Yo soy la puerta

La perashah Vaieshev deja ver a Yehudah y su descendencia. Quien fuera el cuarto hijo del patriarca Ia’acob y una de las tribus más emblemáticas en el pueblo, presenta una historia bastante peculiar. No solo en esta porción, a lo largo el Tanaj diversos personajes emparentaron y unieron al pueblo a través de esta tribu. Ejemplos destacables son Rahab la ramera y Rut moabita.
Esto tenlo muy presente para darle cierto significado durante la charla.

Quiero leer un verso del Brit jadashah [Pacto renovado], que pareciera no tener relación con lo anterior.
Iojanan [Jn] 10:7 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
¿Qué interacción puede haber entre las palabras de Rab Iehoshua’ y la descendencia de Iehudah? Para dar una respuesta, hay que considerar el nombre de esta tribu y el patronímico que tienen los que descienden de ella. Es decir “iehudim / judíos”.

Hoy por hoy es común referirse a todo el pueblo hebreo como judío. Pero es necesario saber que en etimología, la palabra Iehudi hace referencia a un descendiente de la tribu de Iehudah.
Cada tribu tenía su patronímico:
Reuben – Reubeni
Shime’on – Shime’oni
Levi – Levi
Iehudah – Iehudi

¿Por qué se nombra a todo el pueblo como Iehudim / Judíos?
En el periodo de los reyes, cuando termina tiempo de Shlomoh, el reino es dividido. 10 tribus forman el reino del norte o Israel y 2 el reino del sur o Iehudah.
Estando dividida la tierra, Asiria conquista el reino del norte. Esas 10 tribus son deportadas a Nínive para luego perder su rastro.
Babilonia es la encargada de conquistar al reino de Iehudah. Los más escogidos o Sabios son cautivos y comienza el exilio babilónico.
Años más tarde, el rey persa Ciro domina Babilonia y permite que los judíos regresen a su tierra.

Cuando esto sucede las tribus no existían como antes. La única que podía identificarse era Iehudah. Razón por la que el término “Iehudi / judío” se extiende hacia todos los Israelitas sin importar su tribu.
Ester 2:5-6 En la ciudadela de Susa vivía un judío llamado Mordejai, hijo de Iaír, y descendiente de Simí y de Quis, de la tribu de Biniamin. Era uno de los muchos que el rey Nebujadnetzar de Babilonia había desterrado de Ierushaláim junto con Jeconías, rey de Iehudah.

Pero repito: ¿Qué relación tiene esto con las palabras del maran haMashiaj?
Para responder hay que preguntar: ¿Él fue judío? ¡Sí! Porque nació en tierra de Israel, donde sin importar la tribu procedente, a todos se les llamaba judíos. Además, Iosef, esposo de Miriam de quien nace Iehoshua’, pertenece a la tribu de Iehudah. Por tanto también era Iehudi por patronímico.

Ahora, ¿cómo es que el hecho de ser “Iehudi” se relaciona con las palabras “yo soy puerta”?
Considera por favor la palabra Iehudah en hebreo:

Solo 5 letras [de derecha a izquierda]: Iod, Hei, Vav, Dalet, Hei.
Te puedes percatar de cuatro letras inconfundibles que forman el Nombre Divino [Iod y Hei y Vav y Hei]. Pero hay algo que media en ellas, la Dalet.
Esta letra es la 4ª en el Alef – Bet. Su imagen refleja una puerta, en el hebreo Delet.
Entonces si quieres entrar hacia donde HaShem está, debes pasar por la puerta.

¿Quién es la puerta?
De aquí que hay dos maneras en cómo verla.
1) Rab Iehoshua’ dijo ser la puerta, pues en su función de Mashiaj representaba la Torah viviente. Es a través de la Voluntad Divina que uno puede ‘entrar’ al Creador.
2) Él dice ser la puerta por ser iehudi / judío, porque viene de Iehudah.

La enseñanza que quiero atesores en este día es: Todo aquel que digne llamarse judío, tiene que ser una puerta para las personas que sin nacer en tierra o casa judía, decidan conocer y vivir la Torah.
Rab Iehoshua’ dejo ejemplo, primero al llamar a los suyos y a la postre dar la entrada a los extranjeros.
Zejariah [Zc] 8:23 Así dijo el HaShem Tzebaot: En aquellos días acontecerá que diez varones de todas las lenguas de los gentiles, tomarán del manto del varón judío, diciendo: Iremos con ustedes, porque hemos escuchado que Elokim está con ustedes.

Te pedí tener presente algo al inicio de esta charla. La tribu de Iehudah es ejemplo de que cualquier tipo de persona puede acercarse y formar parte del pueblo, si en su corazón está el cambio y amor hacia El Creador.

HaShem dice que Su pueblo debe ser luz a las naciones. Una lámpara encendida no es para esconderse, debe mostrarse [Luc 11:33]. Lo mismo pasa con una puerta. Si no entras o sales por ella, ¿de qué sirve?
Si te llamas judío y cierras tu puerta para evitar que los “gentiles” entren, no estás haciendo honor a tu nombre.
Tal vez digas: El profeta Iesha’iah enseña que sí debemos cerrar las puertas:
Iesha’iah [Is] 26:20 Ven, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra tras ti tus puertas; escóndete por corto tiempo hasta que pase la indignación.

Si hoy es el tiempo de la indignación, ¡adelante! Y si no, considera las palabras de Iob:
Iob [Job] 31:32 Jamás mis puertas se cerraron al viajero; jamás un extraño pasó la noche en la calle.

Shalom ubrajah!

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