Tazria o lepra?

Conciba-Leproso

3 de Iyar de 5764
24 de Abril del 2004
Vaykra / Levítico 12:1-13:59

Vaykra / Levítico 14:1-15:33

Rav Mijael Avila «Shlita»
Sinagogas Bet HaDerej

Rav Mijael Avila «Shlita»
Sinagogas Bet HaDerej
[email protected]

Introducción

Tazria


Levítico 12:1 Y habló el Eterno a Moisés, diciendo: 2. Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer, cuando hubiere concebido y dado a luz un hijo varón, quedará impura siete días; igual que los días en que está separada (del esposo) por su enfermedad mensual, quedará impura

Vayicra 12:1. Vayedaber Adon-i el-Moshe lemor. 2. Daber el-beney Yisra’el lemor ishah ki tazria veyaldah zajar vetame’ah shiv’at yamim kimey nidat devotah titma

Metzora

Levítico 14:1 Y habló el Eterno a Moisés, diciendo: 2. Esta será la ley tocante al leproso, en el día de su purificación, cuando será llevado al sacerdote

En este año la perasha Tazria y Metzora se leen juntas, por lo que no obstante de la consideración de que tenemos más perequim -capítulos- por leer, nos concentraremos en la perasha Tazria, ya que tiene una importante enseñanza para nuestros días, ya que en ella, se presenta la problemática de una supuesta «lepra«, la cual como sabrán no es precisamente la lepra conocida contemporáneamente, sino una enfermedad cutanea la cual tenía un origen divino que estaba relacionada con un castigo para el hombre o mujer que fueran dado a hablar Lashon Hará – mala lengua-, es decir, hablando calumnias, y aun verdades del actuar de una, o varias personas, pero que detrás de ello, provoca que la fama de una persona se vea dañada.

Vayicra 14:1 Vayedaber Adon-i el-Moshe lemor 2 Zot tihyeh torat hametsora beyom tahorato vehuva el-hakohen


Temas de la Perasha

TazriaNos habla acerca de la ley para la que da a luz a varón o mujer. Da indicaciones acerca de la presentación de la persona que presuntamente estuviere enferma de tzaraát.

Primer Alía (12:1 – 13:5): Nos habla acerca de la ley para la que da a luz a varón o mujer. Da indicaciones acerca de la presentación de la persona que presuntamente estuviere enferma de tzaraát.

Segunda Alía (13:6 -17): El cohen declarará después de un tiempo de observación la enfermedad o limpieza del presunto enfermo con tzaraát.

Tercera Alía (13:18 – 23): Demás recomendaciones para el cohen con el fin de distinguir la tzaraát.

Cuarta Alía (13:24 – 28): Continuan los detalles para declarar la tzaraát en una persona.

Quinta Alía (13:29 – 39): La forma en que el cohen examina en la cabeza y en la barba las llagas.

Sexta Alía (13:40 – 54): Los detalles cuando una persona queda calva y como consecuencia se declarará su limpieza. La plaga en los vestidos.

Séptima Alía (13:55 – 56): La acción del cohen en cuanto la plaga estuviere en alguna ropa.

Metzora

Primera Alía (14:1 – 14:12): Esta alia habla acerca de la ley para el metzora -enfermo de lepra- cuando se limpiare y como deberá realizarse su pureza ceremonial

Segunda Alía (14:13 -20): El cohen degollará al cordero y realizará el esparcimiento de la sangre sobre la persona que se limpiará.

Tercera Alía (14:21 – 32): El Eterno da la alternativa para la purificación para aquellas personas de escasos recursos al respecto de cómo deberán purificarse.

Cuarta Alía (14:33 – 53): Cuando nuestro pueblo entre a la tierra prometida deberá observar la plaga si acaeciere sobre las casas notificándolo al cohen para que la examine.

Quinta Alía (14:54 – 15:15): Hashem da instrucciones a Moshé y Aarón al respecto de los hombres que tuvieren flujo de semen y al tenerlo se convertirían en inmundos, así como la explicación del periodo que debía guardar para volverse puro.

Sexta Alía (15:16 – 28): Continua la explicación de la contaminación que provoca el que tiene la emisión de semen, así como la impureza que recae sobre la mujer que tiene flujo de sangre.

Séptima Alía (15:29 – 30): Después del octavo día la mujer que tuviere flujo de sangre deberá ofrecer dos tórtolas para su purificación.


Enseñanza

El tema de la supuesta lepra existente en los tiempos bíblicos siempre ha resultado muy interesante ya que esta enfermedad cutánea conllevaba una serie de implicaciones que iban desde la modificación de la apariencia de las personas, hasta la separación con la sociedad, por lo que siempre será valioso reflexionar en la consecuencia que deberíamos tener por nuestros actos, y que Baruj Hashem en estos tiempos al menos en esa área, salimos bien librados, pero no por ello dejamos de acarrear las consecuencias que provocarán nuestros dichos.

Al español la enfermedad conocida en hebreo como Tzaraát, la tradujeron como lepra, y esta enfermedad se presentaba como una hinchazón, erupción o mancha blanca o bien tumor, y como ya he escrito no era una lepra convencional, ya que también contaminaba las casas y aún la ropa. Esta enfermedad que se presentaba en el hombre, era como consecuencia de que murmuraba en contra de las personas o bien se veía envuelto en chismes, y esta práctica era castigada, por llamarle de alguna manera, con la Tzaraát.


LA REPERCUSIÓN FÍSICA

Como la tzaraát era una enfermedad cutánea, la persona que la sufría, su físico empezaba a verse afectado, y resultaba evidente para las personas, lo que seguramente afectaba gravemente la percepción que las personas tendrían del individuo, por lo que no debió ser algo sencillo de sobrellevar.

Es tal el impacto que provocaba esa enfermedad, que incluso el Eterno la tuvo que mostrar a Moshé, como muestra de su poderío y sobre todo para que Moshé se convenciera de que el Eterno estaría con él.

Exodo 4:6 Le dijo además Hashem: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. 7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. 8 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera.

Si tratáremos de imaginarnos la sorpresa en la cara de Moshé seguramente debió haber sido espectacular, y esa era precisamente la huella que quedaba en la gente a la que desgraciadamente le acontecía semejante enfermedad.


LA REPERCUSIÓN SOCIAL

Ahora, como era una enfermedad ocasionada por un mal comportamiento, y que por supuesto el que la mandaba era Hashem, no había medicina que la curara, sino que el leproso debía presentarse ante el sacerdote -cohen- el cual lo examinaba y pasaba por una etapa de prueba, hasta en tanto no se le declaraba la tzaraát, y en este periodo de prueba, el hombre o mujer eran separados de la sociedad en donde vivían.

Imaginémonos que de la noche a la mañana a cualquiera de nosotros fueramos desprendidos de nuestro lugar de trabajo, de nuestra casa, de nuestra esposa o esposo o tal vez padres e hijos, debió haber sido desastroso, una pena social que dejaba una profunda huella, y sobro todo por que la gente con la que convivia la persona, era imposible que no se enterara.

Esta repercusión social, dejo como un ejemplo a Miriam -María- la hermana de Moshé, que a pesar de haber sido una gran mujer, sierva de Hashem, se le recordará por el mal paso dado en la murmuración que profirió contra su hermano Moshé.

Deuteronómio 24:8 En cuanto a la plaga de la lepra, ten cuidado de observar diligentemente y hacer según todo lo que os enseñaren los sacerdotes levitas; según yo les he mandado, así cuidaréis de hacer. 9 Acuérdate de lo que hizo Hashem tu Dios a María en el camino, después que salisteis de Egipto.


LA REPERCUSIÓN EN LO EMOCIONAL

El hombre o mujer que le acontecía semejante mal, debía cargar con una pesada loza sobre si, ya que le era impedido seguir con su vida normal, y por lo tanto su situación se volvía critica y desafortunadamente acarreaba a su familia junto con el o ella, ya que al ser separados de la sociedad debían morar junto con otros que estaban en la misma condición y eso sería algo difícil de llevar, ya que cada uno de ellos estarían esperanzados a que el Eterno hiciera un milagro con ellos, pero mientras tanto, acontecería que quedaría en ellos, la fortaleza para soportar la espera paciente requerida hasta en tanto Hashem le sanara.

Levítico 13:45 Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.

El estatus que adquiría era de impureza, por lo que no le era permitido acercarse al Mishkan -tabernáculo- o al Beit Hamikdash -Santo Templo- y por supuesto como he escrito, tampoco a su familia, de ahí que si no se reponía podría fácilmente sucumbir ante el aislamiento de sus seres queridos.


LA SOLUCIÓN

Una vez que la persona era afectada de la tzaraát, debía pasar por el proceso de examen delante del sacerdote, y no lo hacían delante de algún médico, ¿Por qué? Por cuanto no era una enfermedad curable, de ahí que al haber hecho mal delante de Hashem por descuidar lo que hablaba, su primer paso de acercamiento con Hashem, era con el fin de restituirse, por lo que se presentaba ante el representante de Hashem, el cohen -sacerdote-.

Levítico 13:2 Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes.

Si la enfermedad era confirmada se aislaba de la sociedad, y era ahí cuando cumplia con el segundo paso para la recuperación. ¿Por qué se aislaba? Pues por que al aislarse debía adquirir plena conciencia de que había hecho un mal delante del Eterno y por supuesto, también delante de los hombres, y en esta ocasión no era suficiente confesarse delante de Hashem, sino que además tenía que pregonar delante de los hombres, la condición en la cual se encontraba.

Levítico 13:45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!

Si leíste con detenimiento el leproso en cuanto estuviera cerca de los sanos debía gritar «¡Inmundo! ¡Inmundo!», debido a que era esa su condición, ya que por ejemplo, en su vestimenta a diferencia de el Cohen gadol -Sumo sacerdote- la cual era esplendorosa, el enfermo de tzaraát debía rasgarse su ropa, es decir estar acorde con su estatus delante del Eterno.

La gente que veía al enfermo de tzaraát, el cual era llamado metzora, tenía la obligación de destinar un momento para interceder por él delante de Hashem, y así se cumplía la misericordia, ya que se ligaba al necesitado mediante este acto.

Y ahora, el que cometió la falta junto a los que lo veían, estarían intercediendo delante de Hashem para que lo sanara.

Leamos el caso de Miriam, la hermana de Moshé: Números 12:9 Entonces la ira de Hashem se encendió contra ellos; y se fue. 10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa. 11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. 12 No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne. 13 Entonces Moisés clamó a Hashem, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. 14 Respondió Hashem a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación. 15 Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos. 16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán.

As íque los pasos para que recibiera sanidad aquel enfermo de Tzaraát, eran.

1- Identificar su enfermedad
2- Acercarse a Hashem mediante el cohen para que lo examinara.
3- Aislarse
4- Confesar su falta
5- Orar él y su prójimo al Eterno por su restauración


Conclusión

Este enfermedad es muy ilustrativa de una aparente paradoja que existe entre los creyentes, ya que por un lado esta el hecho de aborrecer el pecado y de apartarse del que lo practica y por otro lado esta el hecho de rescatarlos de esa vida.

Para entender esto, debemos considerar que siempre habra dos tratamientos para las personas dependiendo de si forman parte del pueblo de Hashem o no, recordarás que Yehoshua fue severamente acusado de juntarse con publicanos, prostitutas, pecadores, etc. Sin embargo él declaró que los sanos no tenían necesidad de médico, por lo que él, había venido precisamente por los que tenían esa necesidad, la de ser sanados. Esto concuerda perfectamente con lo escrito por su hermano Yaacob.

Santiago 5:19 Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20 sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.

Sin embargo es común encontrar religiosamente a gente que no desea en absoluto tener contacto con gente no creyente, y estando así, les resulta imposible hablar del cambio que podría provocarles Hashem es su vida, y es que me encuentro frecuentemente con gente que incluso se han separado por completo de su familia que no es creyente, y ahora se encuentran en un aislamiento, el cual, cuando desgraciadamente por determinadas circunstancias se rompe el vinculo con su congregación, sufren de soledad, por cuanto se han separado, y es que han cometido el error de juzgar a su familia, como si fueran hijos de Hashem, cuando en realidad no lo eran. Lo anterior nos debe llevar a tener cuidado de no poner mitzvot -mandamientos- a la gente, que no les han sido dados.

Por otro lado, está lo que debemos hacer con la gente a nuestro alrededor que si es creyente, al respecto de esta paradoja escrita por rabí Shaúl -conocido como Pablo-, la cual nos ilustra muy bien lo que escribo.

1 Corintios 5:9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?

Observa como rabi Shaúl en su sentido común no exige a la kehila que se abstenga en el trato con los «de afuera», ya que aclara, que en tal caso sería necesario salir de este mundo, sino que dice: «no os junteís con ninguno que, llamándose hermano» Y ahí esta la condicionante, ¿Cuál? Cuando alguna persona que declara que el es hijo y sin embargo se comporta como si no lo fuera, de esos, si, debemos de abstenernos de juntarnos.

Ahora te pregunto ¿Cuál es tu deber en una situación de separación semejante? Al igual que con el que tenía tzaraát ¡Orar por ellos!

Así que cumplamos con nuestro deber, cuando alguien da mal testimonio, te debes separar, pero detras de separarte, debes orar por aquellos, que están en el error.


¡Shabbath Shalom!

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