El Libro de las batallas

Esta porción se encuentra llena de eventos que permiten ver al Mosheh Rabeinu (nuestro rabino) afligido por no poder entrar en la tierra prometida. Podemos ver al gran hombre lleno de ilusiones, en un paradigma que se construyó al dirigir al pueblo hacia la tierra prometida. Esa tierra que no pisaría, pero que lograría ver de lejos. Aun así, continúa dando consejos, haciendo hincapié de tener temor y de guardar los mitzvot (preceptos). Y una voz llena de sombras parece salir de su boca, cuando describe el exilio que viviríamos al no tener temor del Eterno.
Más adelante escuchamos el Shema Israel, palabras que son como un alma extra, poderosa para todo judío.

En esta porción aparece Yehoshua ben Nun, quien es comisionado y fortalecido para proseguir con el camino a la tierra prometida, recordemos el pasuk (versículo):

Devarim/Deuteronomio 3:28 Pero comisiona a Yehoshua; fortalécelo e infúndele valor, porque él cruzará al frente de este pueblo y les hará tomar posesión de la tierra que tú verás.

Yehoshua es instruido por Mosheh rabeinu desde su juventud, goza de una gran admiración dentro de nuestro pueblo. Él nació en Egipto, fue testigo del desarrollo del pueblo y uno de los principales actores de las batallas que se tuvieron que realizar camino a la toma de posesión de la tierra prometida. Hubo más de treinta batallas que tuvimos que enfrentar, gran parte de estas están narradas en el libro que lleva su nombre, pero ¿Cuándo empezó esta forma de describir las batallas? ¿Y quién dio la orden? Recordemos con el siguiente pasuk:

Shemot/Éxodo 17:14 Entonces el Eterno dijo a Mosheh: —Escribe esto en un libro como memorial, y di claramente a Yehoshua que yo borraré del todo la memoria de Amalek de debajo del cielo.

¿Dirán ustedes en que libro fue escrito? Probablemente se refería al mismo libro de Shemot/Éxodo donde aparece esta batalla, sin embargo alguno comentaristas dicen que quizás hace referencia al libro que se menciona en Badmibar/Números 21:14 que dice de la siguiente manera:

Badmibar/Números 21:14 Acerca de esto será dicho en el libro de las batallas de Adonay lo que Él otorgó en (el mar) Suf en las cañadas del Arnón.

De este pasuk Rashi comenta lo siguiente: “cuando relaten los milagros que fueron hechos por nuestros ancestros también relataran el milagro descrito en este versículo y deberá iniciar el relato con las palabras: “lo que Él otorgó en Suf…etc.”.

En nuestro pueblo el libro de batallas de Adonay se conoce de la siguiente manera: “Yeamar Besefer miljamot Adonay”, según nuestros Jajamim (sabios) deben tener ciertas condiciones las historias de las guerras o eventos, para poder estar ahí descritas, sin embargo, el ingrediente principal es que haya sucedido un milagro o maravilla de parte del Eterno.

En la opinión de Ramban, Eben Ezra y el Jizkumi se tratan de libros que había en aquel entonces, en los que se narraban historias de guerra victoriosas del pueblo de Israel y que luego se extraviaron.

Pero existe otra opinión por parte de Rashi, de bendita memoria, la cual la hace a la luz de Sifte jajamin y el Perush Mizrahi, que al parecer no se habla de un libro especifico, sino que al decir “besefer” se refiere al relato (Sipur) ya que si se refería al libro no diría el pasuk “está dicho” o “se ha de decir” sino que diría “está escrito o “se ha de escribir”.

En esta ocasión quiero empezar una serie de relatos de las batallas de Adonay, con Yehoshua’ ben Nun y deseo iniciar con sus datos generales:

Nació en Egipto, el año probable de su nacimiento está muy discutido, incluso se dice que nadie sabe cuándo nació, otros se atreven a decir que probablemente fue en el año 1354, antes de la era común. Si nos atrevemos a hacer un cálculo en nuestro calendario, correspondería muy probablemente, más o menos al año 2407. Murió en la Tierra de Israel en el año 1244 antes de era común, que corresponde aproximadamente en nuestro calendario al 2517. Viviendo un total de 110 años. Para los que usan el conteo común, la salida de Mitzraim la marcan en el año 1313 a.c., a sabiendas del error que existe en el conteo de la era común, de 2 a 4 años aproximadamente.

Fue talmid (estudiante) directo de Mosheh rabeinu, la Torah nos dice que Yehoshua fue un estudiante excelente, era un asistente que no se apartaba de la tienda de estudio. Fue nombrado por el Eterno como siervo, dirigió a Israel cerca de 28 años, fue comandante de todas las batallas de Israel durante la posesión de la tierra prometida; repartió los territorios a todas las tribus.
Comencemos a narrar una de las batallas de Adonay, en manos de Yehoshua ben Nun, por lo cual veamos el siguiente pasuk:

Shemot/Éxodo 17:8 y 9 Entonces vino ‘Amalek y combatió contra Israel en Refidim. Y Mosheh dijo a Yehoshua, escoge algunos de nuestros hombres y sal a combatir contra Amalek. Mañana yo estaré sobre la cima de la colina con la vara de Elohim en mi mano.

¿Quién era ‘Amalek?

Bereshit/Génesis 36:12 Timna fue concubina de Elifaz hijo de Esav, y ella le dio a luz a Amalek. Estos fueron los hijos de Ada, mujer de Esaú.

En la Torah este personaje es nieto de Esav, un enemigo declarado desde el vientre de la madre, cuando peleaba con Ya’akov Abinu (nuestro padre) que posteriormente seria llamado Israel. Así que no era la primera vez que se enfrentaban en una batalla. En la Torah este pueblo aparece en 5 de los libros y nos narran varios enfrentamientos. Sus tácticas no siempre eran de honor en la batalla, como aquella ocasión en que salíamos de Egipto, y se aprovechó de manera artera de nosotros, comenzando a matar a los que eran más débiles; parecía como un bestia cobarde que atacaba por la retaguardia sin misericordia.

Devarim/Deuteronomio 25:17,18 «Acuérdate de lo que te hizo Amalek en el camino, cuando salisteis de Egipto: cómo, estando tú cansado y agotado, te salió al encuentro, y sin temor de Elohim desbarató tu retaguardia y a todos los debilitados que iban detrás de ti.

Este pasuk nos ayuda a entender toda la intención de ‘Amalek (que su nombre sea borrado), observemos la frase: “sin temor de Elohim”, seguramente la destrucción de Egipto por parte del Eterno fue una demostración poderosa para las naciones, dignas de temer al Supremo Protector que ostenta nuestro pueblo. Sin embargo Amalek no mostró temor alguno, al contrario se burlaba, abusaba, su fin era exhibir que ese, no era el pueblo elegido, que no existía un Elohim poderoso; enviando un mensaje a los demás pueblos, ya que si el vencía a Israel seguramente el pueblo “poderoso” y protegido era el suyo.

Amalek significa, según Ramban, el demostrar que no hay Creador, que no hay milagros o señales, que no es cierto que existe un pueblo elegido, por lo tanto si hay esto tampoco debe de haber temor a Elohim, ni conciencia, ni moral.
Con esta actitud demostraba irreverencia contra el Eterno, como en este caso que analizaremos de Shemot/Éxodo, veamos:

Shemot/Éxodo 17:8 Entonces vino Amalec y combatió contra Israel en Refidim.

¿Qué tenía de especial este valle de Refidim?

Recordemos que la expresión “Refidim” tiene relación con debilitar, los comentarios condicionan que esta palabra tiene dos razones para que se diera esa vulnerabilidad o debilidad en el pueblo:

1.- Ripu atzman midivrei Torah “su compromiso con la Torah debilitado”
2.- Pirud “falta de unidad”

Con este contexto el Midrash Tanjuma (parshat Tetze 10) escrito en el libro Vedibarta Bam, del libro de Shemot perashah Beshalaj, páginas 73 y 74, comenta que algunos miembros de la tribu de Dan adoraban ídolos de Amalek que habían tomado en Egipto, estos estaban desprotegido, debilitados fuera de la nube de gloria que los gozaban cerca del valle de Refidim.

La otra razón por la que fueron atacados por Amalek, es que ellos como pueblo habían expresado en el asunto de Meribah, que tenían la duda de si en verdad el Eterno los estaba acompañando. Tantos milagros y señales poderosas había vivido nuestro pueblo, que estaban tan acostumbrados, al punto de que les parecía normal todo eso. Esta situación en nuestro pueblo lo explica con la historia siguiente:

Se compara a un padre que lleva a su hijo en su hombro en el camino y todo lo que le pedía se lo daba, así lo hacía por muchos días. Luego vio el hijo un caminante y le preguntó: ¿no sabes dónde está mi papá?, entonces el papá le dijo: ¿Yo te estoy transportando en mi hombro y preguntas dónde está mi papá? Soltó al hijo y vino el perro para morderlo, entonces empezó a pedir ayuda ¡papá! ¡papá!

Nuestro pueblo al dudar se debilito, según los que se dedican a ver el valor numérico de las letras en hebreo, dicen que Amalek equivale numéricamente a 240 que es el mismo valor de “safet” duda.

Todo este contexto nos lleva a lo especial de esta batalla donde dicen que los Amalecitas tenían un gran dominio en la lectura de los astros, y que ahí vieron que nuestro pueblo estaba debilitado, siendo era el momento para destruirlo y así acabar con el mito que existía un Elohim poderoso.

Mosheh Rabeinu manda a Yehoshua que busque hombres fuertes, especiales, con méritos buenos para enfrentar al mal. Esta guerra no tenía motivo de ser, porque no era de las tierras o pueblo que se tenían que vencer, ellos salieron a retar, a enfrentar, a amedrentar; era una batalla más allá de lo físico, era un reto espiritual. Yehoshua’ recibe la confianza de Mosheh para que él enfrente al enemigo, el Talmid parecía semejante a su rabino, esto nos hace acordarnos de la siguiente expresión:

«El rostro de Mosheh es como el sol y el rostro de Yehoshúa como la luna» (Bava Batra, 75a).

Esta batalla se libró desde dos puntos, uno en lo alto de la colina con Mosheh rabeinu formando un equipo con Aharon y Jur. Veamos el pasuk:

Shemot/Éxodo 17:10 Yehoshua hizo como le dijo Mosheh y combatió contra Amalek mientras Mosheh, Aharon y Jur subieron a la cumbre de la colina.

El otro punto era físico a espada en manos de Yehoshua, fue una batalla dura, la valentía de este varón era reforzada por la posición que adopto Mosheh en la colina, la cual era tener levantadas la manos al cielo. La eficiencia de Yehoshua’ era extraordinaria cuando Mosheh las mantenía arriba, pero cuando las bajaba su eficiencia menguaba, recordemos el pasuk:

Shemot/Éxodo 17:11 Sucedió que cuando Mosheh alzaba su mano, Israel prevalecía; pero cuando bajaba su mano, prevalecía Amalek.

¿Por qué acontecía esto?
Existen dos comentarios interesantes, el primero era que Mosheh debió ir a la batalla y no mandar a Yehoshua. Existe una tradición, que dice: que la tribu de Efraim, hijo de Yosef, es la única que puede vencer a los de Esav, cuyo descendiente es Amalek .Recordemos la gran calidad moral que tuvo Yosef ante los acontecimientos de prueba que vivió.

El segundo era que había pospuesto la batalla para “mañana” en vez de enfrentarlo de manera inmediata, recordemos el pasuk:

Shemot/Exodo 17:9 Y Mosheh dijo a Yehoshua: —Escoge algunos de nuestros hombres y sal a combatir contra Amalek. Mañana yo estaré sobre la cima de la colina con la vara de Elohim en mi mano.

La expresión de “mañana” es interesante, porque el encuentro con el enemigo no consintió en esperar que obscureciera, amaneciera y en la “mañana” se llevaría a cabo la batalla. Ese “mañana” era esperar que atardeciera, en ese crepúsculo entre las dos tardes del día que se va y el día que llega, por que recuerden que nuestros días dan comienzo con el atardecer.
Así que ese “mañana”, cuando llegó fue largo, el motivo era que Mosheh al tener las mano arriba le pedía al Eterno que detuviera ese “mañana” y que no obscureciera, esa puesta del sol estuvo detenida para vencer con la claridad y no entrar en la obscuridad; práctica que el mismo Yehoshua, copia a su maestro más adelante.

Shemot/Éxodo 17:12 Ya las manos de Mosheh estaban cansadas; por tanto, tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y él se sentó sobre ella. Aarón y Jur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro del otro lado. Así hubo firmeza en sus manos hasta que se puso el sol.

Conclusión:

Los milagros, eventos y personalidades que intervinieron en esta batalla, hicieron que Yehoshua venciera:

Shemot/Éxodo 17:13 Y así derrotó Yehoshua a Amalek y a su pueblo, a filo de espada.

Esto mereció que el mismo Adonay de los ejércitos, mandara una orden:

Shemot/Éxodo 17:14 Entonces El Eterno dijo a Mosheh: —Escribe esto en un libro como memorial, y di claramente a Yehoshua que yo borraré del todo la memoria de Amalek de debajo del cielo.

Así que esta batalla aún no termina y seguiremos enfrentando a este enemigo. Recemos y hagamos obras buenas para proteger a nuestro pueblo de esta clase de enemigos, que su único deseo es exterminarnos, ellos están en cada momento amenazándonos, como en este tiempo que nuestro pueblo se ve asediado e injuriado por los medios de comunicación. Ellos, nuestros hermanos, están luchando una vez más, contra aquellos que su deseo y filosofía lo mantienen vivos hasta que nos destruyan, esta lucha sigue hasta que el Mashiaj venga:

Shemot/Éxodo 17:16 Y dijo: —Por cuanto alzó la mano contra el trono de Adonai, tendrá guerra contra Amalek de generación en generación.

Unámonos en un pensamiento para traer a nuestras vidas hechos de justicia que nos protejan y expresemos con intensidad:

Mi JaMoja Baelim Adonay mi KaMoja Needar Bakodesh Nora Tehilot Oseh Fele.

¿Quién es como Tú entre los poderosos Adonai?, ¿Quién es como Tú poderoso en santidad? Temible en elogios, Hacedor de maravillas.

Shabat Shalom.

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