Tomar decisiones

Esta perashá comienza con la exposición de Moshé Rabenu-nuesto maestro-, de sus ruegos al Eterno en el asunto de la permisión de entrada a la tierra  prometida. En los relatos de nuestro pueblo se comenta que la palabra “vaetjanán” numéricamente suma 515. De esto se entiende que en este ruego o plegaria en el asunto de la tierra prometida Moshé Rabainu  completaba exactamente 515 ruegos o tefilót. Entendemos que en 514 tefilót no había encontrado respuesta a sus ruegos, pero aun así él se dispuso a realizar una más, a partir de este comentario logramos entender la respuesta del Eterno al decirle que era ya suficiente los ruegos  sobre este asunto, la insistencia de Moshé Rabenu nos permite ver que tuvo gran amor hacia la tierra prometida. Con base en ese amor él tenía la disposición de rogar lo que fuera necesario.

Una pregunta que nace en mi corazón es la siguiente: ¿Por qué toda nuestra historia como pueblo gira en la búsqueda de una tierra prometida? ¿Por qué es necesario tener un asentamiento? ¿De dónde surge esta necesidad? La respuesta desde mi humilde y particular opinión es la siguiente: Un día el Creador diseñó un lugar hermoso, el paraíso. Lo arregló con tanto amor, como un gran hogar lleno de comodidades y esplendor, en donde ni dolor, ni sudor tenían cabida. Era un lugar terrestre maravilloso. Pero nuestros errores nos llevaron a la expulsión.

Dime ahora ¿no crees que sea una necesidad implícita en la naturaleza humana  buscar un lugar así?  Imagino en mi finita mente, que el Eterno, al habernos expulsado, en su misericordia prometió que nos ubicaría en otro lugar. El Bendito sea Su Nombre, nos da una segunda oportunidad, nos lleva a una tierra de la cual garantiza que es hermosa. Es como si estuviera involucrándonos en la búsqueda para generar interés y amor por nuestra tierra, la tierra santa. ¿Cómo no amar a nuestro hogar?

La postura de Moshé Rabenu en el asunto de la entrada a la tierra prometida nos habla de la insistencia que generaba su decisión para llevarlo a cabo una y otra vez. De esto quiero hablarse hoy, para eso les expongo el siguiente pasúk:

Devarim-Deuteronomio 3:28  Da tus órdenes a Yehoshúa, dale ánimos y fortalécele, porque él pasará al frente de este pueblo: él le pondrá en posesión de esa tierra que ves.

La palabra “fortalécele” es la que genera mi interés en esta perashá.  Viene de la raíz hebrea: “Amátz”. En español la entendemos como la acción de generar tanto en nosotros como  en otras personas un ánimo de proseguir, de enfrentar, de ser decidido, de no dudar.

Cuando la Torá dice que Moshé debía de encomendar a Yehoshúa, quizás su papel sería el de advertirle lo que estaba en sus manos a partir de ese momento, la fatiga que generaría esto, las probables y seguras disputas a las que se iba a enfrentar. Imaginen ese momento, ocupemos el lugar de Yehoshúa en esos instantes. ¡Como rondan esas cargas tan imponentes, esas fatiga, esas disputas,  que el pueblo generó y que al final su rabí estaba siendo afectado!, Moshé no entraría a la tierra prometida, ¿Que le esperaba a él?

Toda esta experiencia probablemente traería indecisión de tomar el cargo, por eso el mismo Eterno manda que lo fortalezca, que lo ayude a ser decidido.

¿Qué tan decididos somos para las cosas importantes en nuestras vidas? ¿Cuántas cosas por temor o duda hemos dejado de hacer? ¿Cuándo el enemigo o la situación, por pensar que son más grandes nos desaniman? Entendamos que este desanimo es simplemente una falta de decisión, valor, o claridad en lo que hacemos. Veamos el siguiente pasúk:

Devarim- Deuteronomio 31:6  Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos; que el Eterno tu Elohim es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.

Moshé Rabenu estaba dando instrucciones a todo el pueblo, les comentaba todos los retos que estaban a punto de enfrentar que a simple vista se veían más poderosos que ellos. Los invitaba a que este panorama no  los llenara de temor, los invitaba a que se esforzaran, en la expresión “cobrar animo” está presente la raíz hebrea que estamos estudiando, “amátz”. Lo que bien pudiéramos entender es que los estaba ayudando a que fueran decididos, que se animaran a conquistar no importando la desventaja que sus ojos veían. La razón para tener esta postura estribaba en el razonar que la tierra ya estaba dada, solo tenían que demostrar sus ganas y amor. Eterno mismo estaba con ellos, que como un gran líder poderoso se presentaba. El Eterno de los Ejércitos, el más grande guerrero de todos los universos estaba en plena guerra, ¿Quién podría resistirle?

Lo anterior deberíamos traerlo en nuestra mente cuando tengamos que realizar alguna mitzvá-mandamiento, sin embargo se anteponen nuestra falta de decisión, el gusto por la pereza o comodidades. Vemos a estos factores como gigantes, como maquinas aplanadoras que  nos arrollan; estamos a punto de realizar una mitzvá y las vemos casi imposibles el realizar. Así como estaba nuestro pueblo a las cercanías de la tierra prometida, solo nos falta enfrentar, pelear, vencer, conquistar, hacer nuestra esta promesa, ¡las mitzvót solo son para el judío!, para una amante de los beneficios de estas. Dejemos a un lado los problemas que tenemos enfrente y pensemos por un momento que estos han llegado, en su mayoría, por la falta de cumplimiento de las mitzvót del Eterno.

Conquistemos primero nuestra identidad, cumpliendo mitzvót, hagamos nuestra la  imagen de un judío con nuestros actos, seamos decididos avancemos. Imaginemos que el propio Moshé nos llama y a vista de todos nos invita a que seamos decididos. Él está seguro de que tú puedes llegar a cumplir todo a aquello que es tu responsabilidad, ilustremos esta imaginación con los siguientes pasukim:

Devarim-Deuteronomio 31:7,8  Y llamó Moshé a Yehoshúa, y le dijo a vista de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró el Eterno a sus padres que les había de dar, y tú se la harás heredar. Y el Eterno es el que va delante de ti; él será contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas, ni te intimides.

Y para que quede claro que se necesita tener decisión para cumplir la Torá veamos el siguiente pasúk, donde la expresión: “se valiente” está presente la raíz hebrea “amátz”:

Yehoshúa-Josué 1:7  Solamente te esfuerces, y seas muy valiente, para que guardes y hagas conforme a toda mi ley, que Moshé, mi siervo, te mandó; que no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres.

Se decidido no vayas a la derecha donde está tu conveniencia, ni a la izquierda de tus miedos.

Veamos uno más:

Yehoshúa-Josué 1:9  Mira que te mando que te esfuerces, y seas valiente; no temas ni desmayes, porque yo el Eterno tu Elohim soy contigo en donde quiera que fueres.

Con tu decisión de cumplir mitzvót puedes caminar y todo lo pises, si  lo deseas, puede ser tuyo.

No solo comiences y dejes tirado tus esfuerzos, empieza y se decidido a terminar lo que tienes que hacer.

Para entender mas veamos el siguiente pasúk donde David HaMelej le da un consejo a su hijo, donde la raíz hebrea que estamos estudiando aparece en la expresión “esfuérzate”:

Divrei Hayamin I-1Cronicas 28:20  Dijo más David a Shlomó su hijo: Anímate y esfuérzate, y ponlo por obra; no temas, ni desmayes, porque el Eterno Elohim, mi Elohim, será contigo; él no te dejará, ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra del servicio de la casa del Eterno.

Que tu animo en las decisiones que tomas, sea igual tanto el comienzo como al final, esto te llevara a terminar o cumplir todas las mitzvót que son de tu incumbencia.

Conclusión.

Pensemos por un momento en las decisiones que tomemos ahora, aquellas que nos hace ser necios en seguir siendo tibios en los cumplimientos de los mitzvót, aquellas decisiones que han hecho hoy por hoy nuestra “personalidad” aquella que no tiene que ver con una identidad judía. Consolidemos nuestra imagen ante las naciones, surjamos  con todo el poder de ser judío, no tengamos miedo de las discriminaciones de las naciones, ten firme el corazón, se decidido:

Tehilim-Salmos 31:25  ¡Tened valor, y firme el corazón, vosotros, los que esperáis en Eterno!

No confíes en “tus fuerzas”  aquellas que nacen de tu poco compromiso con la Torá, porque por muy fuerte que te consideres estas fuerzas no te servirán, para encontrar el bien, veamos el siguiente pasúk:

Amós 2:14  y el ligero no podrá huir, y al fuerte no le ayudará su fuerza, ni el valiente librará su vida.

Aquí la expresión: “no le ayudara” ocupa la raíz hebrea que estamos estudiando, donde podemos entender que toda su decisión o animo solo lo llevara a tener problemas.

Para terminar veamos el último pasúk donde la expresión: “de pujante vigor” ocupa la raíz hebrea “amátz” y entendamos que el estudio y cumplimiento de la Torá, nos traerá un vigor pujante, un hombre y una mujer lleno de decisión llenos de ánimo, capaz de conquistar, de obedecer Torá.

Mishlei-Proverbios 24:5  El hombre sabio es fuerte,  Y de pujante vigor el hombre docto.

¡Shabát Shalom!

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