si no, me muero.

Y Ya’akov se enojó contra Rajel, y dijo: ¿Soy yo acaso Elohim, que te impidió el fruto de tu vientre?

Situación dos. Cuando se comente un atropello:

Bereshit-Génesis 31:36  Entonces Ya’akov se enojó, y riñó con Labán; y respondió Ya’akov y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución?

Situación tres. Cuando se comete una vileza:

Bereshit-Génesis  34:7  Y los hijos de Ya’akov vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se enojaron mucho, porque hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Ya’akov, lo que no se debía haber hecho.

Situación cuatro. Cuando alguien te comenta algo, sea verdad o mentira:

Bereshit-Génesis  39:19  Y sucedió que cuando oyó el amo de Yosef las palabras que su mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor.

Situación cinco. Cuando alguien realiza algo y se entera que estuvo mal, esto provoca un enojo contra el mismo.

Bereshit-Génesis  45:5  Ahora bien, no os pese mal, ni os dé enojo el haberme vendido acá, pues para salvar vidas me envió Elohim delante de vosotros.

Situación seis. Cuando alguien no atiende instrucciones:

Shemot-Éxodo 4:14  Entonces el Señor se enojó contra Moshé, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aharón, levita, y que él habla bien? Y aun he aquí que él te saldrá a recibir, y viéndote, se alegrará de su corazón.

Situación siete. Ante la idolatría.

Shemot-Éxodo  32:19  Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moshé, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte.

Situación ocho. Cuando no existe la cortesía o buenos modales:

Bereshit-Génesis  31:35  Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

Situación nueve. Cuando existen quejas.

Bamidbar-Números 11:1  Y aconteció que el pueblo se quejó a oídos del Señor; y lo oyó el Señor, y se enardeció su furor, y se encendió en ellos fuego del Señor y consumió en el extremo del campamento.

Conclusión.

Por motivos de redacción dejo varias situaciones fuera de este tema, esperando que lo que se plasmo sea suficiente como para darnos una idea general de las situaciones que se pueden presentar. Tengan presente que no estoy dando formas de cómo reaccionar ante un enojo. Mi intención es detectar situaciones que crean las probabilidades de enojo. B’zrat Hashem-con ayuda del Eterno más adelante sea capaz de dar este tipo de consejo, por el momento les dejo esto, veamos:

¿Recuerdan el caso de Yoná-Jonás?

Yoná-Jonás 4:1  Pero Yoná se apesadumbró en extremo, y se enojó.

La incomodidad en la decisión que el Eterno había destinado para esa ciudad lo había deja bastante afectado y surge una pregunta del Bendito sea Su Nombre:

 Yoná-Jonás  4:4  Y El Eterno le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?

Enojarse de manera inadecuada provoca respuestas peligrosas:

Yoná-Jonás  4:9  Entonces dijo Elohim a Yoná: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.

Por lo tanto el consejo final es:

Tehilim-Salmos 37:8  Deja la ira, y desecha el enojo;  No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

¡Shabát Shalom!

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