Ríos

Esta porción es una narrativa poderosa e increíblemente escrita de la manera más exacta y profunda, capaz de generar cualquier pregunta con sentido poco común.
Cada paso genera un abismo intelectual de grandes dimensiones lo cual dibuja una idea de lo que fue el principio de este mundo, sí el principio de este universo, solo eso.
Nuestra mente pareciera que no tiene capacidad para captar todo el contraste de tiempos y formas las cuales surgen de manera ordenada de un material llamado “nada”.
Pero se debe de entender que está escrito para que nuestra mente lo entienda, lo disfrute, se asombre, se goza y comprenda la intervención del Bendito sea Su Nombre.
Una porción dedicada a nuestro origen.

Hoy tomaré la siguiente porción:
Bereshit / Génesis 2:10 Y salía un río de Edén para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro cabezas.

La raíz hebrea que hace referencia a rio es: “Nahar”.
¿Qué podemos aprender de esta expresión registrada en Bereshit?

Primero tomemos referencia del diccionario y su comentario:
“Un río es una corriente natural de agua que fluye con continuidad. Posee un caudal determinado, rara vez es constante a lo largo del año, y desemboca en el mar, en un lago o en otro río, en cuyo caso se denomina afluente. La parte final de un río es su desembocadura. Algunas veces terminan en zonas desérticas donde sus aguas se pierden por infiltración y evaporación por las intensas temperaturas”.

Un río pose ciertas características que el día de hoy tomaremos en cuenta para conocerle mejor; poéticamente diría que es un gran testigo y que es colocado una y otra vez en la Torah en varios eventos importantes de nuestro pueblo, y en esta ocasión no trataremos, solo veremos aquellos rasgos que han sido agregados al rio por parte del Eterno.
Observar un río sano y grande genera cierta sensación que mueve nuestro ser, una de ellas se encuentra registrada en la Torah, veamos si al enterarnos de ella, alguna vez la hemos sentido:
Tehilim / Salmos 46:4 Del río sus conductos alegrarán la ciudad del Elohim, El santuario de las tiendas del Altísimo.

El río en su poderoso andar, contrasta nuestra fragilidad, un sentido de vulnerabilidad se registra, pareciera que nos encontramos en desventaja ante tanta fuerza.
Pero esa estatura que registramos solo está presente cuando el río respeta sus límites, una vez saliéndose de ellos pierde todo ese resplandor. Veamos el siguiente pasuk:
Yob / Job 22:16 Los cuales fueron cortados antes de tiempo, cuyo fundamento fue como un río derramado.

¿Qué podemos entender con esa majestuosidad del rio?
Mi comentario es el siguiente: “la majestuosidad es solo un bosquejo de la firmeza que representa”.

Veamos el siguiente pasuk donde nuestra raíz hebrea aparece en un plural femenino:
Tehilim / Salmos 24:2 Porque Él la fundó sobre los mares, Y afirmóla sobre los ríos.

En esta raíz que hace referencia rio, tiende a dar a entender aun plenitud, a una luz que sus aguas reflejan, ríos que contienen poderosas corrientes internas.
Los ríos tienen un sonido peculiar, con una frecuencia especial, que cuando aumenta empieza a mostrarse su fuerza destructiva en forma de ondas, veamos:
Tehilim / Salmos 93:3 Alzaron los ríos, oh Eterno, Alzaron los ríos su sonido; Alzaron los ríos sus ondas.

Ese sonido tiene equivalente, veamos el registro que en la Torah nos muestra:
Tehilim / Salmos 98:8 Los ríos batan las manos; los montes todos hagan regocijo.

Esa fortaleza del río la he llegado a imaginar como un gran cinturón que sujeta a los grandes bloques de tierra para mantenerlos juntos.

El río en su nacer no tiene un lugar fijo o general, tanto puede nacer en la altura como en la planicie, brotar de las rocas o de las arenas no importa el lugar. Veamos el siguiente pasuk:
Yesha’yah / Isaías 41:18 En los altos abriré ríos, y fuentes en mitad de los llanos: tornaré el desierto en estanques de aguas, y en manaderos de aguas la tierra seca.

Pareciera que el río solo se presenta en cualquier lugar que sea necesario para sujetar estas grandes placas terrestres.

Las “cicatrices” de la sujeción de esos cinturones, se dejan ver cuando las aguas de los ríos se van y quedan las hendiduras, las marca muy claras, veamos:
Habacuc 3:9 Descubrióse enteramente tu arco, Los juramentos a las tribus, palabra segura. (Selah.) Hendiste la tierra con ríos.

Quizás algunos tengan miedo o temor al meterse en un río, y casi podría entenderlos, porque siempre cuando me meto a uno lo hago con mayor preocupación que cuando me meto el mar.

Recordemos que en la historia de nuestro pueblo los ríos ha separados sus aguas para que este pase; existe un reconocimiento del río a nuestro pueblo.
Veamos el siguiente pasuk donde el Eterno nos protege de toda esa fuerza que está en el río:
Yesha’yah / Isaías 43:2 Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

Los ríos y sus beneficios generan un sentimiento en los seres vivos veamos:
Yesha’yah / Isaías 43:20 La bestia del campo me honrará, los chacales, y los pollos del avestruz: porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.

Veamos un sentimiento más que genera el rio:
Yesha’yah / Isaías 48:18 ¡Mejor miraras tú a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas de la mar.

Conclusión:

Con este último pasuk, el poderoso hábito de “mirar”, de “desear” los mandamientos del Eterno; una gran fuerza, un gran símbolo se estaría adquiriendo en nuestro interior. Una fuerza que daría la sensación que después de cualquier acontecimiento, tú estarías seguro que saldrías integro, entero, en paz como un gran guerrero triunfante.

Shabat shalom.

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