Luchando por una bendición

El comienzo de esta perashah deja ver un conflicto entre nuestros patriarcas Itzjak y Rivkah, conflicto que de manera sabia intentaban resolver a través del ruego.
Cuenta la tradición de nuestro pueblo que cuando supieron que Rivkah era estéril, ambos se unieron en tefilah / oración, cada uno en una esquina. Nuestro patriarca rogaba que su descendencia saliera de Rivkah, rezo que probablemente escuchó nuestra matriarca, lo que le dio a entender que Itzjak abinu estaba seguro de la promesa del Eterno.
Quizás el tiempo ya transcurrido, llenó de duda a nuestra matriarca y una pregunta cruzó por su mente: ¿Cómo era posible ser la madre de una nación, si no podía tener hijos?
Por otro lado nuestro patriarca tan sólo esperaba el tiempo, que el Eterno designara, para poder ver y comprobar que su espera tenía recompensa.

Más adelante, nuestro patriarca es puesto a prueba una vez más, en el asunto de los pozos de agua, donde podemos observar la calidad de tenacidad que este varón portaba. Pues aun cuando las excavaciones generaban problemas con los habitantes del lugar, estos no eran suficientes para interrumpir la búsqueda del agua, y en la Torah está escrito que Itzjak abinu continuó hasta que finalmente la encontró de manera abundante.
En ciertos casos, cuando se tiene la intención de emprender un algún negocio, es raro que la persona tras el fracaso de este, lo vuelva a intentar una vez más, pero más raro es que lo haga durante seis ocasiones, sin parecer importarle el tiempo y dinero que invierta, tal como lo hizo nuestro patriarca.
Como consecuencia de esto, el Eterno se le presentó y le dijo:
Bereshit / Génesis 26:24 Y se le apareció el Eterno aquella noche y dijo: Yo Soy el Elohim de Abraham, tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y haré multiplicar tu descendencia por causa de Abraham, mi siervo.

Por esa muestra de tenacidad, el Eterno le promete estar junto a él, aun cuando existieran impedimentos, tardanzas o problemas, ya que cualquiera de estas cosas no deberían de generarle temor alguno.
Pienso yo, que los problemas o tardanzas, forman parte de los ingredientes en la vida de cualquier hombre. El aprendizaje que nos dejan, es el de tener más confianza en la promesas que el Eterno nos hace; ya que cuando estos se presentan, tenemos que verlos como punto de partida para una madurez de nuestra persona.
Problema es igual a una oportunidad para mejorar, problema es igual a mostrar nuestra capacidad de resolución. No hagamos al problema ancla de angustia.

Para comenzar con el tema, veamos algunas frases sobre los problemas y hagamos reflexión:
“La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos”
Henry Ford.

“Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños”
Pablo Neruda.

“Cuando atrasamos la cosecha, los frutos se pudren, pero cuando atrasamos los problemas, no paran de crecer”
Paulo Coelho.

“No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos”
Albert Einstein.

“No le digas a Di-s que tan grande son tus problemas, dile a tus problemas que tan grande es Di-s”

El día de hoy si lo piensas un poco, tú y yo somos esa descendencia, es decir, somos el resultado de la esperanza que nuestro patriarca tuvo, la cual deseó con todo su ser, y ahora tú y yo formamos parte de esa bendición, somos como las estrellas en el cielo, como la arena del mar, y te pregunto ¿Qué problema es más grande en tu vida, para que no puedas creer esto?
¡Si, tú y yo somos esa bendición hecha realidad! ¿Qué genera esto en tu corazón? Para mí, ¡Ganas de pelear por ella!, ¡Ganas de obtenerla a través de mis actos, con mi dedicación!
Si, quizás se siente cansancio, pero eso no es suficiente para dejar de pelear por tu identidad, por ser un verdadero judío.

¿Cómo empezar?
En la Torah vemos que después de que El Eterno bendijera a nuestro patriarca, inmediatamente él edificó un altar para invocarle y comunicarse con El Altísimo, y podemos ver a ese altar como una marca, una señal, una referencia, un punto de partida.
De la misma manera, tomemos a la Torah como punto de referencia para nuestra vida, dejemos los consejos ajenos y escuchemos al Eterno.

La vida de nuestro patriarca dejó ver a los demás, de manera clara, la relación que tenía con El Eterno, pues los extranjeros se percataron de cómo El prosperaba a Yitzjak abinu.
Esa bendición, esa prosperidad era abundante, reconocida y claramente entendían su origen, y eso precisamente era el fundamento de su temor, es decir, la grandeza y el poderío de Aquel que prosperaba a nuestro patriarca, y por lo tanto, no querían que ese poder, fuera una amenaza para ellos y simplemente lo querían como aliado, como lo observemos en el siguiente pasuk:
Bereshit / Génesis 26:28,29 Y ellos respondieron: Hemos visto que el Eterno es contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre nosotros y ti, y haremos alianza contigo: Que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz: tú ahora, bendito del Eterno.

¿Cómo es posible que los extranjeros tengan esa perspectiva tan clara? ¿Has notado la bendición del Eterno en alguno de tus ajim/hermanos? ¿Qué sentimientos te genera? Si por lo menos, no se parece a lo que sintieron estos extranjeros, debiera de ser preocupante, pues pareciera que debemos de comenzar una verdadera batalla, para alcanzar primeramente esa bendición y poder comprenderla en la vida de los demás; para que cuando veamos un éxito en la vida de alguno de nuestros ajim/hermanos, no solo reconozcamos el poder manifiesto del Eterno, sino también podamos vivir esa alegría con aquel que alcanzó cierto logro y nunca envidia.
Veamos el siguiente pasuk para emprender nuestra verdadera lucha para conseguir esa bendición:
Tehilim / Salmos 115 11 al 15 ¡Los que teméis al Eterno, confiad en el Eterno! él es su ayuda y su escudo. El Eterno se acuerda de nosotros; él nos bendecirá. Bendecirá a la casa de Israel, bendecirá a la casa de Aharón. Bendecirá a los que temen al Eterno, a pequeños y a grandes.

Y hoy el Eterno nos ha restaurado, nos ha juntado, nos hace vivir momentos preciosos como éste al estar en una sinagoga, son momentos en los que Elokim nos entrega un corazón, una voz, un camino para encontrar un temor duradero generador de bienestar a toda nuestra descendencia.
Juntos soportaremos el camino y la lucha, lloraremos juntos, nos reiremos juntos, nos enterraremos uno al otro, con la confianza que nuestra bendición sigue llegando a muchos más:
Yrmeiahu / Jeremías 32:39 Les daré un solo corazón y un solo camino, a fin de que me teman perpetuamente, para su propio bien y para el bien de sus hijos después de ellos.

Estar hoy reunidos, trae como consecuencia un momento bueno, un momento intenso en mi ser. Cierro los ojos y vuelo entre la esperanza y la fortaleza, entre el rezo mío y el de ustedes, la Tehilah 133 lo ampara, siendo algo que creo, que vivo y que viviré hasta el último suspiro, si mi Eterno lo permite / b’ezrat HaShem.
Estar juntos en éste lugar, hace posible que esto se trasforme en una bendición, en algo agradable, deleitoso; es un lugar de voluntad cumplida, situación que es agradable para cada una de nuestras vidas.
Momentos de bendición, de restauración, de lucha por nuestra identidad, son los que debemos procurar alcanzar aun cuando esto nos cause dolor o incomodidad, tal como luchó nuestro ancestro Ya’akov:
Bereshit / Génesis 32:26,27 Y dijo (el ángel): Déjame ir, que está rayando el alba. Y contestó: No te dejaré ir hasta que me hayas bendecido. Y cuando vio (el ángel) que no podía con él, tocó la coyuntura de su muslo, y se descoyuntó la coyuntura de Ya’akov mientras luchaba con él.

Así, luchando a cada instante, debemos de encontrarnos peleando por una bendición.

Conclusión

Veamos el siguiente pasuk:
Tehilim / Salmos 115:14,15 Acrecentará el Eterno bendición sobre vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros hijos. Benditos vosotros del Eterno, Que hizo los cielos y la tierra.

Sigamos este pensamiento de lucha, pensemos que esta bendición es nuestra herencia, así como nuestra llave para entender la vida y sacar provecho de este mundo. Pensemos que esa bendición del Eterno y nosotros somos totalmente compatibles.

Shabat shalom!

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