La Grandeza.

Introducción.

Momentos de gran trascendencia se evocan en esta hermosa perasha, una constante resalta a todos los que prestan oídos a las indicaciones que se dejan escuchar a través del canto de Moshé Rabeinu (Devarim 32:44), la constante es: la consecuencia de nuestros actos.

Obtenemos conciencia de que nuestros actos malos y buenos no son simples acontecimientos en el paso del tiempo, son los testimonios que quedan observados por los cielos y la tierra, son los resultados que darán victoria o derrota.

También aprendemos que si en algún momento nuestro entendimiento nos invita a dudar que todo esto sea posible que suceda, basta con entender que todo lo que se está escuchando esta presidido por la grandeza del Eterno, su poderío se deja ver de manera arrolladora, su control y dominio es simplemente incomparable.

Enseñanza.

Hablar de la grandeza del Eterno siempre es un honor, el poder experimentar en tu persona este sentir es producto del razonamiento y asimilación divina en tu vida.

Para empezar daremos la referencia del pasúk-versículo que se tomó para dar origen a este tema:

Devarim-Deuteronomio 32:3  Porque el Nombre del Eterno invocaré; engrandeced a nuestro Elohim.

El hecho de invocar su nombre es estar reconociendo su grandeza, saber que nuestras problemáticas no tienen ninguna resistencia ante la voluntad de aquel que resuelve las cosas.

El ser humano tiende a sentirse grande por sus logros y victorias, muchas veces en el hombre el concepto de grandeza esta basado en la concepción de que entre mas bienes materiales o mas conocimiento poseas, mas vales de algún modo podemos decir que su corazón es la moneda que lo hace grande, veamos un pasúk para entender esto:

Yeshayahu-Isaías 9:9  Y la sabrá el pueblo, todo él, Efraín y los moradores de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen:

Yeshayahu-Isaías  9:10  Los ladrillos cayeron, mas edificaremos de cantería; cortaron los cabrahigos, mas en su lugar pondremos cedros.

Yeshayahu-Isaías  9:11  Mas el Eterno ensalzará los enemigos de Rezín contra él, y juntará sus enemigos;

La palabra altivez en el pasúk de Yeshayahu-Isaías 9:9 está haciendo referencia a la raíz hebrea: “gadal” la cual tiene que ver con la grandeza. Como ven, esta apreciación de sentirse seguros o suficientes en su grandeza estriba en su corazón, el cual puede a llegar a construir sistemas de sustentación o preservación engañosos.

La grandeza del Hombre está sustentada en un sentimiento o razonamiento, la grandeza del Eterno está sustentada en obras, en capacidad de respuesta, en mantenerse en Su voluntad, en misericordia, en poderío.

Veamos un ejemplo más claro:

Yejezkel-Ezequiel 31:2  Hijo de hombre, di a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza?

Yejezkel-Ezequiel  31:7  Se hizo hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas; porque su raíz estaba junto a muchas aguas.

Yejezkel-Ezequiel  31:18  ¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén en la tierra baja; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a cuchillo. Este es Faraón y todo su pueblo, dijo el Eterno Elohim.

Es claro, la grandeza que el hombre puede obtener simplemente proviene del Eterno y al no ser reconocida así, el hombre piensa que su grandeza y solo su grandeza es lo que ha hecho posible lograr todo lo que le rodea. ¿Qué consecuencia tiene? Que sea destruido todo lo que ostenta para que sienta y experimente que su poderío humano no le es ni suficiente para mantener lo que tiene.

Veamos un caso que nos enseñe algo sobre la grandeza del Eterno:

Devarim-Deuteronomio  3:24  Eterno Elohim, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano fuerte; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga según tus obras, y según tus valentías?

Devarim-Deuteronomio  3:25  Pase yo ahora, te ruego, y vea aquella tierra buena, que está al otro lado del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano.

En este momento Moshé Rabenu hace tefilá-reza al Eterno y lo primero que expresa es la grandeza y su poderío y después pide lo que él quiere obtener. Analicemos un poco este caso:

Moshé rabeinu es informado con anterioridad que él no iba a pasar a la tierra prometida y en este pasaje insiste. Lo que podemos aprender es que aun sabiendo que no tenemos el derecho de obtener algo, debiéramos de insistir y solo insistir ante el Eterno y que cualquier otro medio de solución que se busque solo se está intentando desconocer la grandeza del Eterno.

Entendamos que cuando Él dice: ¡no!, también es una respuesta positiva.

La grandeza del Eterno estriba en el que cuando Él dice algo, están calculados los beneficios, los alcances, el aprendizaje que el hombre puede obtener cuando acata esta orden, El Eterno sabe sostener sus dichos porque es sabio en sus decisiones.

Veamos otro caso donde podemos aprender de su grandeza:

Devarim-Deuteronomio   5:23  Y aconteció, que cuando vosotros oísteis la voz de en medio de las tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego, llegasteis a mí todos los príncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos;

Devarim-Deuteronomio   5:24  y dijisteis: He aquí, el Eterno nuestro Elohim nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que el Eterno habla al hombre, y éste vive.

Devarim-Deuteronomio   5:25  Ahora pues, ¿por qué moriremos? Que este gran fuego nos consumirá; si volvemos a oír la voz del Eterno nuestro Elohim, moriremos.

El comentarios de nuestros sabios dicen que cuando empezaron a escuchar la grandiosa voz del Eterno ellos morían y volvían a vivir, trance que les causaba temor y no se sentían competentes como para poder estar pasando tal situación una vez más. Su grandeza se sentía y se siente cuando revivimos estos pasajes y son parte de nuestra vida, la grandeza del Eterno en esos momentos se estaba presentando como la gran presencia que da sustento a todo, que da vida y la quita, que no existe más imponente presencia que la del Eterno y la dejaba escrita en la Torá, legado para su pueblo; regalo que da testimonio de Su infinito amor.

Aprendamos más de su grandeza:

Badmibar-Números 14:19  Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.

Su grandeza está presente en Su misericordia, en Su poderío tiene solvencia para perdonar. Reconozcamos este aspecto de Su grandeza para hacer teshuvá-arrepentirnos, pedirle perdón por nuestros actos. Pero entendamos que nuestros actos malos o buenos ni beneficia ni perjudican Su perfección, está intacta Su gloria y nadie ni nada  tiene la suficiente grandeza para modificarla

Conclusión.

Para concluir  quiero exponer el siguiente pasúk:

Tehilim-Salmos 150:2  Alabadle por sus proezas; alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.

La grandeza del Eterno está presente en sus proezas que son incalculables, y estas hablan de que tiene muchas características que iremos aprendiendo conforme estudiemos Torá. Mientras tanto, si ya entendiste algo sobre la grandeza del Eterno en esta humilde exposición comienza a alabarle y a exaltarle.

¡Shabát shalom, shaná tová vetikatevú!

¡Que seas inscrito para un buen año!

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