Simplemente lágrimas

El inicio de esta porción nos habla de Sarah nuestra matriarca, de aquel momento en que ella se reúne con sus ancestros. Su vida llena de circunstancias nos lleva a la reflexión y análisis; para poner en nuestra vida solución, o simplemente, el enseñarnos a enfrentar una serie de problemas cotidianos con gran resolución.
La vida de Sarah nos deja ver una gran relación con el Eterno; su belleza tanto facial como corporal, no son elementos que funjan como algo importante, por otro lado, su carácter, su toma de decisiones, su inteligencia y originalidad son elementos que están presente en su modo de expresarse, en su forma de vida; la vida de Sarah.

Leyendo en esta porción el pasuk de Bereshit 23:2, que narra el fallecimiento de Sarah, y donde nuestro Patriarca “le lloró”, me vino a memoria aquella frase o dicho popular, que en México a la letra dice: “Los hombres no lloran”.
Esta frase causa muchos conflictos a aquellos que la hacen parte de su vida, los que estudian los aspectos biológicos del llorar dicen que es «un fenómeno” secretomotor complejo, el cual hace que la glándula lagrimal secrete lágrimas, sin provocar ninguna irritación de las estructuras oculares.

Esta frase en México pareciera no tomar en cuenta que cualquier ser humano, sea hombre o mujer, posee aparato lagrimal; por lo tanto, tiene la capacidad y está en la posibilidad de llorar.

Los encargados de este estudio lo clasifican como un “fenómeno”, por lo complicado o lo poco claro que se tiene, en cuanto al llanto se refiere. Esta insuficiencia de explicar el por qué llorar, ha llevado a algunos científicos a decir que solo el ser humano inteligente tiene esta propiedad, que los animales carecen de llanto; si acaso su aparato lagrimal le sirve para limpiar algún desperfecto ocular.

Para entender que el llorar tiene una gran complejidad, veamos el siguiente pasuk [versículo] y reflexionemos en búsqueda de una explicación satisfactoria personal:
Melajim Bet [2 de Reyes] 8:11 Entonces el hombre de Elohim se puso de pie y miró fijamente a Hazael, hasta avergonzarlo. Y el hombre de Elohim lloró.

Este personaje llamado Hazael viene en representación de un rey, el cual estaba enfermo. Mandó preguntar a Elisha’ si iba a sanar, él contesta que sí, pero que de todos modos moriría. Terminando esta frase, Elisha’ se le queda viendo fijamente a Hazael y pudo ver en sus ojos lo que acontecería, veamos:
Melajim Bet [2 de Reyes] 8:12 Hazael le preguntó: —¿Por qué llora mi señor? El respondió: —Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel. Prenderás fuego a sus fortificaciones, matarás a espada a sus jóvenes, estrellarás a sus niños y abrirás el vientre a sus mujeres encintas.

¡Pudo ver el futuro! Un futuro que no se podía detener, este momento que aún no existía, provocó un lloro en este impresionante personaje.

Los momentos experimentados por el ser humano generan un sinfín de eventos calculados, que hacen que se tenga una respuesta física ante todo este análisis.

Como logran ver, tenemos a dos personajes de alta calidad moral e intelectual, que ejecutaron el llanto, así que la frase que anteriormente les presenté, no tiene validez.
Si tú amigo, tienes conflicto de digerir esto en tu mente, probablemente sea que tú no tienes confianza en alguien, y eso es un problema. Esto a veces nos orilla a pensar que alguien se burlará de ti, que alguien no valora tus sentimientos. Recordemos los siguientes pasukim [versículos] y consideremos:
1 Shmuel/1Samuel 20:40,41 Después Yonatán entregó sus armas al muchacho y le dijo: —Ve y llévalas a la ciudad. Cuando el muchacho se fue, David se levantó del lado del sur y se inclinó tres veces postrándose en tierra. Luego, besándose el uno al otro, lloraron juntos; aunque David lloró más.

Según la ciencia, las lágrimas, al venir de varios aspectos o momentos vivenciales, tienen diferentes composiciones químicas. Se dice que las producidas durante el llanto de aspecto emocional, tienen una composición difiere de otros tipos de lágrima. Están compuestas de cantidades más altas de las hormonas prolactina, adrenocorticotropa, leu-enkefalino y los elementos potasio y manganeso.

En nuestra cultura latinoamericana, como hombre, es más fácil llorar por un partido de futbol y aceptarse entre varios varones por este hecho, que llorar por cualquier otro evento.
En un estudio de más de 300 adultos, se llegó a la conclusión que los hombres lloran una vez cada mes, y las mujeres al menos cinco veces cada mes, con la probabilidad que la menstruación tenga mucho que ver en este aspecto.

Observemos la siguiente frase de una celebridad:
“No hay mayor causa para llorar que no poder llorar”
Séneca.

Esta frase esta en clara contraposición con la anterior, evidencia lo difícil que es entender el llorar.

Tener amigos con tus mismos pensamientos o metas son un buen motivo para derramar lágrimas si es necesario, veamos un ejemplo más:
>Yob/Job 2:12-13 Y cuando alzaron los ojos desde lejos y no le pudieron reconocer, alzaron su voz y lloraron. Cada uno rasgó su manto, y esparcieron polvo hacia el cielo, sobre sus cabezas. Luego se sentaron en tierra con él por siete días y siete noches. Y ninguno de ellos le decía una sola palabra, porque veían que el dolor era muy grande.

Compartir el dolor, la confusión, la tristeza, es más llevadera si están los verdaderos amigos, que te hablarán verdades, amigos que te dirán tus errores, te aconsejaran, nunca serán cómplices de ellos.
¿Tienes amigos así?

A veces las situaciones de nuestro entorno son suficientes para llorar, veamos:
Yob/Job 30:25 ¿No he llorado por aquel cuya vida es difícil? ¿No ha tenido mi alma compasión por el necesitado?

En la siguiente frase de Gabriela Mistral, pareciera clasificar que clase de lloro sería el anterior:
“Hay sonrisas que no son de felicidad sino una manera de llorar con bondad”

A veces se llora pensando en la situación difícil de algunos y a la vez sientes un gran agradecimiento hacia el Eterno por sus bendiciones, esas lágrimas se acompañan con una sonrisa apenas capaz de asomarse en tu rostro.

Rubén Darío tenía bastante conflicto con el lloro, veamos su frase:
“Cuando quiero llorar, no lloro…y a veces lloro sin querer”

Siento de manera personal que llorar solo, sin amigos, tiene sus ventajas, pero no se halla en esa soledad respuestas saludables. El llorar con testigos para algunos es un riesgo, veamos la frase de Charles Chaplin:
“Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar”.

Las teorías sobre el llorar se basan en algo simple, como una reacción a dolor causado y las que son más complejas, la incluyen como “la comunicación no verbal” para obtener comportamiento ayudante de otros.

Darwin estaba de acuerdo con esto, diciendo que el llanto es usado para atraer atención, en particular fue usado por los niños. Dijo que las lágrimas actúan como una bandera roja para señalar el estrés.

Willian James consideró a las emociones como reflejos ante el pensamiento racional, y creía que la reacción fisiológica al estrés o la irritación, es una precondición para hacerse consciente cognitivamente, de emociones como el miedo, la tristeza, la felicidad o la ira.
William H. Frey II, un bioquímico en la Universidad de Minnesota, propuso que la gente se siente mejor después de llorar debido a la eliminación de hormonas asociadas con el estrés, en particular la hormona adrenocorticotropa.

En la Torah se logra ver que el acto de llorar con razones claras, tiene la seguridad de que en el futuro, serán cambiadas por regocijo, como diciendo: Dichosos aquellos que lloran con un motivo valido, porqué serán dichosos. Veamos el pasuk:
Tehilim/Salmos 126:6 El que va llorando, llevando la bolsa de semilla, volverá con regocijo, trayendo sus gavillas.

Llorar también se puede realizar para buscar claridad en el Eterno:
Irmiahu / Jeremías 50:4 «En aquellos días y en aquel tiempo, dice El Eterno, vendrán los hijos de Israel, junto con los hijos de Yehudah. Irán andando y llorando, y buscarán a Eterno su Elohim.

Llorar tiene que tener una clara causa, no puedes decir al llorar que no sabes por qué lo haces, veamos un ejemplo:
Eja [Lamentaciones] 1:16 «Por estas cosas lloro; mis ojos, mis ojos se desbordan en lágrimas; porque se ha alejado de mí el consolador que restaura mi alma. Mis hijos están desolados, porque ha prevalecido el enemigo.»

Llorar simplemente debe de tener una razón, si lloras por el sentimiento, déjalo fluir, pero obliga a razonar a tu mente para ver si existen elementos válidos para hacerlo.

El lloro puede llegar a ser una tasación de lo importante que es aquel o aquello en tu vida, no llores por lo que no tiene valor.

Si lloras por ver llorar a otro, quizás es un síntoma que eres bondadoso, o simplemente te dejas influenciar como cuando ves a alguien bostezar.

El llorar puede llevarte hasta el cansancio, al punto donde puedes ver con un poco mas de claridad, quitando de ti el ímpetu de los sentimientos, encontrando al final el sosiego, la tranquilidad. Veamos el siguiente pasuk:
1 Shmuel/1Samuel 30:4 Entonces David y la gente que estaba con él alzaron su voz y lloraron hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.

Amigo, amiga, aquí estamos en Bet Haderej personas de confianza, gente que sabe llorar. Tú que nos lees y conoces nuestras posturas y quizás te identificas, ten confianza, acércate, quizás podremos ser tu ayuda o tú la nuestra.
Pero si esto no te interesa, te dejo a Julio Cortázar, escritor argentino que en un cuento llamado “Instrucciones” habló sobre el llorar:
Instrucciones para llorar: «Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos». -J. Cortázar-

Shabat shalom!

Deja una respuesta